Los tapires son considerados fósiles vivientes que han cambiado muy poco en los últimos 20 millones de años; sus parientes más cercanos son los rinocerontes y los caballos y cebras. Al nacer, a diferencia de los adultos, las crías tienen un pelaje con marcas – puntos y rayas – como camuflaje para esconderse de sus depredadores. Su nariz es alargada y es prensil, la usan para arrancar hierbas fruta y sus alimentos en general, además de ser excelentes nadadores. Se les conoce como los jardineros del bosque ya que juegan un papel muy importante en dispersar las semillas de frutas y moras en el territorio en donde habitan; actualmente las 4 especies que existen en el mundo se encuentran amenazadas o en peligro de extinción por la cacería ilegal, la pérdida del hábitat
Como parte de un acuerdo de colaboración y con el propósito de continuar con la reproducción de especies en peligro de extinción, la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) de la Ciudad de México, a través de la Dirección General de Zoológicos y Conservación de la Fauna Silvestre, informa sobre la llegada de “Kinich”, un tapir centroamericano proveniente de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, al Centro de Conservación de la Vida Silvestre de Chapultepec.
Este peculiar visitante se trata de un macho que ya puede ser apreciado en el bosque tropical del Centro de Conservación de la Vida Silvestre de Chapultepec proveniente del ZooMAT, otro centro de conservación de la vida silvestre en Chiapas que tiene como misión impulsar acciones de conservación de la fauna nativa del estado, con especial énfasis en las especies amenazadas y su entorno.
El acuerdo de colaboración entre los centros de conservación de la Ciudad de México y Tuxtla Gutiérrez contempló, por primera vez entre estas instituciones, el intercambio de ejemplares de tapir, motivo por el cual “Cayos”, conocido y querido en Chapultepec viajó el pasado 30 de abril al ZooMAT para iniciar un proceso de acoplamiento con las hembras que habitan en este centro chiapaneco para lograr su reproducción.