En los últimos meses, diversos países han reportado brotes de tos ferina, una enfermedad infecciosa y altamente contagiosa que afecta principalmente a las vías respiratorias. Ante este panorama global, la Dra. Norma Téllez, neumóloga del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) y aliada de Fundación CTR, hace un llamado a la calma y a la prevención responsable.
“La tos ferina no representa una alarma en México en este momento. La mayoría de la población está vacunada y existen tratamientos efectivos. Sin embargo, es fundamental mantenerse informados y garantizar que los niños reciban sus vacunas a tiempo”, subraya la Dra. Téllez.
La tos ferina, causada por la bacteria Bordetella pertussis, se caracteriza por una tos intensa que puede durar semanas y que en los casos más graves puede derivar en complicaciones serias, sobre todo en menores de un año. Aunque es una enfermedad endémica que presenta ciclos epidémicos cada 3 a 4 años, su repunte reciente podría estar vinculado a la interrupción de esquemas de vacunación durante la pandemia por COVID-19.
En México, hasta el pasado 2 de marzo se han registrado 436 casos confirmados. Las entidades con mayor número de casos son Ciudad de México, Aguascalientes, Chihuahua y Nuevo León.
La principal forma de prevención es la vacunación. Existen diferentes vacunas disponibles, como la hexavalente, la DPT y la Tdpa, que cubren esta enfermedad junto con otras afecciones como el tétanos y la difteria.
Vacuna hexavalente (para bebés):
- 1ª dosis: 2 meses
- 2ª dosis: 4 meses
- 3ª dosis: 6 meses
- 4ª dosis: 18 meses
Vacuna DPT:
- Refuerzo a los 4 años
- Recomendada también para adultos mayores y viajeros
Vacuna Tdpa:
- Indicada para adolescentes, adultos sin esquemas completos, personal de salud en contacto con menores y mujeres embarazadas a partir de la semana 20 de gestación.
La enfermedad tiene un periodo de incubación de 7 a 10 días. Sus síntomas incluyen rinorrea, estornudos, tos intensa (especialmente nocturna), vómito posterior a los accesos de tos, silbido al respirar y, en casos graves, cianosis. Puede durar entre 6 y 8 semanas, y evolucionar por fases: catarral, paroxística y de convalecencia.
La Dra. Téllez recuerda que los adultos pueden presentar formas atípicas de la enfermedad, similares a un resfriado común, y convertirse en transmisores sin saberlo. “Los adolescentes y adultos son fuentes frecuentes de contagio para los lactantes no vacunados. Por eso es esencial revisar los esquemas de vacunación en toda la familia”, advierte.
Al ser una enfermedad bacteriana, el tratamiento se basa en antibióticos prescritos por un médico. El inicio temprano del tratamiento es clave para cortar la cadena de transmisión. Es importante jamás automedicarse.
En los casos graves, especialmente en menores, pueden presentarse secuelas como convulsiones, inflamación de los bronquios o fracturas por tos violenta. No obstante, la tos ferina es una enfermedad controlable si se detecta y trata a tiempo.
“Vacunarnos no solo nos protege a nosotros, sino que también protegemos a los más vulnerables. Revisar la Cartilla Nacional de Vacunación, evitar el contacto con personas enfermas, usar cubrebocas si se tienen síntomas y mantener la higiene respiratoria son acciones sencillas pero fundamentales”, concluye la Dra. Téllez.
México debe reforzar sus acciones preventivas ante el resurgimiento global de esta enfermedad. Acude a tu médico o centro de salud para resolver dudas, revisar esquemas y mantener protegida a tu familia.