Entre 2020 y 2030 casi 500 millones de personas desarrollarán enfermedades cardiacas, obesidad, diabetes u otros males crónicos, panorama que tendrá un costo de 27 mil millones de dólares anuales si los gobiernos no toman medidas urgentes contra la inactividad física entre sus poblaciones, advirtió la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El organismo internacional invitó en un informe a priorizar la actividad física como clave para mejorar la salud y abordar las enfermedades crónicas, integrar el ejercicio continuo en todas las políticas relevantes y desarrollar herramientas, orientación y capacitación para mejorar su implementación.
Cabe recordar que en México más de 70% de la población adulta tiene sobrepeso u obesidad según la Ensanut 2021 y en las fiestas decembrinas algunas personas ganan de tres a cinco kilos de peso.
En este sentido, Víctor Hugo Córdova Pluma, del Consejo Mexicano de Medicina Interna, señala que así como la diabetes, la hipertensión y el colesterol alto se tratan con un cambio en la alimentación, actividad física y fármacos, la obesidad requiere también un plan de atención completo en el que intervienen varias disciplinas.
“La mayoría de los tratamientos contra el sobrepeso y la obesidad cuentan hoy con estudios serios de control de farmacovigilancia y al menos uno de cada diez pacientes necesita este tipo de terapia bajo supervisión médica para lograr un peso adecuado y mejorar su estado general de salud física y emocional junto con otras acciones de manera integral”, puntualiza.
Hacer ejercicio y comer de manera saludable son dos de los propósitos de Año Nuevo que llevan a bajar de peso de manera segura, lo que en algunos casos requerirá del apoyo de fármacos para quienes esas dos acciones no sean suficientes para perder los kilos que tienen de más, precisa el especialista.
El mundo necesita moverse
“Necesitamos que más países amplíen la implementación de políticas para ayudar a las personas a ser más activas a través de caminatas, ciclismo y otros deportes y actividades físicas”, dice a su vez el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Destaca que “los beneficios son enormes, no solo para la salud física y mental de las personas sino también para las sociedades y la economía”.
Además, indica que se espera que el informe de la OMS sirva a los países “para construir sociedades más activas, saludables y justas para todos”.
De acuerdo con el estudio la carga económica de la inactividad física es significativa y el costo del tratamiento de nuevos casos de enfermedades crónicas alcanzará casi los 300 mil millones de dólares para 2030, alrededor de 27 mil millones anuales.
El documento muestra también que solo poco más de 50% de los países realizó campañas de comunicación nacional u organizó eventos de actividad física de participación masiva en los últimos dos años. Por si fuera poco, la pandemia de Covid-19 no solo paralizó estas iniciativas, sino que también afectó la implementación de otras políticas que buscaban reducir desigualdades en el acceso y oportunidades para participar en la actividad física para muchas comunidades.
Recomendaciones
El informe anima a lograr el objetivo mundial de una reducción de 15% en la prevalencia de la inactividad física para 2030.
Para ayudar a los países a aumentar la actividad física el plan de acción mundial sobre actividad física 2018-2030 de la OMS establece 20 recomendaciones de políticas. Entre esos consejos figuran las políticas para crear carreteras más seguras que fomenten un transporte más activo y proporcionar más programas de actividades físicas en entornos esenciales, como las escuelas, la atención primaria de la salud y el lugar de trabajo.
“Nos faltan indicadores homologados a nivel mundial que midan el acceso a los parques, los carriles de bicicletas y las vías peatonales, aunque sabemos que existen datos en algunos países. En consecuencia, no podemos informar ni rastrear la oferta global de infraestructuras que facilitan el aumento de la actividad física”, indica la jefa de la Unidad de Actividad Física de la agencia de la ONU, Fiona Bull.
El informe invita a los países a priorizar la actividad física como clave para mejorar la salud y abordar las enfermedades crónicas, integrar la actividad física en todas las políticas relevantes y desarrollar herramientas, orientación y capacitación para mejorar la implementación.
Terapias seguras
Córdova Pluma, consejero emérito del Consejo Mexicano de Medicina Interna, señala que se deben evitar las dietas “milagro” que ofrecen perder kilos en poco tiempo, porque además de que se pueden recuperar nuevamente por el efecto “rebote” son un riesgo para la salud al restringir la ingesta de nutrientes necesarios para el buen funcionamiento del organismo.
Para obtener resultados exitosos a largo plazo en el tratamiento del sobrepeso y la obesidad se necesita considerar una reeducación nutricional, aumentar la actividad física diaria y fortalecer la salud emocional de cada paciente. Por ello es importante consultar a un profesional de la salud para un acompañamiento y tratamiento individualizado, de acuerdo a las necesidades de cada uno.
El Programa Allurion para la pérdida de peso, por ejemplo, consiste en el uso de un balón gástrico que no requiere cirugía, ni endoscopia, ni anestesia para su colocación y extracción, junto con un programa integral de estilo de vida saludable, el cual ofrece seguimiento médico y nutricional personalizado para lograr una reducción de entre 10 y hasta 15% del peso corporal total en 16 semanas y promover su mantenimiento a través de nuevos hábitos de vida, explica Christina Lima, fundadora de Medica Lima Wellness Center.
Para ayudar a las personas con sobrepeso y obesidad a lograr un peso más saludable, el Programa Allurion inicia con una consulta ambulatoria, donde previa evaluación aprobatoria y bajo la supervisión de un equipo médico el paciente ingiere una cápsula que contiene el balón gástrico unido a un delgado catéter. Tras confirmar mediante una primera radiografía que el balón se encuentra en el estómago, se llena con 550 ml de solución estéril y se verifica su correcta colocación a través de una segunda radiografía.
El doctor Gerardo Gil Hernández, médico cirujano especialista en Gastrocirugía y Laparoscopía, explica que “a partir de ese momento el espacio que ocupa el balón en el estómago inducirá la pérdida de peso al incrementar la sensación de saciedad, retrasar el vaciado gástrico y reducir la cantidad de alimentos ingeridos en cada comida. Y una vez transcurridas 16 semanas el balón se vacía automáticamente y se evacúa de forma natural, sin ninguna complicación”.
Si bien la presencia del balón Allurion en el estómago es un elemento importante en la pérdida de peso, el programa continúa con la supervisión y seguimiento por seis meses acompañado por un equipo multidisciplinario, entre ellos médicos y nutriólogos, que ayudarán al paciente a establecer un estilo de vida saludable que evite nuevamente el incremento del peso.