DETECTAN HIPERTENSIÓN ARTERIAL CON MUESTRA DE SANGRE

El biomarcador del IPN representa una innovación en el terreno del diagnóstico clínico.

J. Alberto Castro
Columnas
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La mayoría de las personas con hipertensión no muestra ningún síntoma, por lo que a este mal se le conoce como “el asesino silencioso”: un gran porcentaje de hipertensos desconoce que sufre esta enfermedad incluso por algunos años y por desgracia, fuera de control, este padecimiento causa daño irreparable en el cerebro, el corazón y los riñones.

Solo por azar algunas mujeres y hombres en una revisión médica de rutina descubren asombrados que su sangre mantiene una presión arterial superior a los 130/80 mmHg, señal preocupante de una posible hipertensión que se instaló gradualmente, a la cual el cuerpo se acostumbró hasta presentar síntomas que hacen evidente el inevitable deterioro de las arterias que llevan sufriendo varios años.

Cerca de 31 millones de mexicanos sufre hipertensión arterial; de ellos aproximadamente 40% ignora que padece esta enfermedad y de 60% que conoce el diagnóstico solamente la mitad (30%) se controla.

Hoy los especialistas recomiendan que si se tienen más de 20 años conviene medir la presión arterial por lo menos dos veces en un año, para descubrir tempranamente la hipertensión.

El examen que hasta ahora realmente puede clarificar si existe o no hipertensión es el Holter de 24 horas. Es un estudio que se prescribe cuando hay antecedentes familiares de hipertensión o cuando en las mediciones anteriores aparece alta en algún momento del día, pero se quiere tener más información. Es un monitoreo de 24 horas, de día y de noche.

La presión arterial no es un número estático: se va moviendo. Si el promedio de estas mediciones está por debajo de 130/80 no es hipertenso.

Considerado como un avance crucial la doctora Doris Cerecedo Mercado y un equipo de investigadores del Instituto Politécnico Nacional (IPN) desarrollaron un biosensor para detectar en forma temprana la hipertensión arterial. Está diseñado con nanopartículas de oro y acoplado a un anticuerpo que permite diagnosticar el padecimiento mediante una muestra de sangre y con ello evitar la muerte de personas por este mal incurable que aumenta las probabilidades de sufrir un infarto de miocardio, un accidente cerebrovascular o insuficiencia renal.

En poco tiempo será posible detectar oportunamente la hipertensión en un laboratorio médico por medio de una prueba de rutina como la del colesterol o la glucosa. Este gran paso se dio en la Escuela Nacional de Medicina y Homeopatía, donde la doctora Cerecedo descubrió que las personas hipertensas tienen una sobreexpresión de la proteína encargada de transportar la sal al interior de las plaquetas (células sanguíneas).

Contactada por Vértigo la científica politécnica recuerda que desde hace 20 años trabaja con células del tejido sanguíneo, específicamente con plaquetas. También atrajo su atención la presión arterial alta, “un padecimiento común en nuestras familias, donde invariablemente un pariente es hipertenso”.

De ahí surgió la premisa de su investigación: cómo estaban las células sanguíneas, especialmente las plaquetas que participan en estos procesos de hipertensión arterial sistémica. Si realmente tienen un papel en el desarrollo de esta enfermedad crónica degenerativa.

En el proceso de investigación encontró una proteína en la membrana de la plaqueta, un canal de sodio epitelial que permite la entrada de sodio a las células, lo cual favorece o desencadena los procesos de hipertensión. Esta proteína se encarga de absorber sodio y agua del sitio extracelular: acumula agua y sodio e incrementa así la presión sanguínea.

Integrante del Sistema Nacional de Investigadores asegura: “Para nuestra sorpresa descubrimos que las plaquetas de personas con hipertensión no solo tienen muy elevada la cantidad de este canal de sodio en sus membranas sino que también están más activadas de lo común, lo cual favorece a la formación de coágulos y por ende infartos y accidentes cerebrales”.

