‘Lo defenderé como un perro’

Todos recordamos esta frase célebre de 1981 del entonces presidente José López Portillo. Se refería al peso, claro.

Guillermo Fárber
Columnas
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Hoy,  Bernanke & Co. (la Reserva Federal, pues) está ‘defendiendo como perro’ al dólar americano
Foto: Creative Commons

Todos recordamos esta frase célebre de 1981 del entonces presidente José López Portillo. Se refería al peso, claro. Por supuesto, su clásica baladronada no sirvió de mucho ante los embates de la cruda realidad y en seis meses tuvo que tragarse una brutal devaluación de 22 a 70 pesos por dólar (hoy esa ratio es de 13 mil, pero esa es otra historia).

Es el cuento de siempre. Eventualmente todos los dineros fiat terminan desbarrancándose en este precipicio. Unos antes que otros, es cierto, pero eventualmente por ahí van todos. Este ingrato camino es el que espera a todas las monedas actuales, incluyendo al dólar.

De hecho, eso es precisamente lo que buscan casi todos los gobiernos; púdicamente se les cataloga como “devaluaciones competitivas”, pero los menos delicaditos le llaman “guerra de divisas”.

Una consecuencia inevitable de esta guerra es el incremento del peso específico de los dineros reales: el oro y la plata.

Físico vs. de papel

Esta nota es reveladora y apunta en ese sentido: “En tan solo siete días laborales, algunos bancos centrales de Asia compraron la estrepitosa cantidad de 580 toneladas de oro físico; eso es la cuarta parte de toda la producción minera anual del mundo entero. Ha sido la mayor compra de oro físico en cualquier periodo de siete días, en toda la historia”. También habló de las bajas enormes en los inventarios globales de oro y plata físicos.

Respecto de las evidentes manipulaciones en los mercados de futuros, de esos metales, dijo: “Cuanto más bajan los precios en los mercados de papel (de esos metales preciosos), más se aumentan las compras en el mercado físico. Esto es totalmente insostenible; las ventas de papel no pueden continuar mucho tiempo más”.

Este episodio recuerda a 1992, cuando Gran Bretaña dijo que defendería como león el valor de la libra esterlina. En ese instante surgía una perfecta oportunidad para obtener una jugosa ganancia, vendiéndola en corto. Y es que esas “defensas de la moneda”, puramente voluntariosas, siempre fracasan finalmente. Así sucedió, en efecto. George Soros sí apostó, fuerte, y ganó mil millones de libras esterlinas en cuestión de horas.

“Hoy, Bernanke & Co. (la Reserva Federal, pues) está ‘defendiendo como perro’ al dólar americano, porque el mundo entero se tambalea y el refugio del oro se ofrece como atractivo. Están vendiendo el oro para apoyar el valor del dólar, tal y como Gran Bretaña vendió sus reservas para defender la libra esterlina, hasta que se le acabó el parque y tuvo que devaluar. Igualito que López Portillo. Bernanke & Co. seguirá con esta política suicida hasta que se le acabe el parque, en este caso el oro físico (López Portillo, El Presidente Apostador, usó la expresión ‘se me acabaron las fichas’). Cuando no haya más que vender, el valor del dólar bajará respecto del oro”.

Para que lo entiendan mis amigos keynesianos: el oro dará un salto en su “precio”. ¿Apuestan?