Con sus trabajos periodísticos en diversos medios de comunicación tanto de América Latina como de Estados Unidos y con sus diferentes responsabilidades en organismos internacionales Ricardo Trotti es un importante promotor y defensor de la libertad de prensa.
Actualmente es secretario ejecutivo de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), columnista, conferencista y escritor.
Él accede a una entrevista con Vértigo para hablar del tema en el que es especialista y, sobre todo, es su pasión: la libertad de expresión.
—¿A su juicio qué tan riesgoso es el ejercicio periodístico en nuestra región?
—Los riesgos de la profesión continúan hoy como en décadas pasadas. Los riesgos están muy ligados a los sistemas políticos: donde existe mayor autoritarismo y menor control del crimen organizado hay menores niveles de libertad de prensa y mayores riesgos para los medios y periodistas.
Esto queda comprobado, dice, “en México y en Nicaragua, por ejemplo. En México las luchas territoriales de los cárteles del narcotráfico han derivado en el asesinato de ocho periodistas en las últimas semanas, un número importante fueron asesinados en las últimas dos décadas. El caso de Nicaragua es diferente. El autoritarismo de Daniel Ortega desencadenó en el cierre y la apropiación ilegal de las instalaciones de La Prensa, Confidencial y 100% Noticias. El régimen, con gran descaro, condena a prisión a periodistas, líderes de la oposición cívica y directivos de Organizaciones No Gubernamentales, forzando al exilio a más de 120 periodistas desde 2018”.
—¿Quiénes considera que son los principales hostigadores de los medios de comunicación y los reporteros?
—Los grupos de crimen organizado y en algunos países los líderes autoritarios.
Censura
—En algunos países los políticos establecen leyes que limitan la libertad de expresión y el derecho a la información ¿Qué opina?
—En el caso de Nicaragua tres normas —la Ley de Regulación de Agentes Extranjeros, la Ley Especial de Ciberdelitos y la Ley de Defensa de los Derechos del Pueblo a la Independencia, la Soberanía y Autodeterminación para la Paz— han servido para crear un marco de censura que a su vez intenta legitimar el cierre de medios y la persecución a periodistas.
Añade Trotti que “igual sucede en Cuba, donde los periodistas independientes, artistas e intelectuales son detenidos, acusados, difamados y hostigados constantemente por ejercer su derecho a la libertad de expresión y el Estado omnipresente trata de asfixiarlos policial y económicamente”.
Los agravios se repiten en Venezuela: “El régimen de Nicolás Maduro ha cerrado, confiscado y usurpado los bienes de más de once medios desde 2013. Uno de los más recientes es el diario El Nacional, entregado por un sistema de justicia carente de independencia a Diosdado Cabello, cuya hostilidad hacia la prensa es conocida”.
—Hoy los medios de comunicación profesionales enfrentan el embate de leyes censoras, el ataque de grupos de poder fácticos y la crisis económica. ¿Cómo vislumbra el futuro para ellos?
—Es de por sí un panorama de sostenibilidad que ha sido potenciado negativamente por la pandemia. La crisis económica actual es parte de un modelo de negocio que se agotó. La publicidad ha sido absorbida por las grandes plataformas y los medios buscan otras maneras de generar ingresos y manejar una tecnología cambiante. El problema es que la vida de los medios ya no está atada solo a la calidad de los contenidos, sino también a la distribución y el conocimiento de las audiencias.
—¿Cuáles son las consecuencias para la sociedad cuando se limita o cancela la libertad de prensa?
—El mayor riesgo es la pérdida de debate público y la democracia. Sin medios y periodistas libres e independientes no se puede construir democracia. Limitar la libertad de prensa es limitar la democracia.
—¿En su opinión de qué forma la sociedad debe defender la libertad de prensa?
—Debe apoyar la lucha diaria por la libertad de expresión de todos los ciudadanos en todos sus ámbitos; debe pedir a los gobiernos que sean transparentes, como lo exigen las leyes de acceso a la información pública; y pedir que autoridades, medios de comunicación y plataformas digitales aboguen por la alfabetización mediática y digital de la sociedad.
Estos temas, afirma Trotti, “deben ser parte de la currícula escolar, que se incluyan en las materias de educación cívica en las escuelas primarias y secundarias”.
Para el especialista “la libertad de expresión se puede defender bien cuando se respeta la libertad de prensa. El respeto de esta última, es decir, que una sociedad y su gobierno respeten la libertad de los medios y de los periodistas, es el primer fundamento de la libertad de expresión”.
RECUADRO
Perfil
Ricardo Trotti fue jefe de Redacción de El Liberal, de Santiago del Estero, Argentina, y asistente del director de El Nuevo Herald, en Miami, Estados Unidos.
Fue director del Instituto de Prensa y director de Libertad de Prensa de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), organización con sede en Miami, Florida, donde trabaja desde 1993. Actualmente es secretario ejecutivo de esta organización.
Es columnista de diversos diarios estadunidenses y latinoamericanos; especialista en libertad de prensa y ética periodística, temas que desarrolla en seminarios y conferencias.
Autor de varios libros, entre ellos La dolorosa libertad de prensa: en busca de la ética perdida (1993), es también artista plástico, siendo la libertad de prensa y el periodismo un tema recurrente en su obra.