El amor incondicional durante el periodo de la rehabilitación auditiva

La Secretaría de Salud estima que en este país tres de cada mil niños presentan sordera al nacer

Redacción
Bienestar
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Cortesía MED-EL

No existe amor más grande en el mundo que el de los padres hacia los hijos y este se va reforzando cada vez que juntos superan las adversidades que presenta la vida. Sin duda uno de los momentos más difíciles e inesperados es cuando el personal médico informa que el recién nacido presenta pérdida auditiva y es que, de acuerdo con estadísticas de la Secretaría de Salud, en México tres de cada mil niños presentan sordera al nacer. Esto implica un duelo que deberá de contar con el apoyo de la familia extendida y la de los profesionales que acompañarán a los padres en todas sus etapas.

De frente al diagnóstico e impacto del padecimiento, es importante que los padres se dejen empoderar por la información que brindan los especialistas. MED-EL , líder en soluciones médicas auditivas, aconseja a los familiares que conozcan, opinen y manifiesten sus inquietudes con la intención de que puedan entender cuál es la tecnología más adecuada para su hijo.

Cuando el menor recibe su dispositivo es muy importante conectar a través del amor en familia. Cada integrante deber estar dispuesto a aprender el uso de técnicas y estrategias que faciliten el desarrollo de la percepción del sonido y del lenguaje hablado de la persona con discapacidad auditiva. Los profesionales tendrán que ayudarlos y hacerles entender que la parte más importante del equipo interdisciplinario son justamente los padres. Ellos son los que acompañarán a su menor para aprovechar todos los momentos para enseñarles a escuchar y hablar.

Los lazos afectivos se refuerzan durante la terapia auditiva – verbal a la que acuden una vez por semana, tanto padres como hijos, con los especialistas quienes les enseñan a través de estimulaciones, conversaciones y juegos cómo pueden incluirlos y transferir los objetivos vistos en la sesión a sus actividades cotidianas. “Los pacientes” principales, son los padres, pues el lenguaje se adquiere primero en el hogar y en las situaciones significativas.

La rehabilitación auditiva es necesaria, pues los implantes cocleares no son como unos lentes, que cuando se colocan, por lo general mejoran la visión de inmediato. La rehabilitación es necesaria para que el niño aprenda a oír y a escuchar, para consecuentemente desarrollar el lenguaje hablado”, explicó Lilian Flores, soporte clínico en Rehabilitación Auditiva de MED-EL.

El cariño, las actividades diarias, lecturas, canciones y juegos, que se expresan a través del lenguaje de los padres, es la herramienta más poderosa. De acuerdo con los estudios realizados por los doctores Betty Hart y Todd Risley, hoy en día se sabe que para que un niño desarrolle y adquiera un buen nivel de lenguaje comprensivo y expresivo, deberá escuchar cerca de 21,000 palabras todos los días en contextos significativos. Para construir buenas bases de literacidad, deberán haber escuchado 20,000 horas de audición y 45 millones de palabras al cumplir sus primeros cuatro años de vida. Es básicamente a través de sus padres, que los menores adquieren sus habilidades para construir su comunicación oral de manera óptima.

Los logros serán aún mayores si este equipo se deja guiar por las indicaciones de la “pareja perfecta” conformada por un audiólogo y un terapeuta, quienes establecerán caminos y favorecerán el alcance de los mejores resultados posibles.

El terapeuta, por su parte, sumará su experiencia para motivar al paciente para que sienta seguridad, confianza y tranquilidad mientras le realizan sus exámenes, así como hacer las observaciones pertinentes en cuanto al desarrollo del lenguaje, mientras que el audiólogo será el encargado de realizar todas las pruebas necesarias, además de adaptar, ajustar y calibrar el dispositivo. Si ambas partes alinean sus objetivos, conseguirán el máximo potencial auditivo del menor.

En estas sesiones amistosas los padres reciben diversas instrucciones, entre ellas el uso y cuidado del dispositivo, el cual es necesario que se ocupe entre 10 y 12 horas diarias, dependiendo de la edad del menor. Es decir, todas las horas que esté en vigilia. Las investigaciones confirman que los bebés pueden tardar hasta tres años en adquirir la experiencia auditiva, la cual le tomaría tan solo un año en condiciones ideales de uso de sus procesadores y la estimulación lingüística adecuada, mientras que en los niños de preescolar que sólo llevan la tecnología durante el horario del colegio, tardarían hasta 9 años en completar esa etapa.

Con la identificación temprana, el uso adecuado de la tecnología de los implantes cocleares (todas las horas que está despierto), la guía del profesional en terapia auditiva-verbal en donde todo está centrado en la familia, hoy los niños con pérdida auditiva pueden aprender a escuchar y hablar. Este enfoque está basado en el derecho máximo que tienen los niños y niñas con pérdida auditiva a escuchar y hablar si esa es la decisión de la familia”, comentó Lilian Flores, soporte clínico en Rehabilitación Auditiva de MED-EL.

Los especialistas de MED-EL aseguran que 95 por ciento de los niños que nacen con sordera en el mundo, son hijos de padres oyentes , que se comunican de forma oral y que desean hacerlo de la misma manera con los que aman y trajeron a este mundo, buscando incondicionalmente su felicidad.