Un país libre, independiente y soberano. Eso fue lo que nos trajo hace 105 años la promulgación de nuestra Constitución política: en 1917 se estableció en México una Carta Magna que fue resultado de dos movimientos altamente relevantes. Hagamos algo de historia.
La primera Constitución federal de 1824 fue la que dejó claro que nuestro país sería una República federal y no una monarquía. La Segunda Constitución, que se configuró en 1857, separó al Estado de la iglesia. Posteriormente un tercer movimiento popular dejó plasmado un documento que nos rige hasta el día de hoy.
¿Qué nos trajo la Carta Magna de 1917? Nos otorgó el marco legal para aspirar como país a la justicia social y a la defensa de la soberanía.
A través de sus 136 artículos y 19 transitorios nos dio como mexicanos importantes derechos como la educación laica y gratuita, la no reelección presidencial, la jornada laboral máxima de ocho horas, el derecho de los campesinos a la tierra, y la libertad de expresión, entre muchos otros derechos.
A lo largo de estos 105 años nuestro texto constitucional ha tenido cambios para ajustarlo a los nuevos tiempos que vive el país.
Hasta la fecha nuestro mosaico normativo tiene más de 700 reformas. Algunos de los artículos con más cambios son el 73, que define las facultades del Congreso de la Unión; el artículo 123, que regula el derecho al trabajo; y el 27, que define la propiedad de agua y tierra en nuestro país.
¿Cuáles son las modificaciones más relevantes que recientemente ha tenido nuestra Constitución tras un siglo de evolución política? La reforma al artículo cuarto constitucional, impulsada recientemente por la 4T, le otorgó el derecho a los adultos mayores a la pensión. Este derecho también protege a niñas y niños con capacidades diferentes, que actualmente y por mandato de nuestra Carta Magna pueden acceder también a una pensión.
Además, se elevó a rango constitucional el derecho de los estudiantes de escasos recursos a recibir una beca para apoyar sus estudios. Incluso nuestra Constitución mandata que el presupuesto destinado a garantizar estos derechos no puede reducirse.
Justicia social
A partir de 2018 se pusieron también en marcha una serie de reformas que buscaron austeridad, castigo a la corrupción y al fraude electoral, la creación de la Guardia Nacional, y la participación ciudadana a través de instrumentos como la consulta popular y la revocación de mandato.
El documento fundacional del Estado es el resultado del cambio, de importantes procesos de transformación y definitivamente es un entramado jurídico vigente. Sin duda, la historia constitucional de México tiene plasmada la búsqueda de justicia social.
Aquí estamos atentos a las reformas constitucionales y a la evolución de nuestra Carta Magna.