En la Ciudad de México hay muchos pendientes, sobre todo en materia de transporte: se deben publicar los reglamentos que permitirán aplicar la Ley de Movilidad recién aprobada, que los taxistas pirata se regularicen para dar seguridad al pasaje y que ingresen a la Tesorería los impuestos en vez de que se desvíen hacia los líderes que se han enriquecido por concesiones políticas.
¡Uf, sería genial! Porque ese servicio irregular debe dejar poco más que el transporte regularizado. Así nomás.
“Los taxistas insisten en que no quieren a Uber ni a Cabify. Ahora resulta que ya tampoco quieren a los piratas, por lo que debe preverse su regularización: no pueden seguir sin sujetarse a las normas vigentes. Que paguen al igual que los demás, que cumplan los requisitos de circular en vehículos limpios, en buenas condiciones y de determinado modelo, lo que cumple casi la mitad de los que circulan en esta capital”, dice la asambleísta Wendy González Urrutia, del Partido Acción Nacional.
Es cierto. El transporte de taxis supera los 100 mil vehículos. De ellos, la mitad son piratas. No pagan impuestos. Y no representan ninguna seguridad para los pasajeros. Los conductores más bien parecen cargadores. Traen acelerados los taxímetros. Los conectan al radio para cobrar más. Y no es justo. Hay que poner fin a los líderes que los explotan, que están en contubernio con algún comandante de la Secretaría del Transporte. Y con esos recursos se podría modernizar el servicio de transporte público. ¿A poco no?
“No quieren a Uber ni a Cabify porque representan una competencia. Pero tú no le puedes negar un servicio al ciudadano porque hay quien considera que le violan sus derechos. La obligación del gobierno es darle certeza jurídica al pasajero. No lo puedes dejar en estado de indefensión”, expone la legisladora albiazul.
Pues sí. Sin duda es una competencia. También lo son los piratas. Y tienen años circulando. No falta incluso que algún listo los utilice para delinquir con los secuestros exprés. ¡Ya basta! Que se regularicen y paguen impuestos igual que los demás taxistas que prestan el servicio. ¿Qué le parece?
El bolso de Laura…
No importa si comenta que yo se lo conté, pero el choque de trenes en la ALDF se ve venir: se dará entre Morena y el PRI. El partido de Andrés Manuel López Obrador pretende amnistía para los vándalos de las manifestaciones, que con los impuestos que pagan los mexicanos se les indemnice. Ah, pero la bancada del tricolor va por endurecer las penas, reformar el Código Penal del DF en su artículo 362 y establecer condenas de diez a 30 años de prisión, similares a las establecidas por el señor López cuando gobernó la Ciudad de México, me dicen. ¿Se imagina cómo se van a poner de rojos? ¡Pero de coraje! Ya era tiempo. Lástima que esa esperanza que prometieron se esté alejando… Y la promesa del director del Metro, Jorge Gaviño Ambríz, de retirar a los vendedores y bocineros de ese sistema de transporte no se ha logrado. Si bien es cierto que han disminuido en número, hay estaciones en que tienen hasta sus tendidos a un lado de los vigilantes del Metro. El mes que se dio de plazo Gaviño Ambríz vence en estos días. Y el problema sigue. Aunque se las ingenian para ingresar la mercancía en bolsa hasta del supermercado. O sea, no será tan fácil sacarlos. Recuerde que su antecesor, el ingeniero Joel Ortega, prometió lo mismo, ¡y no pudo!...