En la mayoría de los casos de cáncer de tiroides, la sobrevida de las y los pacientes es superior a 90 porciento a diez años, informó la responsable del Servicio de Endocrinología del Hospital Juárez de México (HJM), Sandra Aguilar Maciel.
En entrevista, señaló que tres por ciento de la población presenta este tipo de cáncer, que es identificable por agrandamiento de la glándula, formación de uno o más bultos, llamados nódulos, o abultamiento en la parte de enfrente del cuello, conocido como bocio.
Ante estos síntomas, el personal médico debe solicitar estudios de imagen, ultrasonido, tomografía o resonancia. En caso de detectar alguna lesión, hay que realizar una biopsia para confirmar o descartar cáncer de tiroides.
Mencionó que el tratamiento generalmente es con cirugía para retirar una parte de la tiroides cuando la lesión está localizada y no hay metástasis hacia áreas cercanas. En casos avanzados, se debe realizar una tiroidectomía total, es decir, la extirpación completa de la tiroides.
Explicó que en algunos casos es necesario suministrar yodo radiactivo, con la finalidad de erradicar células cancerígenas que hubiesen quedado después de la cirugía.
La especialista consideró necesario identificar los antecedentes de cáncer de tiroides, evitar que niñas y niños se expongan a cualquier tipo de radiación, no consumir alcohol y cigarrillos, tener un estilo de vida saludable y alimentación balanceada.
Explicó que las enfermedades de la tiroides son algunos de los padecimientos más recurrentes en las mujeres que requieren diagnóstico oportuno para evitar complicaciones.
Añadió que las enfermedades de la tiroides se presentan de cinco a 10 veces más en mujeres que en hombres, y se deben a la producción excesiva o insuficiente de la hormona tiroidea, causando enfermedades como hipotiroidismo o hipertiroidismo, así como crecimiento anormal generalizado (bocio) o local (nódulo).
Destacó que, el hipotiroidismo se debe a la baja producción de hormonas tiroideas, cuyos síntomas son el cansancio sin causa aparente, piel seca, caída de cabello, uñas frágiles, estrés, cambios emocionales y en el ciclo menstrual.
En cambio, el hipertiroidismo se caracteriza por taquicardia, palpitaciones, ansiedad, temblor de manos, sudoración, insomnio, baja de peso de forma drástica, fiebre y diarrea.
Detalló que las enfermedades tiroideas están asociadas con cambios en las hormonas sexuales llamadas estrógenos que, entre sus funciones, intervienen en el metabolismo de las grasas y el colesterol, disminuyen la tensión arterial, distribuyen la grasa corporal y protegen los huesos.
Precisó que las mujeres pueden presentar hipotiroidismo a partir de los 40 años, e hipertiroidismo a cualquier edad, pero es más frecuente entre los 20 y 50 años.
En caso de identificar alguna bolita o masa palpable en el cuello, es necesario acudir a valoración con el personal médico de primer contacto para realizar estudios iniciales.
Añadió que, una vez que se tienen los resultados de prueba de tiroides, se mantiene la vigilancia en consulta cada seis o 12 meses.
Advirtió que en el hipertiroidismo se debe revisar con detalle cada caso, porque algunos pacientes requieren solo tratamiento con medicamentos para bloquear la producción excesiva de hormonas tiroideas.