NUEVA ENFERMEDAD VIRAL ATACA Y AMENAZA A CONEJOS MEXICANOS

Se trata del brote de la enfermedad hemorrágica viral de los conejos del tipo 2, altamente contagiosa y mortal para esa especie.

Martha Mejía
Ciencia
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VOLODYMYR BURDYAK

Desde hace varias semanas pobladores de comunidades en algunos estados del norte del país reportan un incremento en muertes de conejos y liebres, pero no por envenenamiento: se trata de un brote de la enfermedad hemorrágica viral de los conejos del tipo 2 (EHVC-2), altamente contagiosa y mortal para esa especie.

Ejidatarios del poblado Chapala, en San Quintín, Baja California, refieren por ejemplo el hallazgo de cadáveres cerca de las parcelas y en los cerros de los alrededores debido a un mal que solo afecta a esos animales.

De hecho “durante mucho tiempo esta enfermedad únicamente afectó a los conejos domésticos, pero en 2010 surgió un subtipo 2 que también ataca a conejos y liebres silvestres. Desde el punto de vista técnico se define como un calicivirus, un virus muy resistente a las condiciones ambientales, que se propaga con facilidad ”, explica en entrevista Miguel Ángel Martínez Castillo, médico veterinario y catedrático de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la UNAM.

Padecimiento

El virus, que corresponde al género Lagovirus de la familia Caliciviridae, se encuentra en secreciones y excreciones de los animales infectados (fluido ocular y nasal, orina y heces). Los conejos presentan fiebre, depresión, falta de apetito, hemorragias oculares, secreción nasal espumosa sanguinolenta, dificultad para respirar, excitación, incoordinación, rigidez corporal y muerte, la cual se presenta de doce a 36 horas después del comienzo de la enfermedad. Ocasionalmente solo manifiestan chillidos terminales, colapso y muerte repentina.

“Estamos hablando de una enfermedad exótica, lo cual significa que no existía en México hasta hace unos meses. Es un virus que si no se contiene y llega al centro del país afectará muchísimo, sobre todo en el medio silvestre”, explica Martínez Castillo.

El origen de esta enfermedad se encuentra en algunos países de Sudamérica, Europa, Asia y África. México estaba libre de la enfermedad desde 1993, pero un rebrote del subtipo 2 se presentó hace unos meses en el sur de Estados Unidos en conejos domésticos (Oryctolagus cuniculus) y en conejos y liebres silvestres que pertenecen al género Sylvilagus, particularmente de cola negra (Lepus californicus) y conejo matorralero (Sylvilagus audubonii).

En abril, en el Centro Nacional de Servicios de Constatación en Salud Animal (Cenapa) del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), se confirmó la detección del virus del EHVC-2 en muestras de conejos provenientes de Chihuahua.

“A principios de abril se dio el primer foco de identificación en Chihuahua y una semana después se encontraron otros cadáveres de conejos a 50 kilómetros del primer lugar que se identificó: eso indica que el virus es transportado muy fácilmente”, explica el médico veterinario.

Hasta el momento los veterinarios de la Comisión México-Estados Unidos para la Prevención de la Fiebre Aftosa y otras Enfermedades Exóticas de los Animales (CPA) del Senasica detectaron 36 casos de la enfermedad en animales domésticos: uno en Baja California, uno en Baja California Sur, 22 en Chihuahua, dos en Coahuila, uno en Durango y nueve en Sonora; más nueve casos en liebres silvestres de Chihuahua, uno en Durango y otro en Sonora.

Debido a que el virus se encuentra en secreciones y excreciones de los animales infectados puede transmitirse por contacto directo o por medio de fómites, como personas, vehículos, material o equipo.

“El contagio se da por contacto directo, porque el virus está presente en la saliva, en las secreciones nasales y oculares; la segunda es que el animal también puede expulsar el virus por la orina y las heces; de esta forma se pueden contaminar los pastos, el agua y los alimentos. Y por ese medio los animales silvestres se pueden contaminar. También por animales que actúan como transmisores o vectores, y aquí es cuando el problema se convierte en una situación grave ya que los conejos silvestres son parte de las cadenas alimenticias, es decir, otros animales se alimentan de ellos. Puede haber coyotes, zorros, aves, depredadores en general que consumen estos conejos infectados; ellos no van a padecer la enfermedad pero la van a transmitir hacia el lugar a donde vayan”, explica Martínez.

Barreras de protección

Ante los hallazgos el Cenapa ordenó la aplicación inmediata de las medidas contraepidémicas necesarias, que implican la despoblación y sanitización de los predios que se han visto afectados en las distintas entidades.

“Se debe dar parte a las autoridades inmediatamente. Ellas tienen que desplazarse a la zona y verificar si es esta la enfermedad. Si lo es, se debe erradicar a los conejos infectados. Por ejemplo, si es en una granja, eliminar adecuadamente los cadáveres y desinfectar ya que por ahora no hay otra alternativa”, explica el especialista.

De acuerdo con el Senasica en todo el territorio nacional se promueve entre los cunicultores la notificación de sospechas de EHVC-2 y se les invita a no mover conejos enfermos o muertos sin causa aparente, con la finalidad de evitar la dispersión del virus.

“En el país existen muchos conejos silvestres. Uno de ellos es el teporingo (Romerolagus diazi), oriundo de las montañas que circundan a la Ciudad de México. Este está a punto de desaparecer porque se ha cambiado el entorno y por la mancha urbana. En este contexto si este virus puede afectar y acabar con los conejos del norte, de llegar al centro del país sería otra catástrofe porque varias especies de conejos y liebres desaparecerían”, puntualiza.

En el país, añade, se consume la carne de este animal, se aprovecha su piel y hasta sus patas como símbolo de buena suerte; también se usa para ensayos médicos y en la industria farmacéutica. Existe una gran producción y comercialización de conejo en el Estado de México y Michoacán, pero por ahora es recomendable que los productores mantengan solo un comercio local para evitar la dispersión de esta enfermedad.

Martínez, también maestro en Ciencias, agrega que el conejo como animal de compañía juega un factor de riesgo importante en la situación sanitaria actual. “En México desde hace más de 30 años está prohibida la importación de estos animales, pero mucha gente ha introducido a razas de conejos de otros países, especialmente de Estados Unidos y de Canadá; traen conejos que antes no existían en nuestro país y ahora aparecen como animales de compañía. ¿De dónde han salido? De contrabandos, con un ingreso ilegal. Estas son cosas que la gente debería tener en cuenta, estar consciente de que se pone en riesgo a los conejos del país al introducir especies invasoras”, advierte.