Los 8 más odiados: Tarantino, el western y Agatha Christie

No sabemos si Tarantino mantendrá su promesa de retirarse tras su décima película, pero este filme es la más honesta. 

Francisca Yolin
Columnas
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Los 8 más odiados
Foto: Wikicommons

La historia Luego de la guerra civil norteamericana, en Wyoming, una caravana con diversos personajes —que incluye dos cazarrecompensas, un soldado confederado y una prisionera— es desviada a causa de un gran temporal de nieve. Sus integrantes deberán aguardar a que pase el temporal. La tensión entre ellos no tardará en surgir.

La reseña No sabemos si Quentin Tarantino mantendrá su promesa de retirarse tras su décima película, pero su octavo filme Los 8 más odiados (The Hateful Eight) es probablemente su película más honesta y apegada a su gran placer cinéfilo: los western. Parece que Django sin cadenas (Django Unchained, 2012) sirvió como un ensayo para entregarnos un western en forma, con una dirección mejorada, una fotografía impecable, un elenco más tarantiniano (los fanáticos de su cine reconocerán varias caras familiares), un guión menos comercial y una banda sonora original muy acertada de la mano del maestro Ennio Morricone, fundamental en la filmografía del maestro del espagueti western, Sergio Leone.

Pero es Tarantino y, por supuesto, las referencias son parte fundamental de la película. Esto es también un thriller claustrofóbico, que le debe mucho a la obra de Agatha Christie —en especial a su obra de teatro La Ratonera y podemos ver más que nunca la autorreferencia, sobre todo en la muy evidente conexión de este filme con Perros de reserva (Reservoir Dogs, 1992).

Empieza sin prisas, con esos diálogos y ese tono que identifica al director, esta vez todo narrado por capítulos, un poco al estilo Kill Bill (2003 y 2004). Todos los actores que salen en pantalla son buenos y se lucen en sus papeles. Hay mucho diálogo, pero nada que sobre. Hay tensión, se siente y está bien manejada. El ritmo se acelera y comienza una montaña rusa, que sube y sube, y no sabes cuándo te soltará. A nivel técnico destaca la excelente fotografía de Robert Richardson, el diseño de producción y la banda sonora a cargo del mítico Ennio Morricone.

Las críticas son encontradas (es un director que suele provocar eso) y sí, es cierto que tres horas son mucho y que pudo haberse ahorrado al menos una media hora, pero es un filme interesante que seguramente pasará por la taquilla de forma más desapercibida que sus anteriores películas: por su duración, su premisa y sus largos y densos diálogos. Pero para los amantes del cine, del western y de Tarantino será un disfrute.

Lo bueno Tarantino en su máxima expresión, excelente nivel técnico y grandes actuaciones.

Lo malo Su larga duración, innecesaria.

¿Vale la pena verla? Si son fanáticos de Tarantino o de las películas del oeste, no se la pierdan.