La epilepsia es un trastorno neurológico en el que la actividad del cerebro es anormal, lo que provoca convulsiones o períodos de comportamiento inusuales, sensaciones y, en algunos casos, pérdida de la consciencia. Cualquier persona puede padecer epilepsia, y esta afecta a hombres y mujeres de todas las razas, orígenes étnicos y edades. En esta alerta para los expertos, el Dr. Jamie Van Gompel, neurocirujano de Mayo Clinic, describe las opciones de tratamiento más recientes.
“La variedad de tratamientos posibles es mucho más amplia ahora”, dice el Dr. Van Gompel. “Realmente hemos mejorado los resultados para los pacientes. Creo que es importante analizar las opciones de tratamiento porque pueden tener repercusiones trascendentales y significativas en la vida de los pacientes”.
Algunas personas necesitan tratamiento de por vida para controlar las convulsiones, pero otras dejan de padecerlas con el tiempo. Algunos niños con epilepsia superan la afección cuando crecen.
Los medicamentos contra la epilepsia han mejorado y siguen siendo la forma más común de tratarla: el tratamiento con medicamentos o, en algunos casos, con cirugía puede controlar las convulsiones en la mayoría de las personas que padecen epilepsia, afirma el Dr. Van Gompel.
La cirugía abierta para extraer la parte del cerebro que provoca las convulsiones es aún una opción de tratamiento importante para la epilepsia que no se controla con medicamentos. En los últimos años, se han desarrollado nuevas opciones de tratamiento para la epilepsia, incluidas opciones de invasión mínima.
Estos son algunos de los tratamientos más recientes:
Estimulación cerebral profunda. En este caso, se usa un dispositivo que se coloca en una zona muy profunda en el cerebro de manera permanente. El dispositivo libera señales eléctricas programadas regularmente que alteran la actividad que provoca la convulsión. Este procedimiento se realiza a través de imágenes por resonancia magnética. El generador que envía el impulso eléctrico se implanta en el pecho.
Neuroestimulación receptiva. Estos dispositivos implantables y parecidos a un marcapasos pueden ayudar a reducir en gran medida la frecuencia de las convulsiones. Estos dispositivos de estimulación receptiva analizan los patrones de actividad del cerebro para detectar las convulsiones en el momento en que comienzan y para enviar una descarga eléctrica o un medicamento que las detenga antes de que provoquen una discapacidad. Las investigaciones demuestran que esta terapia tiene muy pocos efectos secundarios y que puede ofrecer un alivio a largo plazo en cuanto a las convulsiones. Este dispositivo se coloca en la cabeza.
Terapia térmica intersticial inducida por láser (LITT, por sus siglas en inglés). Esta terapia es menos invasiva que la cirugía de extirpación. En este caso, se usa un láser para marcar de manera precisa y destruir una pequeña porción de tejido en el cerebro. El láser se guía con imágenes por resonancia magnética.
Cirugía de invasión mínima. Las nuevas técnicas quirúrgicas de invasión mínima, como la ecografía focalizada guiada por imágenes por resonancia magnética, son prometedoras para tratar las convulsiones con menos riesgos que la cirugía con cerebro abierto tradicional.
El Dr. Van Gompel alienta a las personas con epilepsia a que hablen con su proveedor principal de atención médica o con un neurólogo sobre su tratamiento actual y que no duden en buscar una segunda opinión en un centro de epilepsia, especialmente si están padeciendo efectos secundarios relacionados con los medicamentos o si continúan teniendo convulsiones.
“Si no ha tenido una cita con un especialista en los últimos cinco años, debería acudir a un epileptólogo en un centro de atención médica especializado”, dice el Dr. Van Gompel. “Los tratamientos contra la epilepsia cambian tan rápidamente ahora que posiblemente haya alguno nuevo que pueda ayudar”.
La investigación en el campo continúa siendo la prevención de la convulsión, la predicción (también conocida como previsión de convulsiones) y el tratamiento. El Dr. Van Gompel predice que el uso de inteligencia artificial y de aprendizaje automático ayudarán a los neurólogos y neurocirujanos a continuar mejorando las opciones de tratamiento y los resultados.
“Pienso que avanzaremos más y más para extraer cada vez menor cantidad de tejido cerebral”, afirma el Dr. Van Gompel. “Creo que en las próximas décadas, entenderemos la estimulación cerebral lo suficiente como para evitar que tengamos que extraer tejido del cerebro otra vez. Quizás seamos capaces de tratar a ese cerebro que trabaja mal con electricidad o alguna otra cosa. Posiblemente sea una administración de medicamentos directamente en la zona para rehabilitarla y lograr que la corteza funcione nuevamente. Eso es lo que esperamos”.