Obtener una patente internacional por un invento o un hallazgo científico es algo grandioso. Sobre todo en México, país que no patenta sus ideas y mantiene uno de los registros más bajos de patentes propias en el continente. Por eso transciende que de manera mancomunada el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y el Institut National de Recherche pour l’agriculture, l’alimentation et l’environnement (INRAE) en Francia obtuvieron la patente internacional por el descubrimiento de una bacteria
ácido-láctica proveniente del pulque, la cual posee propiedades anticancerígenas.
En una colaboración científica que implica a investigadores de México y de Francia el equipo de trabajo lo integran la doctora en Ciencias Químico-Biológicas, María Elena Sánchez Pardo; Edgar Torres Maravilla, egresado de la ENCB; Luis Bermúdez Humarán, egresado de la Universidad Autónoma de Nuevo León y director de Investigación del INRAE; así como Langella Philipe, del mismo instituto.
En esta historia cruzada hay que destacar que los politécnicos descubrieron que la bacteria Lactobacillus brevis inhibe la proliferación de células de cáncer de colon hasta en 40 por ciento.
Por su lado, el doctor Bermúdez Humarán desde su posición impulsó la colaboración, el intercambio de conocimiento y el apoyo a estudiantes politécnicos que cursaron doctorados cuyo enfoque fue corroborar en esta bacteria ácido-láctica las propiedades probióticas antitumorales.
En entrevista, la doctora Sánchez Pardo recuerda a Vértigo que la patente internacional compartida entre ambas instituciones de investigación número WO2019/234076A1 tiene su origen en las investigaciones que ella inició desde 2014 sobre el sedimento del pulque, al conocer en un congreso científico en Corea del Sur y vincularse con el doctor Bermúdez, quien la animó a profundizar el estudio del potencial probiótico de las bacterias ácido-lácticas contenidas en la llamada “bebida de los dioses”.
De hecho, por más de una década los dos científicos estudiaron otras bebidas tradicionales mexicanas pero encontraron que los probióticos del pulque como el Lactobacillus brevis poseen propiedades anticancerígenas, contribuyen al proceso digestivo y se adhieren muy bien al intestino sin cambios de pH.
Cuenta la académica que desde el inicio de su carrera vio el potencial de los alimentos y las bebidas mexicanas: “Siempre he pensado en los mayas, los toltecas y los aztecas como personas físicamente sanas, esbeltas, guerreras y destacadas por su fuerza y corpulencia. Según los cronistas el pulque se consideraba un néctar de los dioses y en toda Mesoamérica esta bebida se ofrecía en rituales sagrados. La tomaban los ancianos y las mujeres en lactancia. También me detengo en las personas de las zonas rurales que son longevas y están sanas, teniendo como factor común la ingesta diaria y moderada de pulque. Por ejemplo, no desarrollan cáncer de colon. Concluí que algo debía tener este brebaje”.
Recuerda que en su viaje a Corea del Sur hace siete años presentó un trabajo de investigación sobre la elaboración del pan de pulque, mostrando que las bacterias ácido-lácticas aceleraban la etapa de fermentación. Con sorpresa se percató de que sus colegas en la cumbre científica sobre nutrición, dietética y alimentación hablaban de estos microorganismos. Los especialistas coreanos también estudiaban las bacterias ácido-lácticas que ayudaban a la fermentación de un platillo tradicional coreano confeccionado a partir de col fermentada.
Bloquear la proliferación de cáncer
La investigadora del Politécnico cayó en cuenta de que el sedimento del pulque conocido como haxtle tenía un conjunto de bacterias ácido-lácticas con potenciales probióticos. Así empezó el proceso en el laboratorio para aislarlas e identificarlas. Ella llegó a ubicar entre 18 y 20 bacterias que había que clasificar y estudiar su biología molecular para evaluar sus características. Luego de su encuentro con el doctor Bermúdez Humarán llevó a Europa un conjunto de 16 bacterias endémicas sacadas del sedimento del pulque con mucha actividad de probióticos.