Las plaquetas, señala Cerecedo, “están normalmente en reposo y solo se activan cuando reciben una señalización específica que les dice cuándo y dónde agregarse para formar un coágulo. En un individuo con hipertensión estas estructuras ya circulan preactivadas”.

A partir de este hallazgo surgió la idea de crear un biosensor para detectar hipertensión a partir de una muestra de sangre. Fue entonces que trabajó en tratar de identificar a este canal de sodio epitelial como un biomarcador, es decir, asociar esta proteína como un indicador que se pudiera cuantificar para determinar si un individuo es hipertenso o no.

El vehículo para conocer la cantidad de canal de sodio epitelial que tenemos en las plaquetas se obtuvo mediante nanopartículas de oro cuya función es amplificar la señal de la reacción del anticuerpo y la proteína. El último reto era cómo detectar y medir lo que proyectan las nanopartículas asociadas a la plaqueta.

La especialista observó la sobreexpresión del canal sodio epitelial mediante un anticuerpo fluorescente: “Correlacionamos el nivel de fluorescencia con la cantidad de la sobreexpresión de la proteína presente en las plaquetas de muestras de 25 pacientes hipertensos y 25 personas sanas, en quienes la expresión fue menor. Es decir, si tengo a un individuo hipertenso habrá mayor fluorescencia. Si tengo menos canal de sodio epitelial entonces habrá menos fluorescencia y significa que el individuo es normotenso”.

Fuera del baumanómetro no hay instrumento o prueba médica específica en el diagnóstico de la hipertensión, por lo cual el biomarcador del Politécnico representa una innovación en el terreno del diagnóstico clínico y ya cuentan con el registro de protección ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI). “La detección temprana de la hipertensión permitirá ofrecer un tratamiento oportuno a los pacientes para que tengan una mejor calidad de vida”, comparte.

Además la maestra en Citopatología explica que están en etapa de validación a una población abierta; esto es, efectúan pruebas diagnósticas de hipertensión

a derechohabientes de la clínica 44 del Seguro Social que amablemente han aceptado y aportado su historia médica. Y antes desarrollaron el mismo ejercicio de certificación en el Instituto Nacional de Cardiología, donde se evaluó a 100 individuos.

La próxima meta de esta innovadora científica es conseguir que el biosensor sea una prueba diagnóstica de rutina accesible para los laboratorios del sector salud y privados, los cuales podrán conocer el diagnóstico al leer las muestras de sangre.

Asimismo imagina que más adelante se podría desarrollar un dispositivo físico, un artefacto que por medio de una gota de sangre pudiera dar un resultado, ya sea positivo o negativo, mediante un color específico, como ocurre en las pruebas de embarazo.

Doctora en Ciencias Quimicobiológicas, Cerecedo revela que el conocimiento obtenido abre la posibilidad de ir más allá de un biomarcador y anticipa que dedicará su trabajo de investigación a descubrir alguna molécula relacionada con el tratamiento de la hipertensión.

“Aunque no sabemos qué la detona y solo entendemos que se trata de una reacción inflamatoria crónica, precisamente mi interés estará en actuar a nivel de las células sanguíneas que facilitan la implantación de esta reacción inflamatoria crónica. Vamos a tener otro blanco que no sea riñón. Quizás encontremos un tratamiento alterno para mantener las cifras de presión arterial controladas”.

RECUADRO

La hipertensión en México

Uno de cada cuatro adultos en el país sufre hipertensión arterial: 25.5% de la población.

La hipertensión tiene más prevalencia en mujeres (26.1%) que en hombres (24.9%).

El grupo de edad más afectado es el de 70 a 79 años.

Cerca de 31 millones de mexicanos sufre hipertensión arterial; de ellos aproximadamente 40% ignora que padece esta enfermedad y de 60% que conoce el diagnóstico solo la mitad (30%) se controla.

La nueva pandemia de coronavirus SARS-CoV-2 puede ser particularmente perjudicial para las personas con enfermedades cardiovasculares e hipertensión arterial y constituyen un grupo de mayor riesgo para desarrollar síntomas graves por Covid-19.

Fuente: Instituto Nacional de Salud Pública y Secretaría de Salud