En el laboratorio del campus de Norrköping de la Universidad de Linköping, en Suecia, un equipo de investigadores da un paso que podría transformar la forma en que se concibe la electrónica portátil: con el desarrollo de una batería blanda, estirable y moldeable el futuro de los dispositivos tecnológicos —desde la medicina hasta los wearables— se vislumbra más flexible, ergonómico y eficiente.
Y es que tradicionalmente las baterías son uno de los componentes más rígidos, pesados y limitantes en el diseño de dispositivos electrónicos. Desde teléfonos inteligentes hasta marcapasos, las baterías sólidas y voluminosas imponen restricciones en términos de forma, tamaño y flexibilidad.
Sin embargo, el proyecto liderado por Aiman Rahmanudin en el Laboratorio de Electrónica Orgánica (LOE) se basa en una premisa revolucionaria: convertir los componentes más rígidos de una batería —sus electrodos— en una forma líquida.
Este enfoque da como resultado una batería que puede adoptar formas tan inesperadas como un tubo de pasta de dientes y sin comprometer su funcionalidad.
Diferencia
El avance técnico de esta innovación reside en su composición. Los investigadores utilizaron polímeros conjugados (también conocidos como plásticos conductores) y lignina, un subproducto abundante y natural de la industria papelera.
A diferencia de las baterías tradicionales, en las que los electrodos están en estado sólido, esta nueva batería convierte los electrodos en una forma líquida, conservando la capacidad de almacenamiento y la conductividad, pero añadiendo una flexibilidad inigualable.
Este enfoque permite desarrollar una batería completamente elástica y resistente al estiramiento. Su estructura se mantiene estable incluso al ser doblada, comprimida o extendida. Además, el uso de lignina no solo reduce los costos de producción, sino que también mejora la sostenibilidad ambiental del dispositivo.
Esta batería puede recargarse y descargarse más de 500 veces y mantener su rendimiento. Además, puede estirarse al doble de su longitud y seguir funcionando igual de bien.
Se trata de un avance que promete revolucionar múltiples sectores. En la tecnología médica, por ejemplo, podría integrarse en dispositivos como marcapasos, audífonos, bombas de insulina y sensores corporales. Su diseño adaptable permitiría mejorar la comodidad del paciente y crear dispositivos menos invasivos, más precisos y de mayor autonomía.
En el campo de los wearables (dispositivos electrónicos que se utilizan en el cuerpo humano) y la moda tecnológica la batería blanda abre posibilidades para integrar energía directamente en prendas de vestir, accesorios inteligentes o incluso en la piel como parte de una nueva generación de dispositivos portátiles casi invisibles. Smartphones más delgados y flexibles, relojes inteligentes ultraligeros y dispositivos implantables de alta eficiencia están entre las muchas aplicaciones de este desarrollo.
Sostenibilidad
Además de su funcionalidad, esta batería representa un paso adelante hacia tecnologías más sostenibles. El uso de materiales naturales como la lignina, en lugar de metales pesados o compuestos tóxicos, reduce el impacto ambiental de su producción. Al mismo tiempo, su diseño permite procesos de fabricación más eficientes y escalables, con un menor uso de energía.
En un contexto donde la demanda de energía portátil sigue creciendo de forma exponencial, encontrar soluciones que no solo sean efectivas, sino también sostenibles, es clave para el futuro del planeta. Esta innovación sueca responde a ambas necesidades con un enfoque completamente nuevo.
Los resultados de esta investigación, publicados en la revista Science Advances, validan la rigurosidad y relevancia del hallazgo a nivel internacional. La batería flexible representa no solo un logro académico, sino también una base sólida para el desarrollo de productos reales en un futuro cercano.
Para los expertos, este tipo de innovación sugiere que la próxima gran evolución tecnológica no vendrá solo del software o la Inteligencia Artificial (IA), sino de los avances en materiales y estructuras fundamentales como la batería.
Con esta tecnología el diseño ya no estará limitado por la forma de su fuente de energía: la electrónica se adaptará al cuerpo, al entorno y al estilo de vida de cada usuario.
Hoy la batería blanda de Linköping puede parecer un experimento futurista, pero en unos años podría estar integrada a los dispositivos diarios, pasando desapercibida, pero haciendo posible una tecnología más humana, flexible y eficiente.
Baterías más comunes
Emplear el tipo correcto de batería tiene un gran impacto en el rendimiento y éxito en el tipo de aplicación para realizar. Aquí algunos ejemplos.
De litio Las baterías de ion litio se imponen como las más empleadas en el mundo. Esto se debe a que ofrecen una mayor densidad energética. Su excelente rendimiento las convierte en el tipo adecuado para utilizarlas tanto en celulares como en laptops. Incluso son las más empleadas en sistemas fotovoltaicos por brindar una adecuada densidad.
Alcalinas Son el modelo más empleado a nivel doméstico. Se caracterizan por ser baratas y se consiguen en cualquier tienda. Son las típicas baterías que se encuentran en la vivienda. Prácticas, pero con un escaso tiempo de vida útil.
AGM Son una fuente confiable de energía, de amplio uso en aplicaciones fotovoltaicas. Pertenecen a los modelos de baterías de plomo ácido y ofrecen una duración adecuada para viviendas donde se busca almacenar energía solar.
GEL También pertenecen al grupo de las baterías de plomo ácido. Sus prestaciones son casi idénticas a las AGM. No requieren de mucho mantenimiento y brindan una excelente densidad energética para aplicaciones de energía solar fotovoltaica.
Zinc-carbono Destacan por su baja densidad, que se ajusta a su bajo precio. Son las menos potentes y durables. Las emplean en dispositivos de bajo consumo como detectores de humo y relojes.
Zinc-aire Al igual que las alcalinas y las zinc-carbono brindan soluciones específicas. Se pueden encontrar en audífonos. Su composición también es diferente, pues requieren estar expuestas a oxígeno para funcionar.
Níquel-cadmio Empleadas para energizar equipos pequeños, como juguetes, cámaras digitales, linternas, etcétera, destacan por mantener un voltaje constante hasta su fin de uso.
Fuente: Autosolar