Burocracia dorada

En la ruta existen funcionarios hacendarios que acumulan tres jubilaciones, la del Banco de México, la del ISSSTE… y la del banco de desarrollo en donde culminaron su carrera.

Alberto Barranco
Columnas
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Torre de Pemex, en la Ciudad de México
Foto: Internet

Un día antes de renunciar por motivos de salud al banco de desarrollo, el que fuera director general de Nacional Financiera, Gilberto Borja Navarrete, recibió una oferta inaudita: la posibilidad de jubilación por cuenta de esta.

Quien también fuera presidente del Grupo ICA se quedó atónito, dado que apenas había cumplido un año en el cargo, inaugurándose como servidor público después de 35 años cruzando por todos los puestos directivos de la principal constructora del país.

Naturalmente, la posibilidad fue rechazada… por más que su antecesor en el cargo, Óscar Espinosa Villarreal, con un año también al frente de la intermediaria del gobierno, recibió una pensión de siete mil pesos mensuales. Jubilado a los 43 años.

Ahora que tras cuatro años de director general del Banco Nacional de Comercio Exterior, aunque 15 más en la Secretaría de Hacienda, el actual director general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), José Ángel Gurria, recibió una pensión de 42 mil pesos a cargo del banco de desarrollo. Jubilado a los 42 años.

En la ruta existen funcionarios hacendarios que acumulan tres jubilaciones, la del Banco de México, la del ISSSTE… y la del banco de desarrollo en donde culminaron su carrera.

De lujo

Trabajar en el servicio público, pues, resulta el negocio del siglo. ¿Se acuerda usted que el célebre Tlacuache Garizurieta decía que “vivir fuera del presupuesto era vivir en el error”?

Que le digan los trabajadores del Instituto Mexicano del Seguro Social qué tal está la fiesta, en un escenario en que los que han acumulado antigüedad puedan jubilarse a los 28 años de trabajo en el caso de los hombres y a los 27 en el de las mujeres.

La posibilidad, pues, está latente a los 46, 47, 48 años…

Ahora que la percepción es equivalente a 100% de su último salario, lo que implica hacer méritos para subir un escalón, meses antes de solicitar el retiro.

Naturalmente, se mantiene la posibilidad de aguinaldo y algunas prestaciones que se alcanzaban en la época activa. Jubilados de lujo.

A los derechohabientes del propio organismo se les jubila a los 65 años o 35 de antigüedad… con una proporción equivalente a 30% del promedio salarial recibido en los últimos cinco años.

Y aunque en Petróleos Mexicanos la jubilación podría llegar cuando un trabajador tenga apenas 55 años, esta alcanza también 100% de la última anotación de la nómina.

El problema es que, lanzadas en calidad de confeti las prerrogativas por los directores generales de las empresas o entidades públicas, ninguno se preocupó por realizar un cálculo de lo que implicaría la acumulación a futuro.

Pequeño detalle, pues no se previó que las aportaciones para crear las reservas fueran suficientes para enfrentar la realidad. En el caso del IMSS, estas se empezaron a crear varios sexenios después de la mano laxa, justo durante la gestión de Genaro Borrego.

El problema es que hoy, mientras el IMSS enfrenta un faltante de reservas para hacer frente al Régimen de Jubilaciones y Pensiones de sus propios trabajadores, de un billón 350 mil millones, el de Pemex alcanza un billón 14 mil millones.

La cifra, en este último caso, provocó focos rojos en la empresa pública, que se apresta a la gran batalla para atenuar el fardo; es decir, que los trabajadores de nuevo ingreso ya no tengan los mismos privilegios de los actuales.

De hecho, la idea es que ya no sea la paraestatal la que cargue con las pensiones y jubilaciones, sino el Sistema de Ahorro para el Retiro.

Después del niño ahogado, o mejor dicho, luego de la bacanal…