Especialistas desmitifican el llamado efecto “rebote” de terapias farmacológicas para tratar obesidad

De todas las personas que necesitan terapia farmacológica, solamente entre 5 y 8% la reciben

Lorena Ríos
Bienestar
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Cortesía Ejecom

Especialistas médicos nacionales e internacionales señalaron erróneo considerar que los tratamientos farmacológicos para bajar de peso causan una “reganancia” de kilos o el llamado “rebote”, por lo cual debe perderse el miedo a utilizarlos, además de saber que para tener efectos duraderos la piedra angular es el cambio en el estilo de vida.

En el marco del Día Mundial de la Obesidad que se conmemora cada 4 de marzo, la nutrióloga y médica internista, Ariana Canché; el ex presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), Francisco Tinahones; y el ex académico de la UNAM el Dr. Raúl Morín, indicaron que el tratamiento para esta enfermedad debe ser continuo con dieta saludable y actividad física, con el apoyo de fármacos seguros como los de la farmacéutica Medix, líder en el tratamiento del sobrepeso y obesidad, que deben usarse por tiempo limitado y siempre bajo supervisión de un profesional de salud.

La doctora Ariana Canché, destacó que 8 de cada 10 mexicanos tiene algún grado de sobrepeso u obesidad que debe atenderse de manera oportuna e integral para reducir el riesgo de padecer otras enfermedades metabólicas como la diabetes e hipertensión, además de complicaciones ortopédicas.

“La obesidad es una enfermedad crónico degenerativa y la terapia farmacológica es un auxiliar en el tratamiento. Durante el tiempo del tratamiento que recomiende un médico, debe haber también un cambio de estilo de vida para que sea más saludable, ya que de esto depende que cuando se deje el medicamento no haya una reganancia de peso”, destacó.

Por su parte, el ex presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), Francisco Tinahones, expresó que aproximadamente 80% de los pacientes con obesidad necesitan tratamiento farmacológico para perder peso, sin embargo solamente entre 5 y 8% de ellos lo reciben ya sea por lo tabúes que existen alrededor de estas terapias o porque no pueden pagarlos al no estar incluidos en los sistemas de salud pública.

“Los tratamientos deben tomarse entre 6 y 12 meses, y cuando los pacientes dejan la terapia farmacológica tienen una ganancia de peso si no continúan con dieta saludable y ejercicio porque ocurre lo mismo que con la hipertensión, si una persona se quita la pastilla vuelve a subir la presión, cuando se trata de enfermedades crónicas el tratamiento es de por vida”, agregó.

En tanto, el ex catedrático de la UNAM, el Dr. Raúl Morín, mencionó que cuando un paciente deja de tomar el medicamento y vuelve a ganar peso no se trata de lo que la gente llama “rebote”. “Con tratamiento farmacológico un paciente puede perder 16% de su peso corporal inicial en seis meses, sin embargo, la obesidad es una enfermedad crónica controlable como la hipertensión y la diabetes y que un tratamiento debe ser continuo con dieta y ejercicio, si no se van a ganar los kilos perdidos no por el ‘rebote’ que no existe, sino por regresar a sus viejos hábitos de alimentación y falta de actividad física”, puntualizó.

Finalmente, los especialistas recomiendan que la población se informe siempre, con un profesional de la salud sobre las terapias farmacológicas seguras y eficaces para perder peso, porque deben ser individualizadas y acompañadas de un tratamiento integral.