PLOGGING, LA FORMA MÁS ECOLÓGICA DE CORRER… Y RECOGER BASURA

“Me reí, me la pasé muy bien, hice algo por mi cuerpo y además ayudé al medio ambiente”.

Martha Mejía
Bienestar
Plogging Mx

La iniciativa que nació en Suecia en 2016 y rápidamente se popularizó en todo el mundo.

Correr es un acto libertario. Cada persona tiene sus propias razones para hacerlo. Sin embargo, existe una tendencia mundial en la que se puede correr (y ejercitarse) mientras se recoge basura: el plogging, un movimiento que nació en Suecia en 2016 y rápidamente se popularizó en todo el mundo, hace seis años llegó a México bajo la iniciativa de PloggingMX.

Su cofundadora, Elisa Apátiga, platica con Vértigo sobre los beneficios que trae practicar esta actividad: “El creador de este concepto se llama Erik Ahlström, un deportista sueco amante de la naturaleza. Erick creó esta palabra, que es la conjunción de dos palabras: plocka upp, que en sueco significa recoger, y jogging, que en inglés quiere decir trotar o correr”, explica.

Origen

Todo comenzó cuando Ahlström se mudó desde Åre, un pequeño pueblo al norte de Suecia, a Estocolmo. Un día, mientras corría con un grupo running, empezó a ver que en la capital sueca había una mayor cantidad de residuos sólidos en las calles; fue entonces cuando comenzó a recoger la basura.

Poco después comenzó a hacerlo con sus compañeros, quienes también salían a correr por las noches, y pronto notó que sucedía algo mientras lo hacían: la gente se la pasaba bien y disfrutaba de la sensación de hacer algo bueno por su cuerpo y por el planeta.

Rápidamente el movimiento se popularizó en Suecia; luego llegó a otros países europeos y a Asia, específicamente a India; de ahí logró cruzar a Estados Unidos, México y posteriormente a Sudamérica.

Ahlström nunca imaginó que el plogging llegara a cobrar tales dimensiones, pues actualmente es una organización paraguas, es decir, ofrece herramientas a las personas que quieren formar parte de ella, permitiendo que más gente cree sus propios grupos y organice eventos para alimentar este movimiento por todo el mundo.

“A principios de 2018 estaba entrenando en el parque con unos compañeros del gimnasio y al estar dando vueltas vi unas piezas de unicel en el piso; rato después no pude más, las recogí y las tiré en el primer bote de basura que encontré. Un entrenador me dijo: ‘¿Por qué recoges la basura? ¡Qué rara eres!’, le dije: “¿No te das cuenta de que está muy sucio? Aquí donde hacemos lagartijas hay hasta colillas de cigarro”, cuenta Apátiga.

A la semana siguiente, agrega la también especialista en Ciencias Ambientales, “mi compañero me dijo: ‘¿Qué tal si recogemos la basura como parte del entrenamiento?’ Tres semanas después, el 3 de febrero, iniciamos nuestra primera actividad, a la que llamamos Limpiando el Parque Pilares. Asistieron algunas personas con las que ya había entrenado fines de semana anteriores”.

Días después “nos enteramos de que esta actividad se llamaba plogging; así surgió PloggingMX, por esta idea de asociarlo al país”, indica.

El equipo lo conforman Apátiga (con maestría en Ciencias Ambientales), junto con Héctor Gómez, quien estudió Ciencias del Deporte; y César Gómez, licenciado en Nutrición.

“Nosotros tropicalizamos el plogging al contexto de México. Por ejemplo, en el país hay cifras muy altas de sedentarismo e inactividad física; gran parte de la población se la pasa sentada; es decir, aprovechamos el plogging para hacer más actividad física. En el tema de alimentación somos de los países con más sobrepeso y obesidad, además de enfermedades no transmisibles como la diabetes y enfermedades cardiovasculares. Finalmente, en el terreno medio ambiental somos tristemente el país número uno a nivel Latinoamérica en generar basura (residuos sólidos). Entonces estos pilares, sumado con el contexto de lo que está pasando en México, nos ayudan a darle un mayor impulso a esta iniciativa”, explica Apátiga.

¿Por qué hacer Plogging?

El plogging es también una forma de educar a la gente acerca del problema de la basura y del impacto que tiene para la naturaleza (y para los humanos).

Todos sabemos, agrega Apátiga, que el que te levantes a hacer ejercicio genera endorfinas (hormonas de la felicidad), pero cuando a esto le sumas recoger la basura, te genera esta sensación de hacer algo por el planeta.

“Mucha gente que hace plogging con nosotros nos dice sentirse muy satisfecha: ‘Me reí, me la pasé muy bien, hice algo por mi cuerpo y además ayudé al medio ambiente’. Esa es una de las razones por las que el plogging te conecta con este bienestar físico, emocional, mental y medio ambiental”, indica.

Si bien el plogging comenzó con el running (correr) como deporte, en la versión mexicana no necesariamente hay que trotar para hacerlo. De acuerdo con Elisa se puede realizar al caminar, pues niños de tres o cuatro años han hecho plogging con ellos.

En cuanto al tiempo y el procedimiento de la práctica, PloggingMX sigue la siguiente dinámica: “Nosotros publicamos las fechas en nuestras redes sociales (en Instagram y Facebook nos encuentran como @PloggingMX); son eventos abiertos al público; no cuestan nada; por lo general los hacemos los fines de semana para que la mayoría de las personas pueda asistir; son temprano para que no nos toque el solazo; los hacemos en diferentes zonas de la Ciudad de México)”.

En nuestros ploggins, agrega Apátiga, “repartimos arpillas (una especie de costal) que conseguimos en mercados; las utilizamos para recoger la basura, ya que se pueden usar varias veces; también repartimos guantes de insumos textiles (estos guantes también los podemos lavar y reutilizar cantidad de veces). También a las personas que acuden les pedimos que lleven sus termos o botellas de agua para no generar más PET. “Nuestra operación no genera más residuos”, dice.

Manos a la obra

Tan solo en la Ciudad de México se generan al día alrededor de doce mil toneladas de residuos sólidos, es decir, 1.07 kilogramos por habitante. De ahí que cada plogging (ya sea colectivo o individual) aporte a responsabilizarse acerca del problema.

Ella explica que “nuestro plogging se divide en tres fases: la primera consiste en hacer actividad física durante 30 minutos, que es lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud, se trata de entrenamientos funcionales combinados con dinámicas divertidas de integración y de trabajo en equipo; la segunda fase es como tal el plogging: entregamos los guantes, los costales, sobres (de correspondencia) para recolectar las colillas de cigarro y ¡a levantar la basura se ha dicho! La tercera etapa es regresar al punto donde se inició la actividad, donde se vacían los costales y se enseña a las personas a clasificar los residuos hasta en 17 categorías”.

Esta parte, dice, “es de mucha reflexión, porque las personas aprenden mucho sobre el tema: ahí nos hacemos conscientes de patrones que tenemos como consumidores. Al final nuestro objetivo es que las personas digan que de estas 17 categorías van a aplicar tres o cinco en su casa; y ese ya es un gran avance, porque entonces muchas personas deciden hacer cambios en sus patrones de consumo; por ejemplo, ya no comparar tanto PET o deciden ya no tirar las colillas en el piso”, finaliza.