La ingeniera bioquímica menciona que la bacteria Lactobacillus brevis LBH1073 es endémica de Nanacamilpa, región de Tlaxcala. De 20 cepas que se aislaron del haxtle liofilizado (sedimento del pulque) fue la que probó la mejor actividad para bloquear eficaz y específicamente la proliferación de las líneas celulares tumorales HT29, HTC116 y Caco2. “Lactobacillus brevis tiene un efecto similar al del fármaco 5-fluorouracilo, sin causar ningún efecto adverso sobre células sanas”, acentúa.
Especialista en ciencia y tecnología de alimentos, recapitula que los estudios los realizó en Francia el doctor Edgar Torres Maravilla, quien además probó el efecto de la bacteria ácido-láctica en un modelo animal de cáncer de colon, en el cual corroboró la respuesta anticancerígena. “Este es un logro científico muy importante que abre la posibilidad de contar con un tratamiento inocuo contra el cáncer de colon”.
Enfocada en la formación de jóvenes investigadores, pondera que la colaboración y el intercambio de conocimientos son fundamentales para el avance de la ciencia. “Este avance es una prueba de ello. Torres Maravilla fue mi alumno en la maestría y doctorado en Ciencias Químico-Biológicas en la ENCB, se fue de intercambio al INRAE y concluyó que la cepa Lactobacillus sanfranciscensis derivada del pulque tiene efecto potencial para tratar la enfermedad inflamatoria intestinal. Publicó ese resultado en una revista internacional, obtuvo el grado de doctor y ahora es un científico colaborador del INRAE en Francia”.
Los afanes de investigación de la doctora Sánchez Pardo y de su alumno, el también doctor Torres Maravilla, demuestran que este descubrimiento es un logro científico muy importante que da paso a la creación de un futuro tratamiento que ayude a prevenir y abatir el cáncer de colon.
Este padecimiento es un tipo de cáncer que comienza en el intestino grueso (colon). El colon es la parte final del tubo digestivo. Suele afectar a los adultos mayores, aunque puede ocurrir a cualquier edad. Por lo general comienza como grupos pequeños y no cancerosos (benignos) de células llamadas pólipos que se forman en el interior del colon. Con el tiempo algunos de estos pólipos pueden convertirse en cáncer de colon.
La buena noticia es que si al paciente se le diagnostica adecuadamente y se le trata a tiempo el cáncer de colon y recto es curable.
El término probiótico es una palabra relativamente nueva que significa “a favor de la vida” y actualmente se utiliza para designar a bacterias que tienen efectos beneficiosos para los seres humanos y los animales. La observación original de la función positiva que desempeñan algunas bacterias se atribuye a Eli Metchnikoff, ruso galardonado con el premio Nobel por sus trabajos en el Instituto Pasteur a comienzos del siglo pasado, quien afirmó que “la dependencia de los microbios intestinales con respecto de los alimentos hace posible modificar la flora de nuestro organismo y sustituir los microbios nocivos por microbios útiles”.
La doctora María Elena Sánchez Pardo vuelve la vista atrás para compartir que, después de obtener la patente, el doctor Luis Bermúdez Humarán gestionó la transferencia de la tecnología a Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea. “Haber obtenido la patente nos motiva para continuar con esta línea de investigación en torno de las bebidas fermentadas tradicionales mexicanas, en las que es posible encontrar bacterias ácido-lácticas con propiedades probióticas que ayuden a cuidar la salud de la población”.
RECUADRO
Beneficios de los probióticos según la ciencia
1. Modifican el pH intestinal, que impide el crecimiento de microorganismos nocivos.
2. Restauran la microbiota intestinal —antes llamada “flora intestinal”—, reduciendo la permeabilidad intestinal, es decir, restauran la pared interna del intestino, la cual nos protege de la filtración de sustancias y microorganismos nocivos hacia la sangre.
3. Promueven la maduración del intestino y preservan su integridad, ayudando a la modulación del sistema inmunológico intestinal.
4. Favorecen la digestibilidad de la lactosa.
5. Compiten con gérmenes patógenos por la adhesión a las paredes intestinales, quitándoles la oportunidad de instalarse y, por lo tanto, causar enfermedad.
6. Contribuyen a la creación de un revestimiento interno de moco que ayuda a evitar que las bacterias nocivas se instalen.
7. Segregan sustancias que actúan como antibacterianos naturales, acortando la duración y severidad de la diarrea.
8. Establecen una interacción celular que favorece al sistema inmunológico.
Fuentes: FAO y OMS