La lactancia tiene un impacto en la familia y en la sociedad

El calostro es 75% anticuerpos, no es un fluido para alimentar al bebé, sino para protegerlo de enfermedades

Redacción
Bienestar
leche materna

La lactancia materna se asocia con el desarrollo cognitivo a largo plazo y el coeficiente intelectual que, a su vez, está asociado con el nivel educativo y los ingresos que una persona percibe”, explicó el especialista en inmunología Leopoldo Santos Argumedo, al iniciar la mesa Lactancia, nutrición y sistema inmune, en el Colegio Nacional.

El investigador principal del Departamento de Biomedicina Molecular, del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav), expuso en su ponencia Lactancia, microbiota y respuesta inmunológica que, la lactancia materna es un tipo de alimentación en la que el bebé sólo recibe leche de la madre sin ningún otro producto sólido o líquido, a excepción de soluciones hidratantes, vitaminas, minerales o medicamentos.

Aseguró que “la lactancia no sólo beneficia a los bebés, sino también a las mamás, ya que ayuda a su recuperación física y contribuye a disminuir las probabilidades de desarrollar cáncer de ovarios, cáncer de mama, diabetes tipo 2, hipertensión, ataques cardíacos, anemia y osteoporosis”.

De acuerdo con la UNICEF, el 13% de las muertes en menores de cinco años podrían ser evitadas si la lactancia materna fuera practicada de forma óptima en contextos de emergencia, como la reciente pandemia.

En relación con los beneficios que tiene esta acción para la sociedad, el experto en el estudio de los mecanismos de activación, maduración y diferenciación de linfocitos B en humanos y ratones, detalló que la lactancia contribuye al desarrollo de los países, porque ayuda a disminuir costos en la atención de enfermedades como la diabetes, el cáncer y la hipertensión.

Subrayó que se estima que, en México, el costo asociado con la salud de los niños por una mala práctica de lactancia materna va de $745.6 millones de pesos a 2 mil 416.5 millones anuales, y de esas cifras, el costo de la fórmula infantil representa del 11% al 38%. Además, la lactancia materna ayuda al cuidado del medio ambiente al no producir desechos y evitar el uso de materiales contaminantes usados en la publicidad, envasado y transporte de la fórmula.

En palabras del especialista, el calostro es la primera secreción que produce una mujer después del parto en los primeros cinco o diez días. Posteriormente, se produce la leche materna de manera progresiva y, después de tres semanas, ya es leche madura. “La composición del calostro es interesante, tiene una gran cantidad de proteínas, de las cuales, el 75% son anticuerpos, no es un fluido para alimentar al bebé, sino para protegerlo de enfermedades o microorganismos del medio ambiente”.

Sumado a lo anterior, el calostro de la leche materna proporciona los microbios que permiten la formación de la microbiota del bebé, es decir, la comunidad de microorganismos que conformarán diversas partes de su cuerpo y mantendrán en equilibrio su salud.

“El calostro y la leche materna no es una sustancia estéril, es un fluido que está acompañado por microorganismos, bacterias que se encuentran en la glándula mamaria, mismas que van acompañadas de anticuerpos. La madre produce los anticuerpos que viajan a través del calostro y la leche materna para proteger al bebé”, destacó Santos Argumedo.

En la sesión, perteneciente al ciclo Las neurociencias en México y el mundo, coordinado por el colegiado Pablo Rudomin y Ranier Gutiérrez del Cinvestav también participaron las especialistas Gabriela González y Michelle Klapp.

Beneficios de la leche materna

Por su parte, Michelle Klapp, consultora de lactancia materna certificada, sostuvo que la lactancia no es un tema de mamá y bebé, también tiene un impacto en la familia y en la sociedad, en general.

Reconoció que la lactancia materna exclusiva por cuatro meses genera un 72% de reducción del riesgo de hospitalización del bebé durante el primer año de vida por infecciones respiratorias; un 64% de reducción de infecciones gastrointestinales; un 36% de reducción del riesgo de muerte de cuna, con respecto a los bebés que no son amamantados; un 20% de riesgo de leucemia infantil en bebés alimentados por más de seis meses; un 42% de reducción de padecimientos como el asma, dermatitis y eccema; y un 30% de reducción de padecimientos relacionados con obesidad y trastornos alimenticios.

La directora de Lactando, mencionó que también se encuentran los anticuerpos contra enfermedades y la estimulación sensorial y psicomotriz como la del gusto, “cuando un bebé es alimentado con fórmula, está recibiendo el mismo sabor todo el tiempo y cuando un bebé es alimentado con leche materna, recibe diferentes matices de sabor que dependen de la alimentación de la madre. Los bebés que toman leche materna son mucho más aptos después a recibir alimentación complementaria”.

Entre los beneficios para la mamá, se encuentra una reducción significativa del riesgo de tener cáncer de mamá y ovarios, una recuperación más rápida del útero, la reducción de depresión posparto y un mayor vínculo afectivo con su bebé. “Para tener una lactancia exitosa, se necesita información. El costo de traer al mundo y mantener un bebé afecta significativamente los bolsillos de las familias, sin lactancia exclusiva, la alimentación infantil de un bebé cuesta entre 2 mil y 5 mil pesos mensuales, mientras que la lactancia es gratuita”.

Klapp aseguró que la lactancia no discrimina. “Un bebé amamantado recibe la nutrición adecuada independientemente del nivel socioeconómico de su familia. Si la lactancia fuera una práctica generalizada, se prevendrían anualmente hasta 823 mil muertes infantiles y 20 mil muertes maternas a nivel mundial. Se reducirían significativamente los índices de desnutrición infantil, diabetes y otros síndromes metabólicos”.

De acuerdo con la especialista, la OMS afirma que la leche materna exclusiva durante los primeros meses de vida es la forma de alimentación óptima para el bebé. Posteriormente, deben recibir alimentos complementarios, pero sin abandonar la lactancia materna hasta los dos años o más. La Academia Americana de Pediatría dice que los bebés deberían ser alimentados con lactancia materna exclusiva por lo menos los primeros seis meses de edad. “Apoyar a la lactancia genera una sociedad más sana, más justa, más responsable con los demás y responsable con el medio ambiente”, concluyó.