Durante el confinamiento de 2020 y 2021, causado por la pandemia de Covid-19, los embarazos no deseados de mujeres entre 15 a 49 años en México aumentaron cerca del 12%, según datos del Consejo Nacional de Población, (Conapo), lo cual llama la atención de los especialista y motiva la necesidad de concientizar y mejorar las acciones en favor de la salud sexual y reproductiva de mujeres.
En el marco del Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres, el cual fue establecido en 1987 como un recordatorio para abordar las múltiples causas de enfermedad y deceso que afectan a las mujeres, especialistas de Pfizer México recalcan la importancia de refrendar el derecho a la salud sexual, sin restricciones ni exclusiones, y comparten 4 claves para mejorar la salud sexual y reproductiva en las mujeres mexicanas:
Acercarse a fuentes de información confiables y sustentadas
Para gozar de una salud sexual y reproductiva, las personas, en especial las mujeres y niñas, necesitan tener acceso a información confiable y sustentada para estar empoderadas para la toma de decisiones en el cuidado de su salud sexual y protegerse de embarazos no deseados, así como de infecciones de transmisión sexual.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica ENADID del año 2018, la tasa global de fecundidad (TGF) en las localidades rurales es de 2.51 hijos por mujer, mientras que en las localidades urbanas es de 1.94 hijos por mujer. En comparación con el estudio del año 2014, podemos decir que las cifras disminuyeron, esto gracias a las estrategias de prevención y también al uso correcto de información sobre anticoncepción y la conciencia de autocuidado en cada mujer.
Uso de métodos de anticoncepción
En la actualidad existen diversos métodos de anticoncepción seguros y gratuitos que están al alcance de las mujeres en los sistemas de salud del país.
Ya sea a través de pastillas, inyecciones, implantes subdérmicos, dispositivos intrauterinos, parches anticonceptivos, o preservativos, entre otros, las mujeres pueden encontrar un método en función de sus necesidades personales, expectativas reproductivas y condición de salud; recordando que su seguridad y efectividad anticonceptiva depende en gran medida de su correcto uso, por tal motivo es conveniente una valoración adecuada antes de iniciar cualquier método y seguir estrictamente las indicaciones para su uso y acudir a las citas de seguimiento con su médico especialista.
Acercarse a los especialistas
Hoy en día, las alternativas para tener relaciones sexuales protegidas y prevenir embarazos no deseados incluyen métodos anticonceptivos que se adaptan a todas la necesidades y son cada vez más accesibles: desde condones y pastillas, hasta inyectables con los que a cualquier edad las personas pueden tener mayor control sobre su salud sexual y estilo de vida. Para garantizar el acceso correcto y seguro a métodos de anticoncepción es vital que existan canales de comunicación y para que las mujeres tengan conocimiento de los sitios correctos como instituciones, clínicas de salud pública y privada para que su adopción sea más generalizada y sin barreras de ningún tipo.
Romper tabúes y mitos sobre la salud sexual y reproductiva
A pesar de que estos temas han evolucionado y muchas mujeres continúan luchando por fomentar nuevos cambios, hay un problema que ha perdurado: el escaso conocimiento de la salud de las mujeres.
Si bien se ha recorrido un largo camino, aún existen tabúes y desinformación sobre la salud sexual que tienen relación a ideas antiguas, temas por problemas hormonales, el miedo a las revisiones ginecológicas, entre otros más. Sin embargo, es importante romper estos mitos y tabúes que tenemos sobre la sexualidad y fomentar el cambio para impactar al mayor número de mujeres.
De acuerdo a ENADID 2018, las entidades federativas con mayor tasa de fecundidad son: Coahuila, Chiapas, Guerrero y Zacatecas, mientras que las entidades con menor porcentaje respondieron a: Baja California, Ciudad de México y Querétaro.
Aún hay mucho trabajo por hacer en relación a estos temas y el cambio comienza en la manera de pensar y actuar todos los días y en la búsqueda de información en médicos especialistas, instituciones privadas y públicas sobre todas las alternativas que existen para el cuidado de la salud sexual así como la elección libre y responsable de cada mujer.