Vecinos de la alcaldía Tlalpan solicitaron ayuda a diputados locales para liberar el espacio público que invaden franeleros con la complacencia de autoridades y sin respetar la Ley de Cultura Cívica de la ciudad, por lo que varios legisladores piden a la alcaldesa y al titular de Seguridad Ciudadana implementar protocolos para poner orden en esta situación.
“Para nadie es sorpresa que el secuestro de las calles por parte de los llamados franeleros en la Ciudad de México va en aumento. Ellos suelen cobrar por el uso de la vía pública como si fueran lugares de estacionamiento. Los apartan con enseres como sillas, huacales, botes, garrafones o cubetas y llegan a cobrar en algunas zonas hasta 90 pesos por el uso del espacio público con el argumento de que cuidan el vehículo por tiempo ilimitado”, dice la diputada panista América Rangel Lorenzana.
Tiene razón la legisladora: no es ninguna sorpresa la invasión de la vía pública que realizan a diario estas personas. Nadie pone en duda que necesitan ganarse unos pesos por lo difícil de la situación pero este problema existe desde antes de la contingencia sanitaria y el caso es que empezaron a aparecer por miles en todas las alcaldías. Y aunque al inicio los automovilistas les daban propina las cosas llegaron hasta el punto de establecer cuotas que llegan casi a los 100 pesos. O se hacen de palabras porque no dejan estacionar a las personas. ¿Cómo ve?
Los franeleros no solo se adueñan de la vía pública sino que además cobran lo que quieren y todavía se atreven a amenazar a los vecinos si no les dan dinero. Y los que se niegan lo ven reflejado en sus vehículos, desafortunadamente.
“Derivado de un recorrido con vecinos por Tlalpan, en especial la colonia Tlalcoligia, se constató la proliferación de franeleros, que amenazan a la gente afirmando que si no quiere cooperar no se hacen responsables si los autos son rayados, dañados o les roban alguna autoparte”, indica Rangel Lorenzana.
La Constitución de la Ciudad de México “garantiza como derecho de la ciudadanía el uso de la vía pública y el espacio público para toda persona. Asimismo obliga a que las autoridades adopten las medidas necesarias para garantizar el ejercicio de este derecho con base en los objetivos de funcionalidad y movilidad”, explica la diputada.
Como vemos no cometen un ilícito, ya que tienen derecho a usufructuar la vía pública, pero corresponde a los alcaldes reglamentar para impedir problemas con los vecinos de los lugares en que trabajan y así evitar conflictos entre las partes. Sobre todo porque muchas de esas personas consumen alcohol y ello se presta para altercados. Y qué necesidad, si se puede evitar con voluntad política de las partes. ¿O no?...
El bolso de Laura…
Ahora déjeme contarle que se comenta que siempre no desaparece el Canal del Congreso. Por el contrario, junto con el área de Comunicación Social se perfilan para modernizarse y digitalizarse para estar a la vanguardia. Dicen los que saben que impulsarán una imagen realmente pública del Congreso. Para muestra se sabe que con la llegada del nuevo director, Diego Saturno García, ya se cubrieron los sueldos de varios meses que no se habían pagado al personal. O sea que va en serio para perfilar un Parlamento Abierto. ¡Enhorabuena!...