Fue con el cambio de milenio que llegó a México un viento reformador en materia de transparencia.
Corría el año 2002, cuando el Diario Oficial de la Federación con fecha de 11 de julio publicaba la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental. Sin duda hay un antes y un después a partir de esta importante fecha. A 20 años de las primeras leyes de transparencia en nuestro país, revisemos cuáles son los retos alcanzados pero también los grandes pendientes en esta materia.
Primero resulta indispensable hacer algo de historia. Desde 1917 encontramos los primeros antecedentes del derecho a la información; me refiero a los artículos sexto, séptimo y octavo de la Constitución Política promulgada por Venustiano Carranza.
El siguiente paso importante en esta cronología nos lleva al año de 1948, cuando la Declaración de los Derechos Humanos se convierte en uno de los primeros antecedentes internacionales sobre el derecho a la información.
Sería hasta 1977 con una reforma al artículo sexto constitucional que se estableció que el derecho de acceso a la información sería garantizado por el Estado.
En el marco del cambio de milenio, el año 2001 fue relevante para la sociedad civil mexicana, ya que una pluralidad de voces exigió colocar en la agenda nacional la necesidad de hacer efectivo el derecho de acceso a la información.
Punto de quiebre
Así, llegamos al icónico 2002, cuando fue publicada en el Diario Oficial de la Federación la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental; este suceso abrió la puerta a la creación del Instituto Federal de Transparencia y Acceso a la Información (IFAI).
Por vez primera, la sociedad mexicana tenía el poder de hacer valer su derecho de acceso a la información, a través de solicitudes específicas.
Cinco años después, en 2007 se reformó el artículo sexto de nuestra Carta Magna. Ahora, el acceso a la información era derecho fundamental e incluso se establecieron los principios y bases para ejercerlo a nivel federal y estatal.
El año 2010 trajo consigo la entrada en vigor de la Ley Federal de protección de Datos Personales en posesión de particulares. Así mismo se reconoció al IFAI como la autoridad garante de este derecho.
Es así como llegamos a 2014, cuando nuevamente se reformó el artículo sexto de nuestra Constitución; el IFAI se convirtió en una entidad autónoma y se transformó en lo que ahora conocemos como el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y protección de Datos Personales, INAI. Se pasó de 5 a 7 comisionados cuyos nombramientos son responsabilidad del Senado. En 2016, finalmente, se consolidó el Sistema Nacional de Transparencia.
Sin duda México actualmente es referencia internacional en materia de Transparencia y Rendición de Cuentas. ¿Cuál es el reto ahora? Nos urge que la sociedad mexicana se apropie de este derecho. Recordemos que el acceso a la información es un derecho llave, es decir, abre la puerta a otros derechos. Es deber de cada mexicano ejercer su derecho a saber, porque la información, sin duda alguna, empodera a la sociedad.