JUSTICIA LABORAL

Se borran los llamados sindicatos blancos, que pactaban con las empresas una simulación de cara a la firma de contratos laborales.

Alberto Barranco
Columnas
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Foto: Especial
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Sustentada por años como uno de los puntos de atracción de inversión extranjera al país la mala calidad de los salarios, hete aquí que al menos once de las firmas maquiladoras instaladas en la frontera norte desacataron el nuevo monto de salario mínimo fijado por el gobierno, lo que provocó sendas huelgas.

El escenario colocó en posición incómoda a la Secretaría del Trabajo ya que si avala los paros estaría cometiendo una infracción al no tener los trabajadores representación sindical y si se declaran ilegales estaría aceptando tácitamente un desafío patronal.

El escenario se volverá la constante en los próximos meses cuando el Congreso le dé el sí a la creación de leyes secundarias en el marco de la reforma laboral y en consonancia con la adhesión de México al Convenio 98 de la Organización Internacional del Trabajo relativo a libertad sindical.

De acuerdo a este el país se compromete a no obstaculizar la creación de sindicatos y, en su caso, acepta la posibilidad de recuentos cuando una parte de los trabajadores esté en desacuerdo con su representación.

Bajo el marco se borran los llamados sindicatos blancos, que pactaban con las empresas una simulación de cara a la firma de contratos laborales.

Posibilidad

De aprobarse el proyecto en la mesa los trabajadores que laboran al amparo de empresas outsourcing o tercerías tendrán derecho a que su salario real aparezca en nómina y, naturalmente, la posibilidad de prestaciones sociales de ley, es decir, seguridad social, derecho a vivienda y ahorro para el retiro.

La comprobación llegaría por doble vía: hacer efectiva la reforma que vuelve corresponsable al contratante de la tercería y la imposibilidad de participar en licitaciones públicas sin demostrar que están en regla.

En el marco, además, desaparecen las juntas locales y federales de Conciliación y Arbitraje para darle pauta a jueces laborales para decidir sobre diferendos con la parte patronal. También habrá un límite en materia de actividades susceptibles de subcontratación.

Los sindicatos existentes ya no podrán acabar con la disidencia mediante la aplicación de la llamada cláusula de exclusión, en tanto las empresas ya no sufrirán favoritismos vía el escalafón ciego que, a su vez, premiaba a los leales.

Justicia laboral.