En México 370 mil personas viven con esta condición y 85% se encuentra en tratamiento antirretroviral.
Es crucial reflexionar sobre la importancia del cuidado personal, la educación y la eliminación de tabúes en torno de las infecciones de transmisión sexual, promoviendo una sexualidad responsable y libre de prejuicios: el Virus de Inmunodeficiencia Adquirida (VIH-sida) sigue siendo uno de los mayores desafíos de salud pública en el mundo.
Aunque los avances médicos han permitido mejorar significativamente la calidad de vida de quienes viven con este virus, la prevención sigue siendo la mejor estrategia para combatirlo.
De hecho, las personas que viven con VIH y reciben tratamiento antirretroviral oportuno pueden tener una expectativa de vida igual a quienes no presentan la infección.
Para 2022 se estimaba que 20 mil personas adquirieron esta infección y la tendencia se mantiene estable desde 2019.
En total, 370 mil personas en México viven con esta condición y 85% de este grupo se encuentra en tratamiento antirretroviral.
De ellos, 94% alcanzó la supresión viral, con lo cual no transmiten el virus, informó el Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH y el Sida (Censida).
Cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indican que de los 39.9 millones de personas que viven con VIH 9.3 millones aún no tienen acceso a un tratamiento que podría salvarles la vida.
El año pasado 630 mil personas en todo el mundo murieron de enfermedades relacionadas con el sida y 1.3 millones contrajeron la infección por primera vez.
Al menos en 28 países el número de nuevas infecciones por este virus va en aumento. Para frenar la trayectoria de la pandemia es imperativo que los programas puedan llegar a todos los que los necesitan, señaló el organismo.
Profilaxis
De acuerdo con información de las autoridades sanitarias del país la Profilaxis preexposición (PrEP) y la Profilaxis posexposición (PEP) son medicamentos para prevenir el VIH. Cada tipo se usa en una situación diferente: la PrEP significa profilaxis previa a la exposición y es para personas que aún no tienen VIH pero están en un mayor riesgo de contraerlo. Puede ser una pastilla que se toma diariamente o una inyección que se aplica cada dos meses. Si se expone al VIH, la PrEP puede evitar que el virus se propague por el cuerpo.
En cambio, la PEP significa profilaxis posexposición y es para personas que posiblemente hayan estado expuestas al VIH. Es solo para situaciones de emergencia. La PEP debe iniciarse dentro de las 72 horas posteriores a la posible exposición al virus.
La PrEP es muy efectiva cuando se toma consistentemente. Reduce el riesgo de contraer la infección por vía sexual en cerca de 99%. En las personas que se inyectan drogas disminuye el riesgo de infectarse en al menos 74%. Es mucho menos efectiva si no se toma de manera consistente. La PrEP no protege contra otras Infecciones de Transmisión Sexual (ITS), por lo que debe usarse condón cada vez que se tienen relaciones sexuales.
Debe hacerse una prueba de VIH cada tres meses mientras toma la PrEP, por lo que debe tener visitas de seguimiento periódicas con su profesional de la salud.
Algunas personas que toman PrEP pueden tener efectos secundarios, como náuseas, pero en general no son serios y desaparecen con el tiempo.
Las personas candidatas a tomar el PEP son aquellas que al realizarse una prueba resultan VIH negativo, pero creen que pueden haber estado expuestas recientemente al virus. Debe acudirse con un profesional de la salud de inmediato o a una sala de emergencia.
Es posible que le receten PEP si es VIH negativo o no conoce su estado de VIH y en las últimas 72 horas pudo haber estado expuesto al virus. La PEP también se puede administrar a un trabajador de la salud después de una posible exposición al VIH en el trabajo; por ejemplo, por una lesión por pinchazo de aguja.
Pionero en tratamientos
En el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) se atiende a más de 93 mil derechohabientes que viven con VIH; 95% recibe tratamiento con medicamentos antirretrovirales.
Reciben estrategias preventivas PrEP y PEP. Desde la puesta en marcha en 2020 de la PrEP, ha sido solicitada por alrededor de cinco mil personas.
El IMSS es pionero desde la atención de los primeros casos de enfermedad por VIH y actualmente brinda tratamiento con tableta de una sola toma al día, que favorece la adherencia, alta eficacia y pocos efectos adversos.
Aproximadamente 90% de las personas con tratamiento antirretroviral toma alguno de los dos tratamientos en tableta única; esto coloca a la vanguardia a la institución respecto de lo indicado en las guías nacionales e internacionales sobre el uso de medicamentos de última generación.
Las personas que reciben tratamiento adecuado y oportuno pueden tener una expectativa de vida similar a la de quienes no tienen VIH. Esto ha permitido que en México 94% de las personas con esta condición que reciben tratamiento sean indetectables e intransmisibles.
En 2020, al menos 90% de las personas con VIH que se encontraban en tratamiento antirretroviral (TAR) lograron la supresión viral, que es un estado en el que la cantidad de virus en la sangre de una persona es menor a 200 copias por mililitro. Esto se logra mediante el tratamiento antirretroviral, que consiste en tomar una combinación de fármacos que suprimen la replicación del VIH.
Lo anterior ayuda a mantener la salud de la persona y a prevenir la transmisión del virus a otras. Sin embargo, no significa que la persona esté curada, ya que el VIH puede seguir oculto en el cuerpo. Si se deja de tomar el TAR, la carga viral probablemente vuelva a aumentar.
Los avances médicos cada vez más permiten a las personas con VIH vivir vidas plenas y significativas.