Los niños necesitan adecuada nutrición para un crecimiento y desarrollo saludable

La malnutrición puede tener consecuencias para toda la vida

Redacción
Bienestar
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Cortesía Improvecomunicaciones

La malnutrición puede tener diferentes formas de presentarse: emaciación (bajo peso para la altura), retraso en el crecimiento (baja altura para la edad), bajo peso (bajo peso para la edad), o sobrepeso y obesidad (por encima del peso saludable para la altura). El común denominador de estas formas es que los niños no reciben la cantidad adecuada de nutrientes que necesitan para estar sanos.

A nivel mundial, la malnutrición afecta a muchos niños menores de 5 años: con 149 millones que presentan retraso en el crecimiento, 45 millones que tienen un peso inferior al normal y 39 millones con sobrepeso y obesidad. La malnutrición tiene un impacto significativo en la salud de los niños. La desnutrición crónica puede conducir al retraso en el crecimiento, por ejemplo: puede tener efectos a largo plazo en un niño que no alcanza su pleno potencial de crecimiento o puede dañar irreversiblemente su desarrollo cognitivo y, como resultado, afectar negativamente su rendimiento académico. En última instancia, podría tener efectos a largo plazo en las perspectivas de trabajo y la estabilidad económica futura.

En el otro lado del espectro, tener sobrepeso u obesidad puede incrementar el riesgo de enfermedades no transmisibles relacionadas con la alimentación, como la diabetes y las enfermedades del corazón. Las enfermedades crónicas tienen un impacto global significativo.

De hecho, la diabetes afecta 422 millones de personas en todo el mundo y los padecimientos cardíacos son la principal causa de muerte a nivel mundial. Al respecto, el Dr. Oscar Quintero, Director Médico en Abbott, explica que “si no se tratan o no se controlan, estas enfermedades crónicas pueden poner a las personas en riesgo de sufrir complicaciones de salud, desde ataques cardíacos hasta accidentes cerebrovasculares, e incluso pueden provocar la muerte”.

Factores que contribuyen a la malnutrición

La malnutrición puede estar motivada por factores sociales determinantes de la salud, incluida la pobreza o la inestabilidad económica. Cuando las familias tienen dificultades económicas, puede conducir a la inseguridad alimentaria y a la falta de acceso a alimentos saludables o a la diversidad en la elección de alimentos. La inseguridad alimentaria ha tenido un impacto significativo. Se estima que casi 690 millones de personas en todo el mundo pasaron hambre en 2019 y otros 83 millones podrían padecer inseguridad alimentaria debido a la pandemia COVID-19.

Además, alrededor del mundo aún hay familias que tienen un acceso limitado a servicios médicos, lo que puede ser causado por inestabilidad económica o porque viven en una comunidad remota. Y es que, el acceso limitado a la atención médica puede dificultar la identificación y el tratamiento de la malnutrición en los niños.

Los padres pueden no saber la importancia de proveer diversos alimentos en la dieta o cómo balancear los carbohidratos, proteína y grasas para que sus hijos tengan la nutrición necesaria para la salud y el crecimiento. Algunos pueden luchar con los “picky eaters” o niños quisquillosos. Los comportamientos de alimentación selectiva o quisquillosa como la resistencia a probar nuevos alimentos o el trastorno alimenticio selectivo, que es la incapacidad o falta de voluntad para comer ciertos tipos de alimentos- pueden ser problemas comunes entre los niños y pueden llevarlos a comer más alimentos calóricos de bajo valor nutricional. Proporcionar educación nutricional a niños y padres es clave para prevenir y tratar la malnutrición, tanto la desnutrición como la sobre nutrición.

Enfoques para luchar contra la malnutrición

La lucha contra la malnutrición comienza con la detección temprana de los niños con desnutrición o en situación de riesgo. Si se identifica a los niños que presentan esta problemática, podrán recibir una intervención nutricional para mejorar la salud.

La colaboración entre las comunidades, las organizaciones y los gobiernos que se centran en la identificación e intervención tempranas para la desnutrición y la educación nutricional para los niños y sus padres son importantes para abordar este problema.

Recientemente, Abbott se asoció con el Instituto de Investigación Children’s Mercy, Children International y Hallmark para desarrollar y distribuir la cinta MUAC Z-Score, un dispositivo de papel que se asemeja a una cinta de medición tradicional con indicadores que indican el riesgo de desnutrición en los niños. Los exámenes de detección se pueden realizar rápidamente y son eficaces para identificar a los niños en riesgo de malnutrición.

Future Well Kids es un programa de educación de estilo de vida saludable creado por Abbott. El plan de estudios fue desarrollado en colaboración con Discovery Education, líder mundial en educación y tecnología cuya plataforma digital de vanguardia apoya el aprendizaje donde quiera.

Future Well Kids enseña a los niños acerca de las enfermedades no transmisibles y cómo pueden mantenerse saludables y reducir el riesgo de desarrollar estos padecimientos crónicos en la vida a través de aprender a crear un plan de comidas nutritivas y establecer objetivos de acondicionamiento físico.

Las asociaciones e iniciativas que promueven la nutrición y estilos de vida saludables para los niños y sus familias desempeñan un papel fundamental en la prevención y la lucha contra la malnutrición en todas sus formas. Cuando los niños están bien nutridos, reciben nutrientes clave que pueden apoyar su crecimiento y desarrollo, así como prepararlos para mantener una buena salud de por vida.