HOMO JULUENSIS, NUEVA ESPECIE HUMANA DESCUBIERTA EN ASIA

“Los denisovanos podrían ser una subpoblación dentro del Homo juluensis”.

Arturo Moncada
Ciencia
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Nueva especie humana en Asia

Un estudio publicado recientemente en las páginas de Nature Communications sugiere la existencia de una nueva especie humana que podría cambiar nuestra comprensión de la evolución: el Homo juluensis.

El profesor Christopher J. Bae, reconocido antropólogo de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Hawái en Mānoa, y Xiujie Wu, paleoantropólogo de la Academia China de Ciencias de Pekín, son los autores del estudio.

Sus hallazgos arrojan luz sobre las complejas interacciones y la diversidad de antiguas especies similares a los humanos que coexistieron en Asia desde finales del Pleistoceno medio hasta principios del Pleistoceno tardío, un periodo que abarca entre 300 mil y 50 mil años atrás.

Investigación

Organizar las pruebas fósiles para reconstruir la compleja historia de la evolución humana en Asia ha sido una labor complicada. Por eso, los autores desarrollaron un sistema más claro para clasificar y comprender el registro fósil de China, Corea, Japón y el sudeste asiático.

La clave para identificar a Homo juluensis no fue el descubrimiento de nuevos fósiles, sino la reexaminación de restos hallados en la década de 1970 en el sitio arqueológico de Xujiayao, en el norte de China.

Estos fósiles, que incluyen dientes y fragmentos de cráneos, habían desconcertado a los científicos durante años.

Según Christopher J. Bae, principal autor del estudio, el descubrimiento aclara un registro fósil homínido que solía incluir todo lo que no se podía asignar fácilmente a Homo erectus, Homo neanderthalensis u Homo sapiens.

Mediante nuevas técnicas de análisis los investigadores descubrieron que las características dentales y craneales de estos fósiles no encajaban con ninguna especie conocida. En particular, los molares eran notablemente grandes, similares a los de los enigmáticos denisovanos, un grupo de antiguos humanos emparentados con los neandertales, pero con rasgos que justificaron su inclusión como una nueva especie.

Lo más intrigante es que algunos de estos fósiles hallados en China fueron anteriormente atribuidos a los denisovanos, pero tras un análisis más detallado Bae y Xiujie llegaron a la conclusión de que estos restos no encajan perfectamente en ninguna de las categorías conocidas, ya sean humanos modernos, neandertales, denisovanos u Homo erectus.

De hecho, una de las propuestas más interesantes de este estudio es que los denisovanos, conocidos principalmente por su ADN, podrían no ser una especie distinta, sino una subpoblación dentro del Homo juluensis. Los investigadores identificaron similitudes clave en los fósiles de mandíbulas y dientes de ambas poblaciones, aunque reconocieron que se necesitan más pruebas para confirmar esta conexión.

En todo caso, escriben en su estudio Xiujie y Bae, “el registro de Asia oriental nos impulsa a reconocer lo compleja que es la evolución humana en general y realmente nos obliga a revisar y replantear nuestras interpretaciones de diversos modelos evolutivos para que se ajusten mejor al creciente registro fósil”.

Fisonomía

Uno de los aspectos más extraordinarios de Homo juluensis es el tamaño de su cráneo. Con una capacidad estimada entre mil 700 y mil 800 centímetros cúbicos superaba significativamente tanto a Homo sapiens —mil 350 centímetros cúbicos— como a los neandertales —mil 450 centímetros cúbicos—.

Bautizados como Juluren o “gente de cabeza grande” por sus descubridores, estos antiguos humanos habrían coexistido, entre otros, con Homo sapiens y neandertales. Lo que los hace especialmente intrigantes es que sus cerebros eran mayores que los de cualquier otro homínido de su época, incluida nuestra propia especie.

Esta capacidad craneal, combinada con una robustez general, sugiere que Homo juluensis pudo haber sido excepcionalmente adaptado a las duras condiciones del Pleistoceno medio. Y es que este periodo, que comenzó hace 300 mil años, estuvo marcado por cambios climáticos dramáticos, incluidas edades de hielo que causaron la extinción de muchas especies antiguas. La presencia de Homo juluensis durante esa era da testimonio de su resiliencia frente a los desafíos ambientales.

Vivían en pequeños grupos, cazaban animales como caballos salvajes, utilizaban herramientas de piedra y procesaban pieles animales para sobrevivir en un entorno frío y hostil antes de extinguirse hace unos 50 mil años.

Diversos antropólogos califican el estudio de “provocador” y coinciden en señalar que, si bien las pruebas son limitadas, el registro humano en Asia es más amplio de lo que la mayoría de los especialistas ha venido suponiendo.

A pesar de la emoción que genera este hallazgo los investigadores admiten que se necesita más evidencia para confirmar el parentesco entre Homo juluensis y otros homínidos como los denisovanos. Sin embargo, este trabajo es un paso significativo hacia una mejor comprensión de la intrincada historia de nuestros antepasados en Asia.

Crece el árbol de la evolución humana

En las dos últimas décadas, nuestro árbol genealógico ha cambiado radicalmente, indica ScienceAlert. Solo en los últimos 20 años los científicos han descubierto el Homo floresiensis (2003), la especie humana más pequeña conocida, hallada en Indonesia; el Homo luzonensis (2007), descubierto en Filipinas; los denisovanos (2010), identificados mediante análisis de ADN en Rusia; el Homo longi (2021), hallado en el noreste de China; y ahora el posible Homo juluensis se une a esta creciente lista de parientes antiguos.

Fuente: ScienceAlert