Causan enfermedades, sequía y daños al medio ambiente y a la economía mundial
En los últimos años los eventos extremos de temperatura han ido en aumento tanto en México como en el mundo; las olas de calor son un ejemplo. “Se trata de periodos de clima de tres o más días, con temperatura mayor a 30°C y una temperatura media mayor de 24°C, para el caso de la Ciudad de México”, señala Graciela Binimelis de Raga, del Grupo de Interacción Micro y Mesoescala.
Aunque estos fenómenos han ocurrido en el pasado, el cambio climático está haciendo que ahora sean más largos, más extremos y más frecuentes.
La NASA determinó que 2022 empató con 2015 como el quinto año más caluroso de la Tierra desde 1880. Los últimos nueve años consecutivos han sido los más cálidos registrados y se vislumbra que 2023 rompa de igual manera diversos récords.
En el país, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) informó que la primera ola de calor se registró en marzo, la segunda llegó en abril y se intensificó moderadamente durante las primeras semanas de ese mes y la tercera ola inició desde los primeros días de junio.
Récords
“La tercera onda de calor ha tenido una duración de 20 días y se prevé que se prolongue, por lo menos, dos días más, lo que ya permite considerarla como anormal, debido a su intensidad y duración”, informó la coordinadora general del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), Alejandra Margarita Méndez Girón.
Expuso que, por los efectos de la tercera ola de calor en junio, la temperatura máxima promedio alcanzada a nivel nacional fue de 34.8°C, lo que supera los 34.1°C registrados en 2019, los 33.5°C observados en 2020 y los 33.3°C alcanzados en 2019 y 2022.
Subrayó que este fenómeno ya generó que, en el mes en curso, se superaran récords históricos de temperatura: en Ciudad Victoria, Tamaulipas, se llegó a 47.4°C; en Guadalajara, Jalisco, se registraron 40.5°C; en Durango, Durango, se alcanzaron 40.3°C, y en la zona de Tacubaya, Ciudad de México, se observaron 33.6°C.
La funcionaria adelantó que debido a que el descenso de la temperatura promedio será gradual, las temperaturas altas persistirán durante algunos días. No obstante, expertos de la UNAM pronostican que a partir del 1 de julio llegue una cuarta ola ya en pleno verano acompañada con los efectos de la canícula, la cual se espera contemple temperaturas más calurosas en todo el país.
“A partir de julio se podría esperar una nueva ola de calor de similar magnitud, pero, este es un pronóstico reservado. Es aventurado afirmar qué podría suceder, pero hay que tomar previsiones”, indicó Víctor Manuel Torres Puente, especialista en meteorología tropical.
Al cierre de esta edición, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) detalló en su último pronóstico que gracias a que la circulación anticiclónica en los niveles medios de la atmósfera se irá debilitando, acabará la ola de calor en México hacia el fin de semana, específicamente el viernes 23 de junio, aunque algunas zonas seguirán con temperaturas arriba de los 40°C.
¿Por qué se forman las ondas de calor?
De acuerdo con los expertos, las ondas de calor en México pueden tener diversas causas. La primera de ellas son las altas presiones atmosféricas. Cuando se establecen áreas de alta presión sobre una región, el aire se vuelve más estable y seco, lo que lleva a temperaturas más altas.
La segunda es la influencia anticiclónica del Pacífico, este es un fenómeno climático que afecta la región occidental de México. Durante su influencia, no se dan las condiciones propicias para las lluvias y eso puede generar condiciones de altas temperaturas y sequedad en el aire.
La tercera tiene relación con los cambios en los patrones climáticos. El fenómeno de El Niño o La Niña influyen en la frecuencia e intensidad de las ondas de calor en México.
“Es posible que se desarrolle un Niño durante este año, por lo que habría que tomar previsiones para las olas de calor que podrían suscitarse en la primavera del año entrante”, indica Binimelis de Raga.
La científica recordó que el cambio climático se relaciona con temperaturas extremas, máximas y mínimas, y en este caso se presenta una tendencia de aumento en varias ciudades del país.
