El Día Mundial de la Inocuidad Alimentaria, conmemorado por sexta ocasión este junio
2024 bajo el lema “Preparémonos para lo imprevisto”, subraya la importancia de estar
preparados para los incidentes relacionados con la inocuidad de los alimentos, ya sean
leves o graves. Éstas son situaciones en las que existe un riesgo potencial o confirmado
para la salud asociado al consumo de alimentos.
Andrés Rivera García, químico en alimentos de Esteripharma ®, explica que “la inocuidad
de los alimentos se refiere a la carencia de peligros que puedan perjudicar la salud de los
consumidores, o que el nivel de riesgo sea aceptable según las autoridades regulatorias
correspondientes, para garantizar la seguridad de su consumo”.
Esta inocuidad está implícitamente involucrada en cada parte del proceso de la cadena de
suministro: desde la producción o cosecha inicial, pasando por el procesamiento,
almacenamiento, distribución y transportación, hasta la manipulación, preparación y,
finalmente, el consumo. Es por ello que todas las personas involucradas en cada punto de
esta cadena tiene una participación activa en el cuidado y procuración de la inocuidad
alimentaria.
¿Qué podemos hacer para “prepararnos para lo imprevisto”?
De acuerdo con Rivera García, hay 2 aspectos importantes por los que podemos
empezar, entre otros tantos, para reforzar la inocuidad alimentaria en casa:
Conservar los alimentos a una temperatura adecuada.
Generalmente, el almacenamiento en refrigeración ayudará a retardar el deterioro de los
alimentos ya sea por oxidación, crecimiento microbiano o cualquier otra forma de
descomposición.
Mantener una limpieza estricta durante el manejo y la preparación de los
alimentos.
Todas las superficies que tienen contacto con los alimentos, incluidas las manos y los
utensilios de cocina (tablas de picar, cuchillos, cucharas, vajillas, etc.) requieren estar
limpias y desinfectadas para asegurar la higiene en todo momento.
“Antisépticos y desinfectantes a base de soluciones electrolizadas de superoxidación con
ph neutro, mejor conocidas como SES, son auxiliares efectivos para estos propósitos. Se
trata de sustancias no tóxicas y amigables con el medio ambiente, que además de
inactivar microorganismos patógenos pueden ayudar a la preservación de la frescura de
los alimentos sin afectar sus propiedades nutricionales”, agrega Andrés Rivera García.
Las medidas preventivas y la educación en materia de inocuidad también son acciones
que involucran a cada gobierno, empresas alimentarias y consumidores. Por ello, evitar la
contaminación de alimentos requiere del reforzamiento en las prácticas enfocadas en la
vigilancia y control.
“Desde casa podríamos mantenernos informados para saber cuáles
son las repercusiones en caso de imprevistos y cómo debemos responder ya que todos
somos gestores de riesgos”, finaliza el experto.