Mitos y realidades del cuidado capilar

El objetivo del acondicionador no es lavar el cabello sino justamente complementar la labor del shampoo, es decir, hidratar el cabello

Redacción
Bienestar
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Cortesía CANIPEC

El cuidado del cabello puede revelar mucho acerca de la personalidad y el modo de vida de un individuo, incluso puede simbolizar un indicio de empoderamiento o mostrar señales de una salud óptima tanto física como emocional.

Alrededor suyo, existen numerosos mitos, de los cuales la Cámara Nacional de la Industria de Productos Cosméticos y la Asociación Nacional de la Industria de Productos del Cuidado Personal y del Hogar (CANIPEC) destaca los más comunes:

El estrés puede causar la caída del cabello. ¡Cierto!
De acuerdo con la Academia Estadounidense de Dermatología, en promedio cada persona pierde entre 50 y 100 hebras de cabello todos los días. Sin embargo, si la caída de cabello es abundante puede deberse a algún trastorno asociado a estrés o ansiedad; que, si bien no es el único de los factores, por lo menos si uno de los más comunes.

El uso de acondicionador provoca la caída de cabello. ¡Falso!
El objetivo del acondicionador no es lavar el cabello sino justamente complementar la labor del shampoo, es decir, hidratar el cabello, nutrirlo, fortalecerlo, brindarle más suavidad y brillo, por ello, dicho producto no tiene por qué aplicarse en el cuero cabelludo ni muy cerca de la raíz del cabello ya que dicha acción puede generar que este se engrase o, en ciertos casos, tapar los folículos capilares. El acondicionador no provoca ningún daño, ni acelera la propensión a la alopecia, utiliza productos adecuados para tu tipo de cabello y aplícalos adecuadamente siguiendo el modo de uso que viene indicado en la etiqueta.

La exposición constante al sol puede dañar el cabello. ¡Cierto!
La exposición excesiva al sol sin protección puede dañar nuestro cabello y más si esta es constante. Entre los signos más comunes a los que nos podemos enfrentar ante esta situación es a la resequedad y decoloración, por lo que se recomienda tener baños de sol con moderación.

El agua caliente es mejor para lavar el cabello. ¡Falso!
El agua caliente abre las cutículas del cabello y puede causar daño y resequedad. Es preferible utilizar agua tibia o fría para cerrar las cutículas y mantener la hidratación.

Una dieta sana ayuda a mantener el cuidado capilar. ¡Cierto!
La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), a través de varios estudios encontró una correlación entre la salud capilar, y el papel que desempeña la nutrición es preponderante, ya que es el medio por el cual se adquieren los nutrientes necesarios para el correcto funcionamiento de la fisiología de la piel y el cabello.

Algunos de los que se relacionan estrechamente con el cuidado capilar son la Biotina, el Cobre, el Selenio y el Zinc, los cuáles se encuentran en carnes, semillas, cereales, mariscos, frutos rojos, etc. La alimentación es una pieza clave para mantener sano nuestro cabello, aunque también influyen otros factores externos, por lo que el cuidado capilar debe ser integral.

Los productos capilares son productos de cuidado personal y existen múltiples opciones dentro de esta categoría enfocados a mejorar el cuidado del cabello, sin embargo, lo más importante a la hora de elegir cualquiera de estos productos, es que su compra se dé dentro del mercado formal ya que eso asegura que estos estén regulados por la autoridad sanitaria correspondiente y cuenten con estudios clínicos y/o instrumentales que garantizan su calidad, seguridad y eficacia en términos de su aplicación.

Aunado a ello, están regulados por el Acuerdo de Sustancias Prohibidas y Restringidas para la elaboración de productos de perfumería y belleza, el cual establece las condiciones y concentraciones máximas de uso a ciertos ingredientes.

La industria de cuidado personal que representa CANIPEC tiene un sólido compromiso para apoyar al consumidor a tomar las mejores decisiones de compra, por ello, buscamos ser una fuente fidedigna y confiable de información, Asimismo, recomiendan que ante la caída frecuente o excesiva del cabello consultar a un dermatólogo u otro profesional de la salud capacitado para ofrecer una evaluación y diagnóstico adecuado.