La diabetes es la enfermedad global con la máxima incidencia: más de 425 millones de personas alrededor del mundo padecen esta patología. Un cálculo de la OMS estima que en 2030 habrá más de 533 millones de afectados. Este mal es una importante causa de ceguera, insuficiencia renal, infarto de miocardio, accidente cerebrovascular y amputación de los miembros inferiores.
En el continente americano más de 60 millones de personas viven con diabetes, principalmente con la de tipo 2, y si no se toman medidas se calcula que para 2040 habrá más de 100 millones de adultos con esta enfermedad. Además cada año más de 340 mil personas mueren por complicaciones relacionadas con la diabetes en la región.
Por fortuna frente a este padecimiento la educación en diabetes y la tecnología se convierten en aliadas que mejoran la calidad de vida de las personas con diabetes, logrando que la enfermedad se controle mejor.
La diabetes es una enfermedad crónica, progresiva, que se caracteriza por niveles elevados de glucosa en la sangre.
Hoy tener diabetes es un reto menos complicado gracias a la educación de cómo manejar mejor la enfermedad y, por supuesto, a la tecnología ya que existen diferentes dispositivos que ayudan a que se administre la insulina de una forma adecuada.
Esto es una gran ventaja ya que varios estudios demuestran que las personas con diabetes tienden a no utilizar la insulina de forma correcta.
Cabe recordar que la insulina es indispensable para que la glucosa pueda convertir los alimentos en energía. Gracias a los avances de la ciencia y la tecnología las personas con diabetes pueden manejar mejor su enfermedad con nuevos e innovadores dispositivos como el Monitor Continuo de Glucosa (MCG) y la bomba de insulina.
Sobre la enorme utilidad de estos nuevos dispositivos que permiten hacer el monitoreo o medir algunos metabolitos o moléculas que son importantes para la salud, como es el caso de la glucosa, el especialista en nutrición del Instituto Politécnico Nacional (IPN) Eliud Salvador Aguilar Barrera en entrevista para Vértigo pondera: “Sabemos que la glucosa es uno de los aspectos fundamentales a medir en la persona que vive con diabetes y justo estas nuevas tecnologías permiten una medición muy precisa de la glucosa. Esto habilita a los nutriólogos para crear o diseñar nuevas estrategias a fin de personalizar el tratamiento de la dieta con base en lo encontrado en estas mediciones que prácticamente se leen en tiempo real”.
Maestro en Ciencias y educador en Diabetes del Centro Interdisciplinario de Ciencias de la Salud (CICS) unidad Milpa Alta, recuerda que el paciente afectado por este gran mal cada vez que quiere saber su nivel de glucosa debe obtener una pequeña gota de sangre del dedo recién lavado.
Esta acción se denomina glucemia capilar. La gota de sangre del dedo se obtiene mediante un pequeño pinchazo con una aguja. Ahora con los dispositivos de última generación el adiós a las punciones es un hecho.
Educación en diabetes
“El Monitor Continuo de Glucosa (MCG) es un dispositivo que ayuda con el control del azúcar en la sangre. Funciona mediante sensores que verifican el nivel de la glucosa en la sangre cada cinco minutos. El resultado de dichas lecturas se envía de manera inalámbrica a un receptor. Es ideal para notar si hay algún cambio drástico en los niveles de azúcar en la sangre”, comparte.
También jefe de la carrera de Nutrición en el IPN, Aguilar explica que con el MCG se puede realizar un abordaje clínico más específico de personas con diabetes, porque a partir de los datos obtenidos se les diseñan dietas que impactan en la modificación de los parámetros metabólicos para un mejor control de la afección y evitar complicaciones.
“El dispositivo MCG puede llevarnos a calcular qué cantidad de carbohidratos debe consumir una persona de acuerdo con su nivel de glucosa, edad, sexo y actividad que desarrolla día con día”, apunta.