Además, apunta que en las ciudades muy pobladas se superpone otro fenómeno, el de isla de calor, resultado de las edificaciones y actividades humanas, y que puede aumentar hasta dos grados la temperatura con respecto a zonas rurales.
“Las condiciones meteorológicas que conducen a altas temperaturas también pueden resultar en una mayor contaminación por ozono”, dijo.
¿Cómo afectan las olas de calor?
Las altas temperaturas pueden causar estragos tanto en la salud de las personas como de los animales, que van desde deshidratación, insolación, golpes de calor, casos de gastroenteritis, hasta la muerte.
Además, las personas con enfermedades crónicas, como enfermedades cardíacas o respiratorias, pueden experimentar empeoramiento de sus condiciones debido al estrés térmico.
Los grupos más vulnerables, como los niños, los ancianos y las personas de bajos recursos, son especialmente susceptibles a los efectos negativos de la onda de calor.
Bajo este escenario, la India destaca desafortunadamente por sus más de 170 decesos a causa de las altas temperaturas. El departamento meteorológico de ese país registró durante los últimos días un clima de 42.2°C, unos 4.7°C por arriba del nivel normal para ese país.
La mayoría de las víctimas tenían más de 60 años. Al menos 400 personas fueron ingresadas en un hospital de distrito en Ballia por golpes de calor.
Mientras tanto, en China los termómetros marcan los 39 grados Celsius, experimentando temperaturas más altas de lo normal, por lo que los habitantes tienen que salir de casa o de sus centros de trabajo con ropa que proteja de los rayos del Sol.
Para Alemania la situación no es diferente: ahí se viven temperaturas históricas de hasta 30°C. Por lo que muchas personas aprovechan para irse a refrescar en balnearios y playas.
En este sentido, las autoridades alemanas ya advirtieron sobre una sequía extrema que provocaría problemas para la agricultura y aumentará el riesgo de incendios forestales durante el verano.
Inglaterra también tuvo que emitir una advertencia sanitaria tras llegar a los 30 grados Celsius en Londres en su día más caluroso, registrado el 10 de junio.
En Vietnam el clima alcanzó los 38°C, por lo que el gobierno optó por apagar parcialmente las luces de las calles, debido a un aumento en la demanda de electricidad por las personas que conectan ventiladores o aire acondicionado para mantenerse frescos.
De este lado del continente, en Estados Unidos la onda cálida llegó con temperaturas récord que podrían superar los 42 grados centígrados, creando condiciones peligrosas desde Texas hasta Florida.
Los expertos en meteorología estimaron que aproximadamente 35 millones de personas que viven en el sur de Texas, Louisiana y algunas zonas de Florida se encuentran en riesgo ante temperaturas que no son comunes en estas zonas del país.
Las personas que trabajan al aire libre o en condiciones de calor corren un riesgo especial de estrés por calor, al igual que las personas que no tienen acceso a aire acondicionado o lugares donde puedan refrescarse.
Para las mujeres embarazadas, la exposición extrema al calor está relacionada con más partos prematuros y peores resultados del embarazo, incluido el bajo peso al nacer y la muerte infantil. El calor extremo también puede empeorar algunas condiciones de salud mental.
Otras afectaciones
Las ondas de calor también tienen impactos significativos en el medio ambiente. Las altas temperaturas afectan negativamente la disponibilidad de agua y aumentan el riesgo de incendios forestales, lo que pone en peligro ecosistemas y hábitats naturales y en general a la biodiversidad.
Mayo ha sido el mes con más siniestros de este tipo, y en junio disminuyen; sin embargo, lo que vemos actualmente es que hay más incendios debido a periodos sin lluvia. “Es anómalo”, indica Graciela Binimelis de Raga, del Grupo de Interacción Micro y Mesoescala.
De acuerdo con el más reciente reporte semanal de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), en conjunto con la Secretaría de Medio Ambiente, del 9 al 15 de junio se presentaron 87 incendios forestales en un total de ocho mil 998.31 hectáreas.
Una de las entidades más afectadas es Veracruz, en donde se registran 16 incendios activos, los cuales son atendidos por fuerzas de tarea de los tres órdenes de gobierno y brigadas comunitarias.
