Vecinos de colonias de las delegaciones Cuauhtémoc y Miguel Hidalgo rechazan la construcción de la obra que se pretende levantar con el Centro de Transferencia Modal (Cetram), que se hará bajo el modelo de inversión público-privada con una aportación de 500 millones de pesos. Ellos exigen una consulta ciudadana o plebiscito para que se decida o no llevar a cabo la obra privada.
“No nos oponemos a la consulta siempre y cuando cumpla con lo establecido en la Ley de Participación Ciudadana. Por eso es prioritario que los vecinos y la ciudadanía cuenten con información suficiente acerca del proyecto, y sobre todo que el esquema no es inédito. Ya se utilizó antes”, precisa el diputado del perredé Raúl Flores García. Qué bueno que tomen en cuenta a los ciudadanos, pues ya vivieron lo que pasó con el puente de Avenida Chapultepec: no se hizo, como resultado de la consulta. ¿Se acuerdan, verdad?
“La inversión será de 500 millones de pesos que el gobierno local tendría que erogar para desarrollar el proyecto Cetram. En este caso serían financiados en total por particulares. Así, esos 500 millones de pesos el gobierno los puede invertir en zonas más olvidadas de la ciudad, en delegaciones como Tláhuac, Iztapalapa o Milpa Alta. Ahí la inversión privada no voltea a ver, no les interesa”, dice el también vicepresidente de la Comisión Especial de Fomento a la Infraestructura para la ciudad en la Asamblea Legislativa.
Claro, qué bueno que van a invertir los particulares, la zona es buena, abarca dos delegaciones; tienen junto al Bosque de Chapultepec, la vista es increíble, para ofrecer a los huéspedes de la torre de casi 50 pisos que pretenden levantar, que podrán usufructuar los inversionistas durante 40 años, ya que al cumplirse el plazo pasará a poder del gobierno de la ciudad. Plazo más que suficiente para recobrar la inversión y los intereses. Su ganancia, pues.
“El Cetram Chapultepec no puede seguir en las condiciones actuales, de un espacio desordenado, insalubre, con ambulantes en los espacios públicos, sin condiciones de seguridad, y con transporte saturado y precario. A diario lo utilizan más de 220 mil personas que tienen derecho a transitar por un espacio seguro y eficiente”, sostiene Flores García.
Es cierto que a diferencia de otros proyectos este cuenta con mayor transparencia y cumple con el principio de máxima publicidad. Y si bien se ha dicho que el Cetram está autorizado desde hace varios años, la torre de 50 pisos y la plaza comercial no, y a eso hay que agregar que no pasó por la Asamblea Legislativa; razón por la que los legisladores no están de acuerdo. Y en el caso de la bancada de Acción Nacional van a presentar un amparo. ¿Qué le parece?
Comenta el legislador perredista que “su grupo parlamentario exigió que se disminuyera el número de estacionamientos previstos para usuarios de la torre, de cinco mil programados se redujo a mil 500, para evitar más caos en la zona; habrá estacionamientos para bicicletas. Y el papel de la Asamblea no es defender el proyecto sino de informar con claridad los alcances que tiene con la información suficiente”.
Se deslinda pero todo indica lo contrario, más cuando advierte que los permisos para la construcción causaron estado y tienen vigencia desde que fueron publicados. Y más lamentable su caso, que esperó tantos años para dejar en claro que mediante esta asociación público-privada se hizo la Central de Abasto en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, quien otorgó una concesión por 99 años. Igual que lo hizo con el Cetram del Metro Zapata. Por supuesto que la diferencia es que en esa época la Asamblea tenía mayoría del sol azteca: hacían lo que el jefe de gobierno pedía. Y hoy no es así. Hay una coalición de partidos. ¿O no diputado?
El bolso de Laura…
Movimiento Ciudadano, se sabe, recolecta firmas para plasmar en la Constitución de la Ciudad de México las figuras de plebiscito, referéndum, consulta ciudadana y la ratificación de mandato. Se han puesto como meta recabar unas 100 mil firmas y las entregarán el próximo 15 de septiembre. Todos los temas son de interés ciudadano, y viejas demandas.