Otro avance tecnológico de gran significación es la bomba de insulina que le administra una cantidad estable de insulina a la persona con diabetes, incluso cuando está dormida. Es del tamaño de una tapa de refresco. Existen de distintos tipos y están habilitadas para trabajar en conjunto con un MCG de manera inalámbrica. El sensor lee los niveles de glucosa en la sangre y sus resultados se muestran en la pantalla de un teléfono inteligente o de un receptor.
“Estas bombas de insulina son conocidas como páncreas artificial porque prácticamente cubren la importante función de este órgano generador de la insulina. Esto pasa en personas con diabetes tipo 1 que tienen problemas con la secreción de insulina”, asienta.
Manifiesta el experto politécnico que la enorme ventaja de esta innovación es que se pone en una sola ocasión y puede durar unos 15 días. Además revela datos de cómo funciona el cuerpo humano y deja ver las oscilaciones de la glucosa a lo largo del día, lo cual permite observar el tema de alimentación y ejercicio requeridos por el paciente aquejado de diabetes.
De acuerdo con el docente estos dispositivos generan mucha información de gran valor y afortunadamente existen las plataformas que posibilitan el traslado de los datos del paciente en tiempo real a los médicos y nutriólogos que pueden monitorearlo, saber cómo está y cómo ajustar su dieta. Además estos aparatos pueden alertar a las personas con diabetes tipo 1 cuando pasan por una hipoglucemia nocturna de alto riesgo que baje la glucosa por abajo de lo normal y los lleve a un coma e inclusive a la muerte.
Formador de una joven generación de nutriólogos argumenta: “Otro aspecto fundamental es la educación en diabetes. Este concepto central involucra varios factores que van desde enseñarle al paciente cómo tomar sus medicamentos, para qué le sirven, los efectos adversos y cómo usar su insulina. De igual forma implica enseñarle qué tipo de ejercicio le favorece, la alimentación más correcta para su condición, el monitoreo de los niveles de glucosa y el análisis de los aspectos sicológicos, como el rechazo a la enfermedad o el sentirse discriminado.
Dice Aguilar Barrera que igualmente los distintos profesionales de la salud se deben especializar en educación en diabetes para indicarles a los pacientes qué hacer ante altos niveles de glucosa y el riesgo que representa no atenderse a tiempo. Una vez diagnosticada la persona con diabetes se debe apoyar en un especialista que pueda explicarle sobre la correcta administración del medicamento y también de los aspectos más profundos de esta enfermedad.
En México siete de cada diez muertes de personas relacionadas con el Covid-19 se vinculan con casos de diabetes, por lo cual es capital y urgente mejorar el control de este padecimiento. La pandemia del nuevo coronavirus interrumpe las rutinas diarias de miles de personas en el país y hace que la enfermedad sea más difícil de manejar.
De ahí la importancia de las innovadoras tecnologías emergentes en beneficio de un control eficiente de la diabetes que, sin duda, redundará en una disminución en la carga de salud pública con menos personas con problemas visuales, enfermedad renal y amputaciones de las extremidades inferiores.
Otra buena noticia es que en los próximos años veremos un crecimiento más acelerado de las tecnologías para disminuir las dificultades que enfrentan las personas con diabetes para controlar sus niveles de azúcar en la sangre.
RECUADRO
Peces ciegos: clave para entender la diabetes
En la profundidad del océano mexicano, en unas cuevas oscuras, hay unos peces ciegos que podrían alojar el secreto para tratar la diabetes. Estas criaturas misteriosas (Astyanax mexicanus) tienen un apetito insaciable e hiperglucemia. Científicos de la Universidad de Harvard intentan averiguar cómo mantienen su buena salud.
Se sabe que estos peces tienen un gen que induce un apetito insaciable. La ingesta ávida les permite almacenar grasa en periodos de escasez de alimentos. Gracias a ello logran sobrevivir en cuevas con una presencia desigual de algas, su principal fuente de alimento.
Las personas con hiperglucemia tienen en sus células proteínas cubiertas de azúcar, haciendo que funcionen mal.
Estos peces de cueva tienen hiperglucemia, pero sus proteínas no están cubiertas de azúcares. ¿Cómo lo logran? Ahí está la clave…