La tercera ola de calor también propició fuegos intensos en Sonora, lo que ha generado afectación en los ranchos ganaderos de una parte de la sierra, informaron autoridades locales.
Pero México no es el único país en atender estos siniestros. La temporada de incendios forestales de primavera de este año ha sido la peor registrada en Canadá, ya que se han incendiado más de cinco millones de hectáreas, una cifra superior a la de todas las temporadas de 2016, 2019, 2020 y 2022 juntas.
Este año ya han quedado destruidas más de 200 viviendas. Y aún faltan varios meses más cálidos y secos. Ante la emergencia, un equipo conformado por 100 combatientes y tres técnicos de la Conafor partió a la provincia de Ontario, para apoyar al combate de incendios forestales que han afectado a miles de personas en ese país.
De acuerdo con autoridades locales, los vientos llevaron el humo resultante de estos siniestros hasta la ciudad de Nueva York y gran parte del este de Estados Unidos, cubriendo la región con una neblina que retrasó vuelos y cerró escuelas, ya que el aire era peligroso de respirar.
En consecuencia, la ciudad de Nueva York experimentó la peor calidad del aire registrada; el índice de calidad del aire fue de “poco saludable” a “muy poco saludable” y, por último, pasó a la categoría de “peligroso”, indicaron medios locales.
Pérdida de alimentos
El aumento de la temperatura también tiene repercusiones directas en la seguridad alimentaria, siendo la industria agrícola y ganadera una de las más afectadas por las ondas de calor en México.
Las altas temperaturas y la falta de lluvia pueden provocar sequías y reducir la disponibilidad de agua para el riego de cultivos y el ganado. Esto puede resultar en pérdidas significativas en la producción de alimentos, afectando tanto a los agricultores como a los consumidores.
Además, las altas temperaturas pueden alterar los ciclos de crecimiento de las plantas y reducir la calidad y cantidad de los cultivos. Los productos agrícolas, como frutas y verduras, pueden verse afectados por un menor rendimiento y una menor vida útil, lo que impacta en los precios y la disponibilidad de estos alimentos.
A decir de Ignacio Martínez Cortés, coordinador del Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios (Lacen) de la UNAM, con la sequía aumentan los precios de productos del campo, como frutas, verduras, hortalizas, legumbres, maíz, lácteos, huevo, pollo, carne de res y cerdo.
De acuerdo con el especialista, el estiaje también impacta en los precios de alimentos frescos y procesados, pero en consecuencia también incrementan los precios en torterías, taquerías y restaurantes.
En este sentido el informe del Fondo Internacional para la Salud y el Medio Ambiente (integrado por diez agencias de la ONU), publicado en la revista Asia-Pacific Journal of Public Health, señala que para 2030 la economía mundial va a perder más de 2 mil millones de dólares anuales por culpa del calentamiento global, que llevará a la pérdida de productividad y hará imposibles algunos tipos de trabajo debido a las altas temperaturas.
Señala que, en primer lugar, el calor extremo afectará a los sectores que implican un trabajo físico duro en la agricultura y la manufactura.
Según Tord Kjellstrom, autor principal del artículo, hasta 43 países, sobre todo asiáticos, experimentarán descensos en sus economías debido al calentamiento global. Por ejemplo, señala, el producto interno bruto de China se reduciría en 1% y el de Indonesia, en 6% en 2030.
“Si usted está físicamente activo en el trabajo, cuanto más calor hace, más despacio trabaja”, ya que, de esta manera, “su cuerpo se adapta al calor” para protegerle, indicó el autor.
Según Kjellstrom, los aumentos de la temperatura hasta 2050 son ya inevitables, pero si reducimos las emisiones ahora, se podría conseguir un efecto significativo después de esa fecha.
El problema, indica, es que algunos países buscan maneras de adaptarse a los futuros cambios en el clima en vez de tratar de prevenirlos. “Personalmente creo que no se ha prestado suficiente atención a la necesidad de mitigación, lo que significa reducir el cambio climático”. Y advirtió que “es muy urgente actuar ahora, no dentro de 40 años”.
Fuente: Cenapred