GENTRIFICACIÓN, UN PROCESO SIN REGULACIÓN A FAVOR DE LOS BARRIOS

“La oposición a la gentrificación se ha vuelto parte de la agenda de los movimientos sociales provivienda”.

Arturo Moncada
Bienestar
GENTRIFICACIÓN CONDESA , Santa María LA RIVERA

El término gentrificación es relativamente nuevo. Fue propuesto en los sesenta del siglo XX para analizar el proceso de transformación urbana en sectores obreros londinenses. Dos décadas después comenzó un amplio debate que dotó al concepto de cierta popularidad en los estudios urbanos.

Trabajos sobre este fenómeno en México muestran distintas fases y espacialidades de los procesos constitutivos de la gentrificación en Monterrey, Morelia, Puebla y la Ciudad de México.

Sin embargo, es posible observar que la utilización del propio término gentrificación se difunde rápidamente para identificar algunos de los múltiples procesos de transformación urbana, desde la renovación de las áreas centrales hasta la producción de urbanizaciones privadas para las clases pudientes.

Así, se entiende por gentrificación el proceso de renovación de viejos centros urbanos mediante transformaciones materiales e inmateriales conducidas por agentes privados o públicos, que aumentan el valor de las propiedades y el consiguiente desplazamiento de la población de esa zona.

En la Ciudad de México, por ejemplo, colonias como Santa María la Ribera, Roma y Condesa registran este fenómeno.

Desplazamiento

Los programas de desarrollo urbano en la capital de la República, indican expertos, ocultan o minimizan que se propicia la apropiación privada de las rentas potenciales del suelo a través de la promoción de los mejores y más altos usos del mismo, aunado a la exacerbación de consumos superfluos y la promoción de nuevos estilos de consumo para las clases medias y el desplazamiento social directo e indirecto de las clases trabajadoras residentes y productores tradicionales.

Y es que el avance de la gentrificación en la Ciudad de México, agregan, debe ser regulado de forma inmediata ante el desplazamiento social que genera.

Si bien existe una resistencia de los pobladores de algunos barrios, indican, en el Programa General de Ordenamiento Territorial 2035 de la CDMX no se encuentran medidas al respecto.

Para vecinos de la colonia Santa María la Ribera el desplazamiento que han sufrido es responsabilidad de las autoridades. Por ello afirman que estas tendrían que regular y, sin embargo, más bien provocan el fenómeno al permitir la compra y especulación de viviendas protegidas por ley.

El desplazamiento social de manera directa, indirecta y simbólica se distingue a partir de las luchas por la vivienda y la habitabilidad de la ciudad.

Desequilibrio

Diversas organizaciones de residentes demandan que el Programa General de Ordenamiento Territorial de la CDMX sirva para detener los procesos de gentrificación y encarecimiento de las rentas urbanas.

Víctor Delgadillo, profesor del Programa de Maestría y Doctorado en Urbanismo por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), indica que “los actuales instrumentos de ordenamiento territorial ofrecen, en realidad, nuevas formas para que los inversionistas construyan más de lo que estipulan las normas urbanísticas y densificar bajo el discurso del desarrollo urbano sustentable”.

Delgadillo señala que dos de las propuestas más polémicas son las llamadas vialidades intraalcaldías y los conocidos como espacios públicos de propiedad privada.

La primera, puntualiza, permitiría incrementar la altura de los edificios en las principales vías de la urbe —Anillo Periférico, Circuito Interior y ejes viales— desde ocho hasta 40 niveles; y la segunda habilita aumentar en 15% la superficie construida cuando a nivel de suelo se genere espacio público, como una plaza o jardín.

Para Delgadillo, en el Programa General de Ordenamiento Territorial 2035, que guiará el futuro de la ciudad a medio plazo, no existe una propuesta para la gestión del agua, la reducción de la cantidad de automóviles en las vías públicas, así como medidas contra la contaminación.

Por su lado, Luis Alberto Salinas, investigador del Instituto de Geografía de la UNAM, señala que el desarrollo inmobiliario y comercial propicia el aumento de costos del predial y de servicios como agua y luz. Tanto los colonos que ya no pueden costearse la vida ahí como quienes tienen recursos suficientes se marchan a otros sitios de la ciudad, porque el barrio ha cambiado.

Un último aspecto que constituye una demanda central de la población es la necesidad de transparentar las normas urbanísticas, que han permitido la edificación de megaproyectos en prácticamente cualquier sitio y dejan en estado de indefensión a los residentes frente al cártel inmobiliario.

Si bien para muchos la gentrificación tiene un lado positivo —ya que se mejoran físicamente las zonas; se crean miles de empleos; se mejora la base fiscal; aumenta el turismo y se permite que familias e individuos puedan vivir en zonas céntricas de la ciudad—, para otros la oposición a la gentrificación se ha vuelto parte de la agenda de los movimientos sociales provivienda.

Estos, sin embargo, no pasan de pedir la prohibición del fenómeno, lo cual es imposible.

Los expertos indican que son necesarias medidas dinámicas de reurbanización en las ciudades con la participación ciudadana para diagnosticar las necesidades de un territorio con tratamiento urbanístico de renovación acorde a las urgencias de los sectores socioeconómicamente vulnerables.

Plan General de Desarrollo

Es el instrumento a partir del cual se definirán las políticas de largo plazo en la Ciudad de México, con enfoque en lograr la cohesión social, desarrollo sustentable y mejorar la vida de sus habitantes, de acuerdo con la Constitución capitalina.

Su vigencia será de 20 años.

Incluye tener un diagnóstico de la ciudad en sus características sociales, económicas y territoriales, establecer una visión de crecimiento y desarrollo a futuro y definir las materias prioritarias para lograr dichos objetivos.

Fuente: Gobierno de la CDMX

Programa General de Ordenamiento Territorial

Es el instrumento que busca crear un hábitat adecuado para todas las personas y seres vivos que habitan o transitan en la ciudad.

Su propósito es regular el uso del territorio en todas sus dimensiones, por lo que debe contener normas y herramientas para ello.

Su vigencia será de 15 años y sustituirá al Programa General de Desarrollo Urbano, el Ordenamiento Ecológico y los Programas Delegacionales de Desarrollo Urbano que tiene cada una de las 16 demarcaciones.

Fuente: Gobierno de la CDMX