Las lenguas de señas —como cualquier otro lenguaje— permiten la libertad de expresión y el intercambio de ideas. Con este lenguaje las personas sordas se comunican, aprenden, trabajan, enseñan y participan en la sociedad. En cada país hay una variante de esta valiosa herramienta de comunicación para personas con discapacidades auditivas, pero este sistema solo permite que se comuniquen entre sí las personas con sordera y las personas oyentes que lo conocen, que no son numerosas.
En nuestro país el uso de la Lengua de Señas Mexicana (LSM) se reduce a un espacio marginal, aunque el número de hablantes de la LSM aumenta a medida que el estatus de la lengua mejora entre los padres y maestros de las personas sordas. Igualmente crece su presencia en los medios de comunicación, como la televisión e internet.
Lo cierto es que aún falta mucho por hacer para lograr la plena inclusión de las personas sordas en nuestro país, lo cual implica buscar los medios para facilitar el aprendizaje de la lengua de señas.
Y ahora al lenguaje de los signos se une la tecnología: grupos de investigación de la Universidad de California Los Ángeles (UCLA) y del Instituto Politécnico Nacional (IPN, cada uno por distintos caminos) inventaron un sistema de guantes con sensores capaz de traducir la lengua de signos manuales a palabras habladas y estampadas digitalmente, transmitiéndolo a una aplicación instalada en un teléfono inteligente.
El sistema diseñado por los bioingenieros de la UCLA incluye un par de guantes que la persona sorda o con deficiencias auditivas se coloca tal y como se hace con un guante normal, pero estos guantes con tecnología de dispositivo electrónico inteligente incluyen unos cables sensores delgados y elásticos que se extienden a lo largo de cada uno de los cinco dedos.
Los cables sensores, hechos de hilos conductores de electricidad y situados en la parte dorsal de los guantes, recogen los movimientos de las manos y las colocaciones de los dedos que representan las letras, números, palabras y frases individuales que se usan en el Lenguaje de Señas Americano (ASL).
“Manos que hablan” es a su vez el prototipo elaborado por Citlalli Selene Avalos Montiel y Flor Yelitze Pérez García, de la Unidad Profesional Interdisciplinaria en Ingeniería y Tecnologías Avanzadas (UPIITA), que detecta la Lengua de Señas Mexicana con dos guantes y las envía a un dispositivo móvil, con sistema operativo Android, previamente precargado con la aplicación Traductor, para que muestre las letras una por una hasta formar una palabra, que también se puede escuchar.
Precisamente la joven ingeniera en telemática Pérez García explica a Vértigo que el prototipo del Politécnico consta de un par de guantes, cada uno con un sensor flexible que se extiende por la curvatura de los dedos y un acelerómetro; además tiene interruptores ajustados a las articulaciones de la mano, cuenta con una placa de adquisición de datos, con comunicación vía Bluetooth y de igual forma se utilizaron hilo conductor y cable flexible.
Dice la especialista que junto con su colega retomaron como base de su proyecto otro prototipo elaborado en 2015 pero en esta ocasión, gracias a los avances en Inteligencia Artificial (IA), hicieron uso de redes neuronales artificiales que mejoraron el reconocimiento y fueron entrenadas para detectar las señas de cada una de las letras.
Facilitar el aprendizaje
El trabajo de las jóvenes politécnicas les exigió esfuerzo y dedicación: “Lograr que la red neuronal detecte con fidelidad cada una de las señas ejecutada requiere de un entrenamiento amplio con refuerzos positivos de hasta 15 repeticiones o más. Es como cuando le enseñamos el nombre de un objeto a un niño: se lo repetimos una y otra vez, pero cuando va acompañado con la retroalimentación es más efectivo”.
Sin embargo, reconoce la innovadora que por el desgaste de los materiales del guante y de la tarjeta de adquisición de datos, además de la pandemia por Covid-19, solamente pudieron completar la incorporación de las letras de la A a la O y quedó pendiente el entrenamiento del resto de las letras del abecedario.
Ahora bien, los avances hechos al prototipo “Manos que hablan” quedan como base para continuar explorando con las distintas posibilidades en IA. Sus inventoras están comprometidas para perfeccionar su dispositivo en los próximos años.
En el caso del prototipo de la UCLA, Jun Chen, profesor de Bioingeniería, manifiesta que “tenemos la esperanza de que esto proporcione a las personas que usan el lenguaje de señas una manera fácil para comunicarse directamente con aquellas que no usan la ASL, sin necesidad de que alguien más les traduzca”.
Los creadores de estos guantes traductores esperan que funcionen como un estímulo para que más personas de la Unión Americana puedan aprender el lenguaje ASL por sí mismas. También aseguran que en el futuro será posible utilizar este dispositivo de Inteligencia Artificial para traducir palabras de un idioma a otro y utilizarlo como herramienta pedagógica en el aprendizaje de diversas lenguas.
Sin duda, el equipo de bioingeniería de la UCLA avanzó mucho en la concreción de los guantes inteligentes. Contar con ellos se traducirá en un beneficio de las personas sordas y mudas porque los anteriores sistemas portátiles que traducían el ASL eran dispositivos voluminosos y pesados o incómodos de usar, mientras que los guantes traductores de la UCLA están hechos de polímeros elásticos ligeros, económicos y duraderos y sus sensores también son muy flexibles y baratos.
Para probar este dispositivo los investigadores trabajaron con cuatro personas sordas y que usan el ASL, quienes repitieron 15 veces cada gesto de la mano para ajustar la capacidad de detección del sistema al máximo.
Un algoritmo de aprendizaje automático —conjunto de instrucciones informáticas que una máquina puede seguir para lograr un objetivo determinado— convirtió sus gestos en las letras, números y palabras que representaban.
De acuerdo con el profesor Chen “el sistema fue capaz de reconocer 660 signos, incluidas cada letra del alfabeto y los números del 0 al 9”.
Por supuesto, las máximas autoridades de la UCLA solicitaron una patente sobre esta tecnología, aunque sus inventores recomiendan que para poder lanzar un modelo comercial de guante traductor hará falta añadirle vocabulario adicional y lograr que su velocidad de traducción sea más rápida.
Entre los aportes de estos guantes traductores sus inventores apuntan: “Las lenguas de señas no son un medio de conversación tan preponderante como las lenguas habladas, lo que crea una barrera de comunicación entre los usuarios de una y otra. Hay un muro invisible que impide la comunicación fluida entre quienes no oyen ni hablan y los que sí pueden. Por ello pensamos que este nuevo sistema portátil de traducción, asistido por programas de aprendizaje automático, que puede captar con precisión los gestos manuales del ASL y traducirlos a palabras habladas, podría borrar esa barrera”.
Para Pérez García la lengua de señas es similar a cualquier otro idioma extranjero, el cual sería necesario conocer para que las personas con dificultades en el oído y el habla se puedan sentir integradas a la sociedad. Por eso la idea con este dispositivo es aprovechar el desarrollo de la tecnología para que cualquier persona tenga la posibilidad de comunicarse y facilitar su vida cotidiana.
Personas sordas en el mundo y en México
Más de 466 millones de personas padecen pérdida de audición incapacitante en el mundo, de las que 34 millones son niños.
Se estima que mil 100 millones de jóvenes entre doce y 35 años están en riesgo de perder la audición por exposición al ruido en contextos recreativos.
Respecto de México encontramos que existen 2.3 millones de personas con discapacidad auditiva. De ellas 34.4% tiene entre 30 y 59 años, mientras que 47.4% son mayores de 60 años.
Fuentes: OMS e INEGI