¿Qué hacer si tienes burnout?

Desde el 2022, el síndrome de burnout fue incluido en la Clasificación Internacional de Enfermedades de la OMS

Redacción
Bienestar
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Especial

El síndrome de burnout no es una moda, es una realidad. Se trata de una epidemia que impacta la productividad, la salud pública y el bienestar de las personas. Y aunque por muchos años permaneció silencioso en las oficinas, desde el 2022, este síndrome fue incluido en la Clasificación Internacional de Enfermedades de la Organización Mundial de la Salud (OMS) como enfermedad laboral, y a partir del 2024 se formalizó su reconocimiento en la Ley Federal del Trabajo (LFT) mexicana.

“Es un padecimiento relacionado con el estrés crónico en el lugar de trabajo y se caracteriza por el cansancio, el agotamiento emocional y una sensación de falta de realización personal. Si bien, el burnout tiene repercusiones en el ambiente laboral, ya que disminuye la productividad y aumenta el ausentismo, son las consecuencias a nivel individual las que preocupan, ya que muchas veces no es detectado a tiempo o puede llegar a confundirse con un simple cansancio o incluso con apatía del colaborador”, explica Saskia de Winter, socia fundadora y directora general de Saskia de Winter Training, firma de capacitación empresarial e individual.

Añade que incluso en entornos laborales poco amigables o en donde el líder no tiene una buena gestión de equipo, el burnout puede llegar a estar normalizado. “Hay líderes que son los primeros en tener burnout y no lo saben, el cansancio extremo y el mal humor lo ven como algo normal y lo contagian al resto del equipo, así se normaliza y se convierte en una epidemia silenciosa difícil de detectar y altamente peligrosa para la salud personal y crecimiento de las compañías”.

¿Cómo saber si tienes burnout?

En un escenario donde la carga laboral y la presión del tiempo son los principales desencadenantes, el burnout puede manifestarse de formas diversas de acuerdo con la persona que lo padece, como a través de la fatiga consistente, ineficiencia laboral, reacción tardía en la resolución de problemas, insomnio, irritabilidad y aislamiento social.

“Si desde hace algunos meses, cada mañana, te despiertas con una sensación de agotamiento, tu mente muestra poca concentración y enfoque, cada tarea se siente como una montaña insuperable y enfrentar el día parece una misión imposible, es probable que estés siendo víctima del burnout”, añade Saskia de Winter.

Si ya identificaste que tienes burnout o que podrías padecerlo, Saskia de Winter Training te recomienda realizar algunas actividades:

Establecer hábitos saludables

El ejercicio regular libera endorfinas que mejoran el estado de ánimo y actúan como analgésicos naturales, ayuda a reducir los niveles de cortisol y mejora la calidad del sueño. Además, consumir alimentos ricos en nutrientes, como frutas, verduras, proteínas magras y granos enteros, puede ayudar a estabilizar los niveles de azúcar en sangre y prevenir fluctuaciones en el estado de ánimo. También forma parte del autocuidado, el dormir lo suficiente y tener horarios regulares de descanso.

Implementar técnicas de respiración y relajación

Practicar la respiración diafragmática puede activar el sistema nervioso parasimpático, que promueve la relajación y reduce la respuesta defensiva del cuerpo humano. Esto ayuda a disminuir la ansiedad y el estrés. La meditación, el yoga y la visualización guiada pueden ayudar a calmar la mente, reducir la tensión muscular y mejorar la concentración. La respiración profunda disminuye la electricidad en la amígdala y eso permite relajarte y entrar en procesos de calma.

Reconocer y gestionar las emociones

Aprender a identificar y expresar las emociones de manera saludable puede prevenir la acumulación de estrés emocional. Técnicas como la escritura terapéutica, el mindfulness y la comunicación asertiva pueden ser herramientas útiles para este propósito.

Participar en actividades creativas

La pintura, la música, la escritura o cualquier forma de arte pueden servir como una forma de expresión emocional. Estas actividades suelen proporcionar una sensación de logro, aumentar la autoestima y ofrecer un descanso mental.

Asistir a sesiones de terapia psicológica

La terapia puede proporcionar un espacio seguro para explorar los factores secundarios que pudieron detonar el burnout. Un terapeuta puede ayudar a desarrollar estrategias para gestionar el tiempo y abordar cualquier problema emocional o psicológico.