PÉRDIDAS, DESAMOR O SUSTO: CAUSAS DEL SÍNDROME DE CORAZÓN ROTO

Derivado de la pandemia aumentó la incidencia de esta enfermedad, ya que más mujeres enfrentan desafíos y factores estresantes.

Lorena Ríos
Bienestar
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Estrés, tensiones, preocupaciones, un gran susto, transitar por un duelo amoroso o por la muerte de un ser querido; o bien una alegría extrema como una fiesta sorpresa o ganar la lotería: son todos factores que pueden desencadenar el Síndrome de Corazón Roto o cardiomiopatía de Takotsubo, que afecta a 90% de las mujeres que superan los 50 años, aunque también puede afectar a hombres.

Las personas con este padecimiento pueden tener dolor repentino de pecho, dificultad para respirar o pensar que sufren un ataque cardíaco.

Cabe destacar que esta condición cardiovascular puede afectar a cualquier persona, aunque investigadores del Smidt Heart Institute Cedars Sinai encontraron que las mujeres de mediana edad y adultas mayores son diagnosticadas con este fenómeno a una tasa hasta diez veces mayor que las mujeres más jóvenes o los hombres de cualquier edad.

También descubrieron que esta condición puede provocar lesiones al corazón a largo plazo y deficiencias en la función cardiaca.

El instituto señala que derivado de la pandemia de Covid-19 aumentó la incidencia del Síndrome de Corazón Roto, ya que más mujeres han enfrentado desafíos y factores estresantes debido a las muertes causadas por el SARS-CoV-2 entre familiares cercanos, la pérdida de empleo, el confinamiento prolongado, las restricciones sanitarias y limitaciones para viajar.

Vivir en constante estrés y tensiones literalmente puede “romper el corazón”, ya que al presentarse este tipo de emociones el sistema nervioso genera una carga de catecolaminas (adrenalina) que provoca una cardiomiopatía de Takotsubo.

Marcelo Ramírez Mendoza, jefe de Cardiología del Hospital General de México Dr. Eduardo Liceaga, dice que este padecimiento descrito en la literatura médica se caracteriza por un abombamiento en el ventrículo izquierdo del corazón.

Explica que debido a la similitud de los síntomas con los de un infarto los pacientes ingresan a las unidades de servicios cardiacos con este diagnóstico; incluso el electrocardiograma y los análisis de sangre para identificar las enzimas cardiacas pueden mostrar resultados que confirmarían el presunto infarto.

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Sin embargo, cuando se procede a realizar un cateterismo o un ecocardiograma se descubre que no existen lesiones típicas de un infarto, como puede ser la obstrucción de alguna arteria. “Lo que sí se observa es un abombamiento del corazón, es ahí cuando se cambia el diagnóstico al de Síndrome de Corazón Roto”.

El especialista informa que 90% de los casos se presenta en mujeres entre 50 y 55 años, periodo de inicio de la menopausia. También se diagnostica en varones entre 65 y 67 años, adultos jóvenes e incluso en niños.

Asimismo, comenta, al no haber daño grave en el corazón 95% de los pacientes logra su recuperación entre cuatro a ocho semanas, ya que solo requieren de medicamentos para controlar síntomas como dolor de pecho y regulación del ritmo cardiaco.

Para evitar esta condición, así como cualquier otro padecimiento cardiaco, recomienda a la población llevar una dieta sana, no fumar, evitar el consumo de bebidas alcohólicas y realizar actividad física moderada: caminar, bailar, bicicleta, yoga, entre otras.

La cardiopatía Takotsubo fue descrita por primera vez en los noventa en Japón. Se le denominó así por su parecido a la vasija abombada y con el cuello estrecho, usada tradicionalmente entre los pescadores nipones para atrapar pulpos. Este síndrome fue reconocido en 1990, cuando algunos médicos japoneses encontraron personas que parecían tener síntomas de un ataque al corazón, pero no presentaban signos de un ataque cardiaco real.

Cuando las personas con cardiomiopatía de Takotsubo se someten a un estrés emocional o físico intenso, esto provoca el agrandamiento de parte del corazón, que a su vez tiene problemas para bombear correctamente. La debilidad muscular asociada con el Síndrome de Corazón Roto suele ser temporal, pero un estudio del Smidt Heart Institute Cedars Sinai encontró que 10% de las personas que han padecido esta condición sufrirán otro ataque dentro de los cinco años siguientes. También puede conducir a una insuficiencia del músculo cardiaco a corto plazo.

La buena noticia es que el Síndrome de Corazón Roto es tratable y la mayoría de las personas se recupera por completo. Los tratamientos típicos pueden incluir medicamentos como betabloqueadores e inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina. Diagnosticar esta enfermedad es extremadamente difícil porque imita lo que sucede durante un ataque cardiaco. En ambos casos, los síntomas son los siguientes y nunca deben ser ignorados: dolor repentino y fuerte en el pecho, arritmia, debilitamiento del ventrículo izquierdo, presión arterial baja y pérdida del conocimiento. El síndrome solo se puede diagnosticar correctamente en el hospital y por los cardiólogos.

En cuanto a la prevención, si el incidente lo provoca una dolencia física se pueden tomar medidas para mejorar la salud y evitar que se repita. Si se trata de un desencadenante emocional, cuanto menos estrés crónico se tenga en la vida mejor podrá lidiarse con los momentos de gran estrés que pueden romper el corazón o hacer que se sufran palpitaciones, concluyen los especialistas.

Causas

Todo aquello que provoque una respuesta emocional fuerte puede desencadenar esta afección, como una enfermedad repentina, un ataque de asma o una infección por Covid-19; la muerte de un ser querido u otro tipo de pérdida; una cirugía mayor; una fractura de huesos; una discusión acalorada.

Puede derivar en esta enfermedad el uso de ciertos medicamentos, como los de emergencia para tratar reacciones alérgicas o ataques fuertes de asma; algunos para tratar la ansiedad; descongestionantes nasales; drogas ilícitas estimulantes, como la metanfetamina y la cocaína.

Las complicaciones del síndrome incluyen acumulación de líquido en los pulmones, lo que se llama edema pulmonar; presión arterial baja; latidos cardiacos irregulares, llamados arritmias; insuficiencia cardiaca; coágulos sanguíneos en el corazón.