UNA VICTORIA TLAXCALTECA

“Las decisiones tomadas por los tlaxcaltecas obedecieron a sus propios motivos e intereses”.

Columnas
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“¡Ea, esforzaos!. . . Ayudad a nuestros señores, los vestidos de hierro, que ponen cerco a la ciudad, que ponen cerco a la nación mexicana. ¡Ea, esforzaos!” Estas palabras provienen de un canto tlaxcalteca que probablemente surgió poco después de la Conquista. Para ese pueblo la caída de Tenochtitlán fue un triunfo contra sus antiguos enemigos y por eso lo celebraron. En septiembre de 1519 habían forjado una alianza con Hernán Cortés, cuyas circunstancias aparecen de manera contradictoria según distintas fuentes. Eso fue suficiente para terminar con el dominio del pueblo con el que estuvieron, desde mucho antes de la llegada de los conquistadores, en constante conflicto.

No fue algo fácil para los tlaxcaltecas, ya que mientras avanzó el largo y terrible proceso de la conquista ellos también presenciaron el cambio brusco que aconteció en todo el territorio del Nuevo Mundo. Sin embargo, su participación y fundamental papel les otorgaron un lugar privilegiado, con ciertas restricciones por parte del nuevo sistema dentro del Virreinato de Nueva España.

En la memoria colectiva de la gente de aquella entidad estuvo presente en su visión una lógica de los vencedores. De esa manera durante la segunda mitad del siglo XVI fue comisionada por las élites tlaxcaltecas la creación de lienzos que narraron a partir de imágenes la historia de su alianza con los hombres de Castilla. Este proyecto se conoció como el lienzo de Tlaxcala, del cual solo sobrevivieron sus copias.

Algunos estudios optaron por invertir los roles sobre quiénes fueron los verdaderos vencedores durante el sitio al corazón mexica. El 13 de agosto un gran ejército de indígenas, provenientes de distintos pueblos y acompañados de un pequeño puñado de conquistadores, tomó la gran Tenochtitlán. Interpretar de esa manera lo que sucedió en esa fecha, no la Conquista en general, ayudaría a mirar con otras perspectivas lo que comúnmente se ha visto como una lucha entre dos partes.

Conceptos

Lo cierto es que las decisiones tomadas por los tlaxcaltecas obedecieron a sus propios motivos e intereses. Ellos estuvieron al lado de los conquistadores durante el resto de las expediciones que siguieron a la caída de Tenochtitlán. Marcharon a Guatemala, Honduras y al noroeste de México como parte del ejército conquistador. Referirnos a ellos implica hablar de vencedores y no de vencidos, al menos en relación con el 13 de agosto de 1521. No fueron los únicos que estuvieron en ese bando, pero sí a los que siempre se señala a la hora de tocar el tema sobre los aliados.

No obstante, en el país prevalece la idea de que fueron unos traidores. ¿A qué? Para unos, de manera anacrónica, a la patria, como si se tratara de un territorio homogéneo bajo los conceptos actuales de una nación. Otros afirman que ese pueblo traicionó a su raza, pero lo hacen valiéndose de una idea colonialista sobre lo que distingue a los seres humanos entre sí.

Resulta un tanto humorístico que han pasado 500 años desde aquellos eventos y todavía la población mexicana sigue teniendo cierto enojo con el estado de Tlaxcala.

No es raro preguntar en las calles, especialmente en la Ciudad de México, a las personas sobre algo que sepan de tal estado y su gente: más de uno los relaciona con la supuesta traición que durante mucho tiempo figuró en la historia y en la memoria colectiva del país.