Tenemos que hablar de un tema que cada vez cobra mayor importancia en medio de la coyuntura sanitaria: el Congreso digital. ¿De qué se trata este concepto? Básicamente de que el Senado de la República, la Cámara de Diputados y los Congresos locales utilicen la tecnología para agilizar sus actividades tanto en sus plenos como en las comisiones de trabajo.
En los noventa, con la consolidación del uso del internet, se crearon las bases para que en estas décadas subsecuentes que vivimos sea una realidad el “gobierno electrónico”, que incluye al Congreso digital.
Se trata de tener la información que le interesa a usted como ciudadano al alcance de un clic, de digitalizar la información. Un Congreso digital es sinónimo de procesos rápidos, de consolidación de datos de manera automatizada. Hablamos de inmediatez, de fácil acceso, de interactividad.
No olvidemos que en una democracia el poder emana de la mayoría. Votamos por representantes legislativos, es decir, senadores, diputados federales y diputados locales, para que nos representen, para que lleven nuestra voz y atiendan nuestras necesidades por medio de la elaboración y reforma del marco legal que nos permite vivir en un Estado de Derecho.
Pero en medio de la pandemia sanitaria necesitamos revisar qué sucede en el planeta e implementar soluciones comunes a problemas internacionales.
El presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República ha dejado ver que se elabora ya una estrategia para que el trabajo legislativo no se paralice. La propuesta es confeccionar un reglamento para el funcionamiento del pleno y las comisiones durante los periodos de emergencia. Esto abriría la puerta a la realización de reuniones de comisiones a distancia, así como votaciones digitales y virtuales, ya que la norma actualmente no lo prevé.
Comunicación
Resulta indispensable puntualizar que la actividad legislativa es esencial para la gobernabilidad del país, sobre todo porque es responsable de la adaptación del marco jurídico que rige a México.
Un Congreso digital es una herramienta que usted y yo necesitamos para evaluar el desempeño de nuestros representantes. Nos permite el escrutinio del trabajo parlamentario y también nos permite a los ciudadanos participar en los asuntos públicos.
En México llevamos hablando de derecho a la información desde la reforma constitucional de 1977, hace 43 años, que reformó el artículo 6 de nuestra Constitución por primera vez para determinar que “el derecho a la información será garantizado por el Estado”.
Un Congreso digital que permita a nuestros representantes trabajar a distancia en medio de la emergencia fortalecerá también el principio de máxima publicidad al trabajo legislativo y el establecimiento de mecanismos de acceso y revisión de los procesos parlamentarios.
Nos urge una democracia participativa real, potenciada por el uso de la tecnología. El reto es la innovación, la operación eficiente y transparente. Un Congreso digital permitirá que el Poder Legislativo pueda trabajar en medio de la emergencia sanitaria y establecer canales de comunicación permanentes con los votantes, que finalmente tenemos derecho a ser ciudadanos proactivos, participativos, propositivos y, sobre todo, generadores de pensamiento crítico.