LA META FRENTE AL COVID-19: REDUCIR SU LETALIDAD Y ALCANZAR INMUNIDAD

Avanza a paso lento la epidemia en México.

Lorena Ríos
Bienestar
Asian scientist use microscope

Desde que inició la pandemia por SARS-CoV-2 en diciembre de 2019 en Wuhan, China, la incógnita que tiene ocupados a los científicos y autoridades sanitarias es el grado de letalidad de la nueva enfermedad de Covid-19, que de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) es de 3.4%, aunque los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos indican que es de 2.6% y en México de 11%, tasas que se elevan con la edad y por la presencia de enfermedades crónico degenerativas.

De igual forma investigaciones del Centro Chino para el Control y Prevención de Enfermedades señalan que la tasa de letalidad del coronavirus es de 2.3%, siendo las personas mayores de 80 años quienes corren mayor riesgo de complicaciones y con un índice de mortandad de 14.8 por ciento.

Por ello a escala mundial 80.9% de las infecciones por coronavirus se clasifican como leves, 13.8% como graves y solo 4.7% como críticas, lo que incluye insuficiencia respiratoria, multiorgánica y shock séptico.

En el país la tasa de letalidad se ubica en 10.7% por cada 100 mil habitantes, lo que nos coloca por encima del promedio de la tasa de letalidad mundial.

La explicación se encuentra en el hecho de que aquí 70% de la población presenta problemas de sobrepeso u obesidad (96 millones de personas), hipertensión (15.2 millones) y diabetes (8.6 millones), condiciones que combinadas con la infección generan una serie de complicaciones médicas, de acuerdo con información de la OMS y la Secretaría de Salud federal.

Por ello el segmento más vulnerable ante el Covid-19 son las personas que superan los 65 años y que además tienen alguna enfermedad crónica mal controlada, mientras que en el resto de la población, con las medidas de higiene adecuadas, la sana distancia y vida saludable, aunque llegaran a infectarse, algunos serían asintomáticos y otros presentarían molestias leves que en el lapso de una a dos semanas quedarían superadas, explica Jonatan Barrera Chimal, investigador del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM.

“Diabéticos, hipertensos y obesos son la población con mayor riesgo de infección por Covid-19 y para desarrollar la forma más grave. Es decir, perder la capacidad pulmonar, presentar daño en los vasos sanguíneos pulmonares que se encargan del intercambio de oxígeno y dióxido de carbono, comprometiendo la función del corazón y en algunos casos derivar en la muerte”, expone el especialista.

En cambio en el contexto de la pandemia de Covid-19 se observa que en general las personas sin antecedentes de enfermedades crónicas “responden mucho mejor y desarrollan síntomas leves de la enfermedad”.

Caso aparte son las mujeres embarazadas, cuyos datos son limitados y siguen en estudio, por lo que sugiere extremar cuidados.

Transmisión por aire

El SARS-CoV-2, responsable del Covid-19, permanece estable durante varias horas o días en aerosoles o superficies, de acuerdo con un nuevo estudio de los Institutos Nacionales de Salud y los CDC de Estados Unidos, así como de las universidades de California y Princeton, publicado en The New England Journal of Medicine.

Los investigadores señalan que el coronavirus es detectable en aerosoles hasta tres horas, cuatro horas en cobre, 24 horas en cartón y hasta tres días en plástico y acero inoxidable.

El más reciente reporte de la OMS concluye que el virus se “transmite principalmente entre personas a través de las denominadas gotas respiratorias de más de cinco micras. En este sentido la transmisión por el aire se produce cuando hay una presencia de virus dentro de los núcleos de gotas, las cuales pueden permanecer en el aire y transmitirse a otros a distancias superiores a un metro, lo que se conoce como partículas en suspensión o aerosoles”.

Y para conocer con mayor exactitud la cantidad de personas infectadas por Covid-19 en México las autoridades de la SSA federal anunciaron que en la próxima Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2020 se incluirá una prueba serológica para el coronavirus, lo que permitirá identificar los anticuerpos generados por las personas que tuvieron contacto con el virus: los de tipo IGM (Inmunoglobulina M), de fase aguda y con poco tiempo de duración, así como los IGG (Inmunoglobulina G), que permanecen en el cuerpo.

La encuesta realizará entrevistas a la población para abordar características demográficas y sociales con el objetivo de conocer el curso de la epidemia y también preguntará los síntomas. Además incluirá la toma de muestra de sangre para la extracción del suero, el cual es estudiado para identificar los anticuerpos.

Inmunidad

Mientras continúa la carrera científica por lograr una vacuna que proteja a la población de esta enfermedad investigadores tienen la esperanza de que se logre la inmunidad adquirida por la propia infección, lo cual llevará varios meses, aunque aún hay grandes incógnitas, como qué tan potente es la memoria inmunológica al virus o si se logrará la inmunidad grupal o de rebaño.

La aparición de anticuerpos permite comprobar la respuesta inmune a un patógeno. Su producción persiste después de la enfermedad, por lo que sirven además como testigos de una infección ya pasada que puede detectarse en un test. Pero su presencia no es necesariamente una garantía de inmunidad contra una reinfección.

A este respecto las alarmas saltaron cuando en China, Japón y Corea comenzaron a llegar noticias de pacientes presuntamente reinfectados con el virus después de su curación. Sin embargo tanto la OMS como otros expertos señalaron que lo detectado en esos test probablemente corresponde a restos muertos del virus, aún en proceso de eliminación.

