Una de las enfermedades de la piel con mayor impacto en la vida de los pacientes y cuidadores es la dermatitis atópica. La carga de este tipo de padecimientos a menudo se subestima por las instituciones de salud, al no considerar aspectos más allá del grado de discapacidad, como indicadores de calidad de vida. En 2019, la dermatitis (abarcando los tipos atópicos, seborreicos y de contacto) resultó en la mayor carga de todas las condiciones cutáneas.
En el marco del Día Mundial de la Dermatitis Atópica (DA), conmemorado el 14 de septiembre, especialistas buscan sensibilizar y crear conciencia del impacto social, emocional y laboral que viven los pacientes con esta condición de la piel. La dermatitis atópica es una condición crónica conocida por ser una enfermedad inflamatoria sistémica que causa picazón intensa, eccema, lesiones de la piel, piel seca, dolor, infecciones de la piel y posibles hospitalizaciones.
“Los síntomas físicos de la dermatitis atópica se traducen en una carga social y psicológica, producto de trastornos del sueño, picazón extrema, episodios de ansiedad y depresión, menor productividad escolar o laboral y la exclusión social, debido al estigma incorrecto que tiene como enfermedad contagiosa. La enfermedad también afecta la calidad de vida de los pacientes y cuidadores infantiles, generando problemas emocionales en los pacientes y sus familias”, señala la doctora Karina Santana, gerente médico del portafolio de Inflamación e Inmunología de Pfizer.
De acuerdo con el estudio desarrollado por esta empresa farmacéutica, uno de los retos clave para tratar la dermatitis atópica, es la falta de datos epidemiológicos y clínicos locales sobre la enfermedad, lo que dificulta la posibilidad de mostrar el impacto que tiene en los pacientes de América Latina.
“Los datos sobre la prevalencia de dermatitis atópica no están disponibles en muchos países y en algunos casos no están definidos para la población adulta. Además, un estudio en Colombia estimó que la prevalencia de dermatitis atópica es del 14%, sin embargo, la prevalencia diagnosticada por los médicos fue del 6%, lo que indica una alta prevalencia de la enfermedad pero un diagnóstico limitado”, agrega la especialista.
Otra problemática importante es que el diagnóstico de enfermedades de la piel por los médicos de primer contacto puede ser impreciso y la referencia a especialistas retrasado, debido al bajo número de cursos dedicados a la dermatología durante los estudios de medicina. Finalmente, hay pocos especialistas en dermatología médica en los países de la región. Estos factores dificultan el diagnóstico de estas condiciones y pueden llevar a una subestimación del impacto real de las enfermedades de la piel en la población.
“Los padecimientos dermatológicos tienen un impacto en la salud física y mental del paciente, particularmente aquellos que son crónicos. Este día mundial de la DA recordemos que un diagnóstico oportuno, soluciones terapéuticas innovadoras, con el respaldo de investigación científica líder, y el apego al tratamiento son clave para ver resultados de largo plazo”, señala la doctora Karina Santana.
Los padecimientos de la piel (trastornos cutáneos y subcutáneos) representan la cuarta causa principal de la carga de enfermedades no mortales, basado en los Años de Vida Ajustados por Discapacidad (AVAD) y Años Vividos con Discapacidad (AVD), de acuerdo con el estudio Dermatología Médica Aumento del conocimiento y acceso a la atención en América Latina: Casos de estudio en dermatitis atópica y alopecia areata, desarrollado por el Institute for Human Data Science (IQVIA) y Pfizer.