EN PELIGRO, MÁS DE 50% DE LOS ANFIBIOS EN MÉXICO

“Enfermedades infecciosas emergentes, propiciadas, aumentadas o catalizadas por el cambio climático”.

Martha Mejía
Bienestar
ANFIBIOS MÉXICO

La principal amenaza es el cambio de uso de suelo, debido a que la mayor parte de estas especies son microendémicas, es decir, su área de distribución total es muy pequeña.

En México más de 50% de las especies de anfibios se encuentra en riesgo o en estado crítico de extinción, de acuerdo con un reciente estudio publicado en la revista Nature bajo el título Ongoing declines for the world’s amphibians in the face of emerging threats.

La investigación liderada por Jennifer A. Luedtke, de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), y en la que participan más de 100 expertos de todo el mundo que revisaron ocho mil once registros que son parte de la Lista Roja elaborada por la UICN, demuestra que son las salamandras y las especies habitantes del neotrópico las que experimentan mayores afectaciones.

“Las enfermedades y la pérdida de hábitat provocaron 91% del deterioro de su estado entre 1980 y 2004. Los efectos actuales y proyectados del cambio climático son cada vez más preocupantes, provocando 39% de los deterioros de su estado desde 2004, seguidos por la pérdida de hábitat (37%). Aunque los signos de recuperación de especies incentivan acciones de conservación inmediatas, se necesita urgentemente una mayor inversión para revertir las tendencias actuales”, alerta la investigación.

Las mayores concentraciones de especies amenazadas se encuentran en las islas del Caribe, Mesoamérica, los Andes tropicales, las montañas y bosques del oeste de Camerún y el este de Nigeria, Madagascar, los Ghats occidentales —ubicados en India— y Sri Lanka.

“Otras concentraciones de especies amenazadas se encuentran en el bioma del Bosque Atlántico del sur de Brasil, las Montañas del Arco Oriental de Tanzania, el centro y sur de China y las Montañas Annamitas del sur de Vietnam”, añaden los investigadores.

¿Pero qué es un anfibio y cuál es su importancia ecológica? “Un anfibio es un grupo de vertebrados terrestres que se dividen en tres grandes grupos: ranas, salamandras y cecílidos. Su importancia radica en que forman parte del eslabón alimenticio: comen muchísimos insectos, especialmente las ranas son muy buenas para el control de plagas; por otro lado, los ajolotes y las salamandras acuáticas tienen una capacidad de regeneración impresionante, por lo que se utilizan en estudios médicos porque se ha podido comprobar que pueden regenerar hasta parte del cerebro, así como miembros completos como las patas”, explica Gabriela Parra Olea, investigadora del Instituto de Biología de la UNAM y representante de México en el estudio internacional.

México

La también curadora de la Colección Nacional de Anfibios y Reptiles señala que al analizar en conjunto a los anfibios de nuestro país se comprueba que la principal amenaza es el cambio de uso de suelo, puesto que la mayor parte de las especies son microendémicas, es decir, que su área de distribución total es muy pequeña, por lo que si se transforma el bosque a terrenos para cultivo básicamente desaparecerá el hábitat para que se desarrollen estas especies.

“Los bosques nublados en México son los territorios donde se ha visto mayor disminución de anfibios; esto es: Oaxaca, Chiapas, Veracruz y algunas especies en Hidalgo que ya no hemos vuelto a encontrar. El tema es que talan mucho el bosque y lo convierten en tierra para cultivos. Por ejemplo, de café, que ahí se da muy bien por la humedad ambiental, pero claro que los anfibios también necesitan ese microclima”, explica.

La experta del Departamento de Zoología señala que su labor en este trabajo inició en 1990 cuando se sumó al equipo internacional que revisa globalmente las poblaciones de anfibios y forma parte del grupo de especialistas que estudian la presencia de un hongo parásito que afecta la piel de estos vertebrados.

“Hay que poner mucha atención en las enfermedades emergentes infecciosas. Hay una que se llama Quitridiomicosis, que llevó a la extinción de muchas especies de anfibios en la década de 1990. En este sentido, han surgido patógenos nuevos que se están transmitiendo por la vía del comercio. Por ello es superpeligroso comparar salamandras chinas, de Estados Unidos o europeas, porque pueden venir infectadas, y como las esporas de este hongo son acuáticas pues las tenemos en casa, en un terrario y las desechamos en el agua sin previo tratamiento, entonces estamos esparciendo la infección, lo cual es muy riesgoso”, señala.

Reafirma que la Batrachochytrium (hongo que origina la Quitridiomicosis) “fue la Covid de los anfibios y extinguió muchas poblaciones, probablemente varias especies. Lo que se encuentra hoy es lo que sobrevivió a esa epidemia en los ochenta, pero no significa que lo peor ya pasó. Al final siguen siendo vulnerables a enfermedades infecciosas emergentes, propiciadas, aumentadas o catalizadas por el cambio climático global”.

Peligro

De acuerdo con la especialista, luego de la anterior evaluación presentada en 2004 —cuando se advirtió del declive de los anfibios— a la fecha se ha declarado la desaparición de unas 200 especies en el mundo. Sin embargo, para México no ha sido el caso, ya que tienen que esperar entre 15 y 20 años antes de determinar su ausencia total, pues se sabe que algunas salamandras desaparecen, pero se vuelven a encontrar posteriormente.

“Las especies que están más en peligro son las salamandras acuáticas. Tenemos el típico caso del Ambystoma mexicano, que es el ajolote de Xochimilco, que ya no se ha encontrado en vida silvestre desde hace muchos años. También poblaciones de Ambystoma taylori en Puebla se han visto impactadas, así como el Ambystoma dumerilii de Pátzcuaro. Estas tres especies son permanentemente acuáticas, es decir, están toda su vida en forma de larva y no salen del agua. De ahí que las presiones tienen que ver con que los lagos se dragan y con la contaminación del agua. También les impactan mucho las especies introducidas, como la carpa, la tilapia y todas esas cosas, porque se comen los huevos y los embriones”.

Existe, agrega Parra, una dificultad de por qué no podemos declararlas extintas fácilmente: es porque se entierran. “No sabemos cuánto lo hacen; pueden pasar años en la profundidad y cuando las condiciones ambientales son propicias vuelven a salir”.

Hay en nuestro país un porcentaje importante en categoría de riesgo, ya sea amenazadas o críticamente amenazadas, por lo cual es la segunda nación en el continente americano —después de Colombia— en experimentar gran pérdida de anfibios.

Esperanza

A pesar de la situación la especialista considera que hay esperanza, ya que, por ejemplo, en Veracruz fue talado por completo un bosque para sembrar cafetales, pero posteriormente fue abandonado. En la actualidad el sitio se recuperó y un estudiante halló y documentó una especie de anfibio buscada desde 1997.

“Hay que conservar áreas naturales, de manera que existan corredores, que no sean manchones aislados de bosque, que haya una conectividad de los bosques para las especies, que se puedan mover según les vayan afectando los cambios en el clima para lograr que tengan una oportunidad de sobrevivencia”, finaliza.