¿CÓMO SE RELACIONAN LAS ENFERMEDADES TROPICALES CON EL CAMBIO CLIMÁTICO?

“Los cambios del uso del suelo y la deforestación también modifican las relaciones entre patógenos, vectores, hospedadores y reservorios”.

Martha Mejía
Bienestar
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Las enfermedades transmitidas por mosquitos están ampliando su alcance y resurgiendo en áreas donde habían disminuido durante décadas. Por ejemplo, se espera que el cambio climático aumente el riesgo de malaria en las zonas montañosas tropicales y permita que el dengue se expanda a regiones templadas que antes no estaban afectadas.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades transmitidas por vector (ETV) representan alrededor de 17% de la carga mundial por enfermedades transmisibles y 80% de la población mundial vive en zonas donde existe el riesgo de contraer al menos una de ellas.

“Las enfermedades tropicales y las transmitidas por vectores han existido desde hace mucho tiempo. Entre ellas están la malaria, el dengue, la chikungunya y el zika. Se les dice vectores a los insectos que transportan en el cuerpo enfermedades y patógenos que en su mayoría son virus. Así, las enfermedades transmitidas por vectores pasan de estos insectos a personas y en casos como la malaria terminan contagiándose de personas a personas”, explica en entrevista Ninel Escobar, subdirectora de cambio climático en WWF México.

Estas enfermedades suelen existir en zonas tropicales donde abundan estos insectos. No obstante, según un estudio del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) han ido aumentando en los últimos 30 años y es probable que la tendencia continúe durante los próximos 80 años.

Al respecto, Guadalupe Soto Estrada, académica del departamento de salud pública en la Facultad de Medicina de la UNAM, explica a Vértigo que estos vectores necesitan un lugar adecuado en donde alojarse, “requieren de un sitio que les permita reproducirse y aumentar su población y para ello las casas de los seres humanos son los lugares más adecuados”.

Bajo este panorama epidemiológico la OMS reconoce el aumento en los últimos años de emergencias de infecciones por el virus del zika y chikungunya, que se han propagado en distintas poblaciones y provocado el colapso de los sistemas de salud en muchos países, afectando a las instituciones, personas y familias.

Las causas

De acuerdo con las especialistas, lo anterior sucede por dos principales razones. La primera es que el cambio climático aumenta la temperatura global: “De hecho, estamos 1.1 grados centígrados por encima de la temperatura promedio en la era preindustrial”, indica Escobar.

La segunda, dice, es que también hay una mayor variabilidad climática, lo que provoca mayores lluvias, sequías, huracanes y cambios en el régimen hidrológico en general.

Agrega: “Así, estos dos factores impactan en los rangos de distribución de los vectores y en su comportamiento; modifican cómo crecen, cuánto viven y cómo se reproducen, lo que hace más propenso que ocurran estas enfermedades”.

Por si fuera poco, apunta, en las regiones tropicales estas enfermedades están expandiéndose y ahora hay casos en lugares donde hace 30 años no existían, simplemente porque antes eran más fríos, su régimen hidrológico era distinto o había menos gente. En suma, esa es la relación que las enfermedades tropicales tienen con el cambio climático.

Aunado a esto, agrega la académica Soto Estrada, también hay otros factores que no son necesariamente climáticos, por ejemplo, la presencia de personas más vulnerables (como mujeres embarazadas y niños), que haya o no servicios de salud, que existan mecanismos de detección temprana de las enfermedades y que, además, la población conozca o no la información necesaria para la prevención y atención de las enfermedades.

“Sabemos que las personas que están en mayor vulnerabilidad son aquellas que tienen condiciones de vida más precarias; estas son las más propensas a desarrollar estos padecimientos e incluso a morir a causa de ellos”, señala.

¿Qué hacer?

Este fenómeno se está desarrollando en todo el planeta. “En nuestro caso, gran parte de México es una zona tropical. Pero en general se da en toda la franja que está entre ambos trópicos, que es donde hay más calor. Los vectores existen naturalmente, pero con la variabilidad climática y el incremento de la temperatura se reproducen más y llegan a más zonas”, explica Escobar.

Por otro lado, expone que los costos que se han identificado con estas enfermedades son muy amplios y también están el sicológico y el social.

De acuerdo con las especialistas, para enfrentar la problemática es necesario monitorear la presencia de estos vectores. “La Secretaría de Salud y las instituciones sanitarias en general deben informar sobre estas enfermedades y monitorear cómo se están expandiendo; deben estar al tanto de si la época de enfermedades cambia o se extiende durante el año y deben diseñar campañas que sean efectivas para informar a la población sobre cómo prevenirse. También deben ofrecer atención médica oportuna”, explica Soto Estrada.

Por otro lado, en términos ambientales debemos tener presente que el cambio climático está causado por dos grandes factores: la quema de combustibles fósiles y por la deforestación. “Por ello, debemos reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) y eso implica cambiar el modo en que nuestra economía obtiene energía; igualmente debemos detener la deforestación, porque los grandes bosques y zonas de vegetación natural son receptores naturales de carbono y si deforestamos ese carbono se libera a la atmósfera y la calienta aún más”, expone Ninel Escobar de WWF México.

También, agrega, tenemos que buscar medidas que nos ayuden a adaptarnos a los cambios que ya estamos viviendo, pues algunos de ellos son irreversibles a corto plazo.

“Tenemos que ser conscientes de que las enfermedades tropicales se van a expandir y tenemos que anticiparnos a eso poniendo los recursos necesarios en la prevención”, finaliza.