RENUEVA RETRO EL DEBATE SOBRE CLONACIÓN HUMANA

“De nuevo el viejo dilema entre avance científico y estabilidad social”.

Arturo Moncada
Ciencia
CLONACIÓN

Los progresos en la ciencia y los consiguientes avances de la técnica en el campo de la biología molecular, la genética y la fecundación artificial han hecho posible desde hace tiempo la experimentación y la realización de clonaciones en el ámbito vegetal y animal.

No obstante, cabe recordar que la noticia dada por la revista Nature en su número del 27 de febrero de 1997 sobre el nacimiento de la oveja Dolly, llevado a cabo por los científicos escoceses Ian Wilmut y Keith Campbell con sus colaboradores del Roslin Institute de Edimburgo, sacudieron a la opinión pública y provocaron declaraciones de comités y de autoridades nacionales e internacionales por ser un hecho nuevo, considerado desconcertante.

Ello porque se trató no de una escisión gemelar, el método que se utilizaba comúnmente, sino de una novedad radical definida como clonación; es decir, de una reproducción asexual y agámica encaminada a producir individuos biológicamente iguales al individuo adulto que proporciona el patrimonio genético nuclear. Asimismo, porque hasta ese momento la clonación propiamente dicha se consideraba imposible. Se creía que el ácido desoxirribonucleico (ADN) de las células somáticas de los animales superiores, al haber sufrido ya la impronta genética de la diferenciación, no podía en adelante recuperar su completa potencialidad original y, por consiguiente, la capacidad de guiar el desarrollo de un nuevo individuo.

Polémica

Desde entonces el debate a favor y en contra de la clonación humana está presente. Y es que la clonación de la oveja Dolly provocó una alerta mundial ante la posibilidad de que algún laboratorio intentara hacer copias exactas de seres humanos ante una técnica que parecía muy sencilla: según la investigación, el grupo del embriólogo británico Wilmut vació un óvulo de una oveja e introdujo un núcleo con ADN de una célula adulta extraída de la ubre de otra hembra. Dolly era una réplica de esta última.

Así, en 1998 se lograron los primeros terneros y ratones clonados. En 1999, cabras. En 2000, cerdos. En 2002, conejos. En 2005, perros. Y en 2007 la Universidad de las Naciones Unidas publicó un informe en el que planteaba que la clonación de seres humanos era quizás inevitable.

Empero, la realidad fue que la técnica de Dolly —llamada transferencia nuclear de células somáticas— no funcionaba bien con los primates, el grupo animal que incluye a los monos y los humanos.

Así quedó demostrado en 2018, cuando un equipo de científicos liderados por Qiang Sun, de la Academia de Ciencias China en Shanghai, anunció el nacimiento de los primeros monos clonados con esta estrategia: dos hembras de macaco cangrejero bautizadas Zhong Zhong y Hua Hua. Incluso, uno de los coautores, Mu-Ming Poo, proclamó entonces: “No hay barreras para clonar primates, por lo que la clonación de humanos está más cerca de hacerse realidad”.

Sin embargo, la eficiencia del experimento fue extremadamente baja. Qiang Sun y sus colegas crearon 109 embriones, transfirieron 79 de ellos a 21 hembras y apenas lograron seis gestaciones. Solo nacieron las dos simias.

Avance

Luego de los experimentos de 2018, el 16 de enero el equipo de Qiang Sun anunció el nacimiento de Retro, un macaco clonado con una nueva técnica para conseguir monos idénticos.

El investigador indicó que a la técnica de transferencia nuclear de células somáticas se le añadieron células precursoras de la placenta. Con ello crearon 113 embriones, transfiriendo once de ellos a siete hembras, logrando dos gestaciones y un único nacimiento, el de Retro: un macho de macaco rhesus que ya tiene tres años y medio. “Esta nueva estrategia ha mejorado significativamente la eficiencia de la clonación de monos, tanto respecto del número de embriones trasplantados como con relación a las hembras gestantes empleadas”, defiende Qiang.

Los investigadores sugieren que este nuevo logro permite avanzar en la comprensión de los mecanismos de la clonación en primates y podría ayudar a mejorar en un futuro la eficiencia del proceso, que hasta ahora es extremadamente baja.

La Real Sociedad para la Prevención de la Crueldad contra los Animales (RSPCA) alegó tener serias dudas sobre la investigación.

“No existe una aplicación inmediata para este estudio. Se espera que asumamos que los pacientes humanos se beneficiarán de estos experimentos, pero cualquier aplicación en la vida real tardaría años y es probable que se necesiten más ‘modelos’ animales para desarrollar estas tecnologías”, declaró su portavoz.

Qiang defendió que el uso de monos es “esencial” en el ámbito de la investigación biomédica y cognitiva. El científico afirmó además en diversas entrevistas que la clonación de seres humanos sería “completamente inaceptable” y aseguró que no está en sus planes. “Ni siquiera pensaremos en ello”, sostuvo.

Debate

Para Miguel Ángel Ramiro Avilés, profesor titular de Filosofía del Derecho en la Universidad de Alcalá, las voces a favor y en contra de la clonación de células humanas muestran que la posibilidad de comenzar a andar ese camino, ya sea con finalidad terapéutica o con finalidad reproductiva, de nuevo plantea el viejo dilema entre avance de la ciencia y estabilidad de la sociedad.

Ramiro Avilés indica que, por un lado, la investigación permitirá aumentar el conocimiento que actualmente tenemos sobre el funcionamiento del cuerpo humano y con ello mejorar los medicamentos y tratamientos terapéuticos que se disponen para tratar ciertas enfermedades; pero, por otro lado, aterra la posibilidad de acceder a dicho conocimiento y de ponerlo en práctica por las consecuencias que pueda tener.

Este dilema ha determinado que nuestra conciencia y nuestros valores se hayan puesto en tela de juicio, llegándonos a cuestionar la moralidad social; igualmente ha causado que volvamos a preguntarnos qué es lo que nos singulariza y dignifica como seres humanos, al plantearse la posibilidad de que en un futuro no muy lejano esos descubrimientos pudieran provocar el nacimiento de un nuevo modelo de sociedad en el que las personas sean juzgadas por sus genes y no por sus actos, además de otras cuestiones jurídicas y éticas, finalizó.

Clonación artificial

Hasta la fecha se han ideado diversos procedimientos para llevarla a cabo, entre los que destaca la transferencia nuclear de células somáticas (somatic cell nuclear transfer o SCNT). Básicamente, la clonación de células humanas mediante la transferencia nuclear se desarrolla siguiendo los siguientes pasos. El primero es obtener un óvulo; a continuación, se retira el núcleo de ADN del óvulo y se inserta el núcleo de ADN de una célula embrionaria o adulta de la misma persona o de otra persona. Con estos pasos se obtiene un óvulo enucleado, que es inmediatamente reconstruido insertándole una nueva carga de ADN. Una vez que está reconstruido, se activa con estímulos químicos o eléctricos con el fin de que comience la división celular. Si dicha división exclusivamente se desarrolla hasta el día 14 —fase de blastocisto— y se extraen las células troncales desarrolladas, estaremos ante un caso de clonación de células humanas con finalidad terapéutica. En esa eventualidad las células troncales se utilizarán por su totipotencialidad para ser un remedio eficaz contra enfermedades o para regenerar tejidos u órganos vitales, etcétera.

Fuente: Khan Academy