Las infecciones intestinales son un problema de salud pública creciente en México, ya que afecta tanto a niños como adultos. De acuerdo con la Secretaría de Salud, en 2024 registró 4.3 millones de casos, lo que representa un incremento de 240 mil en comparación con el año anterior. Mientras que el Sistema de Vigilancia Epidemiológica Convencional, detalló que, en la cuarta semana de 2025, reportaron 39 mil 295 casos de enfermedades diarreicas agudas en menores de cinco años.
Este problema también representa una carga económica significativa, ya que, según datos de AXA México, el costo promedio de atención por enfermedades digestivas puede superar los 100 mil pesos por caso. Además, durante los últimos cinco años, estas afecciones han afectado principalmente a los bebés menores de un año, lo que evidencia la urgencia de implementar estrategias preventivas.
De acuerdo con la Mtra. Angélica Díaz Aranda, las principales causas de estas enfermedades son bacterias como Escherichia coli, Salmonella y Campylobacter, así como el rotavirus, norovirus y parásitos como Giardia y Entamoeba histolytica, que no solo pueden provocar síntomas como diarrea aguda, fiebre y deshidratación, sino que, en casos severos, pueden derivar en complicaciones graves e incluso en la muerte, especialmente en poblaciones vulnerables.
“Este tipo de enfermedades pueden afectar a cualquier grupo de edad, pero los niños, adultos mayores y personas con un sistema inmunológico debilitado son los más vulnerables. Factores como la falta de acceso a agua potable, problemas de higiene, el mal manejo de alimentos y la desnutrición han convertido a las regiones sur y centro del país en las más afectadas”, puntualiza la nutrióloga.
Uno de los principales problemas es el impacto que tienen los hábitos alimenticios en la salud digestiva, ya que el consumo excesivo de alimentos ultraprocesados, ricos en azúcares y grasas, reduce la diversidad bacteriana en el intestino, lo que aumenta la susceptibilidad a infecciones y enfermedades crónica.
En cambio, el consumo de fibra dietética, a través de frutas, verduras, legumbres y cereales integrales, y probióticos, como Lactobacillus casei Shirota, favorece el crecimiento de bacterias saludables en el intestino y contribuye a fortalecer el sistema inmunológico.
Para reducir el riesgo de infecciones intestinales y mejorar la salud digestiva a largo plazo, la especialista recomienda mantener una microbiota intestinal equilibrada, así como implementar los siguientes puntos.
Mantener una dieta equilibrada: Incorpora alimentos frescos, ricos en nutrimentos y evita el consumo excesivo de azúcares y grasas saturadas.
Cuida la higiene alimentaria: Lava bien las manos, especialmente antes de comer o preparar alimentos, y asegúrate que estén cocidos correctamente.
Realiza actividad física: Busca establecer el hábito para un estilo de vida activo. Esto no solo beneficia la salud en general, sino que también puede ayudar en el proceso digestivo.
Prioriza tu descanso: Asegúrate de obtener suficientes horas de sueño, entre 7 y 9 horas. El no descansar de manera correcta, puede influir en la salud digestiva y en el control del peso. Para ello, establece rutinas de sueño regulares, incluso durante las festividades.
Incrementa el consumo de fibra: Integra a tu dieta frutas, verduras, cereales integrales, alimentos ricos en fibra. Al igual que el consumo diario de probióticos, como Lactobacillus casei Shirota y prebióticos, que favorece el tránsito intestinal, alimenta a las bacterias benéficas y evita complicaciones digestivas.
Ten un manejo adecuado del estrés: El estrés crónico puede afectar la salud digestiva. Para ello busca formas de gestionarlo; meditar, realizar actividades relajantes o dar paseos al aire libre te ayudarán a lograrlo.
Evita el uso excesivo de antibióticos: Su abuso puede alterar la microbiota intestinal y hacer que el cuerpo pierda bacterias beneficiosas esenciales para la digestión, así como para la protección contra infecciones.
Cuidar la salud digestiva no solo ayuda a prevenir malestares gastrointestinales, sino que también fortalece el sistema inmunológico y mejora la calidad de vida. Cada pequeño cambio en la rutina diaria puede contribuir a reducir el índice de infecciones intestinales en el país, beneficiando tanto a niños como a adultos. La prevención es la mejor estrategia, y adoptar hábitos saludables hoy, será fundamental para un futuro con menos enfermedades digestivas.