La salud mental es un problema complejo que requiere una respuesta integral y coordinada

Fortalecer la educación en salud mental, el autocuidado y los servicios comunitarios

Redacción
Bienestar
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Especial

Durante el sexenio que terminó, uno de los avances más significativos fue la aprobación de reformas a la Ley General de Salud (2022), las cuales buscan garantizar una atención que respete la dignidad y los derechos de las personas con discapacidad mental. Asimismo, en mayo de 2023 se creó la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones (Conasama), un organismo encargado de prevenir, promover y atender los problemas de salud mental y adicciones en el país.

Sin embargo, a pesar de los esfuerzos, la creciente demanda de servicios de salud mental contrasta con la insuficiencia y mala distribución de recursos. Como señala un decreto oficial, “en México, como en otros países, los recursos económicos, humanos y materiales disponibles para atender la salud mental son insuficientes y, además, se encuentran mal distribuidos” (DOF:29/05/23). Esta situación genera una brecha entre quienes necesitan tratamiento y quienes lo reciben.

“Este es un llamado a replantear el enfoque que como sociedad tenemos hacia la salud mental y basarnos en el derecho a la salud y como sector salud promover la investigación y el acceso a tratamientos innovadores”, señaló la Dra. Carmen Amezcua, médico psiquiatra, especialista en Psiquiatría Integrativa.

“Por ello, me sumo al llamado de organizaciones civiles e instituciones de salud a fortalecer la educación en salud mental, el autocuidado y los servicios comunitarios, con el objetivo de identificar y atender de forma más oportuna estas condiciones, para ayudar a reducir las complicaciones futuras, que afectan tanto al individuo como a la sociedad”, compartió.

Desde el punto de vista de la Psiquiatría Integrativa, hay cuatro elementos que son fundamentales para propiciar una buena salud mental:

Cuerpo. La atención y cuidado del cuerpo es un pilar fundamental para la salud mental, sobre todo por la relación que existe entre el eje cerebro-intestino. Se ha comprobado que los microorganismos en el aparato digestivo producen y regulan neurotransmisores y hormonas clave para la mente.

Mente. Atender las necesidades de la mente y aprender a manejar los pensamientos, ya que estos a su vez, ayudarán a las personas a manejar sus emociones, y como consecuencia, también sus comportamientos

Estilo de vida. Incluye la forma en cómo las personas se relacionan con los demás, los hábitos de sueño, la forma en cómo se alimentan, así como la actividad física que realizan. Ya que el pasar muchas horas frente a una computadora o un dispositivo, o si tienen una alimentación deficiente, es probable que se esté impactando la salud del sistema hormonal, y con ello, de la salud mental.

Espiritualidad o propósito. Implica que la persona aprenda a escucharse a sí misma y reconozca lo que quiere lograr en esta vida, y así darle sentido a las acciones que lleva a cabo.

“Los seres humanos somos entes sociales por naturaleza, y por ello es clave el rol de la familia y de la comunidad para desarrollar una adecuada salud mental. Esto nos permitirá desarrollar mejores habilidades y herramientas emocionales para hacer frente a las complejidades de la vida”, indicó la Dra. Amezcua.

De acuerdo con la especialista, la salud mental es un problema complejo que requiere una respuesta integral y coordinada, incluyendo el desarrollo de políticas públicas. Es necesario que las instituciones, comunidades e individuos trabajen en conjunto para construir un sistema de salud mental más justo y equitativo. Aunado a esto, resulta fundamental que se exploren nuevos modelos de atención que sean más efectivos y accesibles.