La Federación Mundial del Corazón señala que más de 500 millones de personas padecen algún tipo de enfermedad cardiovascular y cada año 18.6 millones fallecen por esta causa.
En México las cifras recién publicadas por INEGI del primer semestre de 2024 corroboran a los trastornos cardiovasculares como la principal causa de mortalidad en la población del país con 100,710 decesos registrados en ese periodo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), por su parte, revela que más de cuatro de cada cinco defunciones en el mundo por enfermedades cardiovasculares se deben a ataques cardiacos y accidentes cerebrovasculares, y una tercera parte de estas son en personas menores de 70 años.
“Una miocardiopatía se refiere a una enfermedad del músculo cardiaco, la cual hace que el corazón tenga dificultades para bombear sangre al resto del cuerpo, lo que puede provocar insuficiencia cardíaca. Los síntomas característicos de las miocardiopatías incluyen falta de aliento, dificultad para respirar, dolor torácico, latidos del corazón rápidos, fuertes o agitados, hinchazón de piernas, tobillos, pies, estómago y venas del cuello, entre otros”, explica el doctor Jorge García, Líder Médico de Enfermedades Raras en Pfizer México.
Una causa de cardiopatía es la amiloidosis cardiaca (AC), una enfermedad rara que afecta a 5 de cada 10,000 personas en el mundo. “Se trata de una enfermedad caracterizada por el depósito extracelular de fibrillas de proteínas en la capa muscular del corazón (miocardio) modificando la estructura del corazón e interfiriendo en su capacidad de bombeo lo que produce insuficiencia cardíaca, arritmias y alteraciones en el sistema de conducción eléctrica del corazón”, añade el especialista.
Fuera de ritmo
La mayoría de las cardiomiopatías tienen una estrecha relación con las alteraciones del ritmo cardiaco, en especial la AC que está asociada a diferentes formas de arritmias como la fibrilación auricular, la cual está presente en 70% de los pacientes con AC y puede derivar en coágulos sanguíneos en el corazón por lo que aumenta el riesgo de tener un accidente cerebrovascular, insuficiencia cardíaca y otras complicaciones relacionadas con el corazón.
Para el diagnóstico de la AC, el médico se basará en una combinación de factores, como síntomas como falta de aire, hinchazón en piernas, tobillos, pies y abdomen, fatiga y venas del cuello dilatadas entre otros, la exploración física del cuerpo y los antecedentes familiares. Seguidas de pruebas diagnósticas, de imagen y de laboratorio para confirmar o descartar la amiloidosis cardíaca.
“La detección oportuna de la amiloidosis puede ayudar a limitar los daños cardiacos a largo plazo. Sin una detección y un tratamiento precoces, es posible que se produzcan daños permanentes”, puntualiza el doctor García.
Para una estrategia preventiva de enfermedades cardiovasculares es importante una revisión médica a partir de los 45 años. Además, la realización de algunos estudios permite al médico crear un panorama global de la salud cardiaca y realizar un diagnóstico confiable.