Lo más doloroso de la reforma fiscal es el aumento de impuestos, etapa en la que ha entrado ya la comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, porque, ¿a quién le gusta pagar más? ¡A nadie!
Por ello se llega a la amenaza, a la coacción para echar abajo los gravámenes. Hay argumentos diversos para justificarse. Unos más, otros menos, algunos hasta ingenuos: se van a perder empleos, dice la industria refresquera, por ejemplo; el azúcar no es causa de obesidad, añade.
Así que este lunes sabremos qué impuestos quedan fuera de la propuesta gubernamental y cuáles habrán de sustituirlos. ¿Qué le parece?
Después de lograrse coincidencias en las bancadas para ajustar el IVA propuesto en colegiaturas, rentas e hipotecas, otro de los impuestos polémicos a debatir es precisamente el incremento de dos pesos al de los refrescos.
Esta propuesta es del diputado perredista Fernando Zárate Salgado, quien está convencido de que “con ese aumento al consumo de refrescos se van a prevenir de 400 mil a 630 mil casos de diabetes”. Puede ser. Y en ese caso valdría la pena el gravamen. ¿O usted que cree?
“Si grabamos con dos pesos el litro de refresco vamos a tener un ingreso de hasta mil millones de pesos. Estos deben destinarse al desarrollo social. No se afectará a los productores de caña. No perderán empleos. Deberían dejar de chantajear a los cañeros”, denuncia el legislador. ¿Qué tal? Aquí todo se vale. Cada quien defiende lo que considera su coto de poder. Y vaya que tienen poder, ¿eh? Cuestión de esperar esta semana.
Lo cierto es que “el sector salud destina al año seis mil 600 millones de pesos al problema de la obesidad. E indirectamente hasta 25 mil millones de pesos. Y el presupuesto tendrá que aumentar por el incremento de las enfermedades derivadas de la obesidad. Tres de cada cuatro camas en hospitales del Distrito Federal son ocupadas por enfermos con problemas de obesidad. Así, el incremento de dos pesos por litro desalentaría en 49 litros por persona el consumo”, expone el diputado Zárate Salgado.
Pues estaría bien. Por algo se empieza. Y dejar de ingerir esa cantidad de litros no haría mal. Al contrario: buena oportunidad para empezar a tomar agua.
En esta guerra de impuestos, por su parte, el diputado panista Fernando Rodríguez Doval dice que la reforma fiscal acabará con 3.3 millones de negocios familiares, de pequeños contribuyentes, como son estéticas y boutiques, entre otros, que dan empleo a dos y hasta cinco personas. ¿Se imagina? ¡Se irán a incrementar la informalidad!
Así que hay que esperar el dictamen que este lunes 14 se vota en comisiones. Y veremos.
La escalera de Laura…
Ahora le cuento que por el recinto de San Lázaro hubo decepción: dicen los que saben que estaba previsto un debate ríspido con la secretaria de Desarrollo Social, quien no quería que le preguntaran resultados de la Cruzada Nacional Contra el Hambre. Y lo logró. ¿Cómo? Entregó los recursos de los programas a los gobiernos estatales. Y todos contentos… Por ahí mismo se dice que hay mucho nerviosismo entre algunos legisladores porque en pocos días o semanas empieza un reacomodo en el gabinete. Que el procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, se va a una dependencia más tranquila, o al partido, en lugar de César Camacho. ¿Será?... Dicen que otro que se va es el titular de la Sagarpa, Enrique Martínez y Martínez, y su relevo es uno de los subsecretarios que está esperando el momento, un mexiquense…