“El consenso es que no son reinfecciones reales sino detección de residuos del virus”, afirma el microbiólogo e inmunólogo José Villadangos, del Instituto Peter Doherty.

En tanto el inmunólogo y especialista en coronavirus Stanley Perlman, de la Universidad de Iowa, EU, dice que “una persona infectada por coronavirus presenta una inmunidad que tiende a ser temporal, en el orden de uno a dos años. Se ha demostrado que los niveles de anticuerpos contra el virus del SARS comienzan a decaer a partir de los dos años”.

Con relación a la inmunidad grupal o de rebaño el Instituto Johns Hopkins describe que es cuando una proporción alta de la población tiene anticuerpos para combatir una enfermedad, por lo que reduce la posibilidad de que personas que no tienen esos mismos anticuerpos la contraigan.

“Dependiendo de qué tan contagiosa sea la infección, usualmente de 70 a 90% de la población necesita inmunidad para lograr la inmunidad de rebaño. Los humanos hemos desarrollado inmunidad de grupo para muchas enfermedades a lo largo de la historia. Entre ellas se cuentan la polio, la varicela y el sarampión, de las que podemos protegernos gracias a las vacunas. De hecho la razón por la que hay brotes de enfermedades que ya habíamos controlado es porque hay un menor rango de población vacunada que la que se necesita para generar este tipo de protección”, expone el Instituto Johns Hopkins.

Protocolos de tratamiento

El desarrollo de un nuevo medicamento puede tomar años de investigación, por lo que ante la propagación mundial del nuevo coronavirus una de las estrategias es identificar fármacos existentes capaces de retrasar la progresión del Covid-19 o de aumentar las probabilidades de supervivencia de los pacientes graves; pero hasta el momento ninguno ha demostrado ser seguro y eficaz.
Al respecto Gilberto Castañeda Hernández, del Departamento de Farmacología del Cinvestav, señala que al inicio de la infección por el nuevo coronavirus 80% de las personas se recuperaron con reposo, hidratación y medicamentos para controlar la fiebre, entre ellos paracetamol, metamizol o antiinflamatorios no esteroidales bajo supervisión médica.
El problema consiste en qué tratamiento administrar a quienes no logran contrarrestar al Covid-19 y presentan un cuadro de neumonía, que de agravarse se acompaña de un proceso inflamatorio que en ocasiones puede ser fatal.
Si bien en este punto se pueden emplear antiinflamatorios (como tocilizumab o ruxolitinib) y anticoagulantes para frenar los daños en el cuerpo del enfermo, los esfuerzos internacionales se han enfocado en fármacos con potencial de inhibir la infección.
Uno de ellos es la hidroxicloroquina, utilizada contra la malaria, lupus y artritis. Se encontró que el compuesto es efectivo contra el virus. En Francia investigadores realizaron ensayos clínicos con el fármaco y los resultados reportados señalan que al administrarlo en etapas tempranas de la enfermedad hay un descenso en la cantidad de virus. También se vio que al combinarla con azitromicina (un antibiótico) el efecto se potencializa.
Sin embargo científicos en Francia, China y Estados Unidos utilizaron dosis diferentes de los mismos medicamentos con resultados variables, lo cual impide conocer el potencial real de dichos compuestos ante el Covid-19. De ahí la relevancia de unificar los protocolos clínicos.

En relación al antiviral experimental remdesivir, para el tratamiento del ébola, generó resultados alentadores en células humanas y en animales infectados con el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) y el síndrome respiratorio agudo severo (SARS), lo que sugirió su posible actividad contra el nuevo coronavirus.

Así, aunque no se ha demostrado que la hidroxicloroquina, el remdesivir ni algún otro fármaco puedan curar o prevenir la enfermedad, la información generada en los ensayos clínicos servirá a futuro en el diseño de un tratamiento específico para el nuevo SARS-CoV-2. Pero mientras tanto la investigación debe continuar, advierte el especialista del Cinvestav.
Próximas vacunas

Luego de la estadunidense Moderna y la china CanSino, ahora tocó el turno a la firma sueco-inglesa AstraZeneca para prometer una vacuna para el mes de septiembre: aseguró que cuenta con la capacidad de fabricar mil millones de dosis para distribuir en todo el mundo.

“Haremos todo lo que esté a nuestro alcance para que esta vacuna esté disponible de manera rápida y amplia”, afirmó en un comunicado Pascal Soriot, director ejecutivo de AstraZeneca.

La farmacéutica cerró sus primeros acuerdos para producir 400 millones de dosis de su vacuna para el Covid-19, que está en fase de ensayos, impulsada por una inversión de la agencia estadunidense de vacunas.

También las farmacéuticas Moderna y Sanofi trabajan a contrarreloj para desarrollar y producir una vacuna contra el nuevo coronavirus, que según los expertos sería crucial para permitir que los países suavicen sus cuarentenas y restricciones sobre la vida pública.

RECUADROS

Síntomas

Más habituales

Fiebre.

Tos seca.

Cansancio.

Menos comunes

Molestias y dolores.

Dolor de garganta.

Diarrea.

Conjuntivitis.

Dolor de cabeza.

Pérdida del sentido del olfato o del gusto.

Erupciones cutáneas o pérdida del color en los dedos de las manos o de los pies.

Graves

Dificultad para respirar o sensación de falta de aire.

Dolor o presión en el pecho.

Incapacidad para hablar o moverse.

Las personas que se contagian empiezan a presentar síntomas en un plazo de cinco a seis días, pero pueden tardar hasta 14.

Fuente: OMS y SSA