Dos pueblos originarios de la alcaldía Tlalpan emprendieron un proceso de transformación con base en la conservación sostenible.
San Miguel Topilejo y Parres El Guarda, al sur de la Ciudad de México, han iniciado un proceso de transformación con un plan de acción comunitario centrado en mejorar el bienestar local y promover el ecoturismo como motor de desarrollo sostenible.
El ejido El Guarda, también conocido como Parres, se encuentra en una ubicación estratégica que marca la transición entre lo rural y lo urbano. Aunque su extensión es relativamente pequeña, con solo 29 hectáreas de suelo de conservación, ha logrado convertirse en un referente de los esfuerzos en conservación y desarrollo sustentable.
En 2024 El Guarda recibió por primera vez apoyo del Programa de Desarrollo Forestal Sustentable para el Bienestar en su modalidad de manejo forestal comunitario y cadena de valor, lo que le permitió iniciar un plan de acción enfocado en mejorar el bienestar y desarrollo de sus habitantes.
Lucino Eslava Ortiz, ingeniero especializado en restauración y conservación comunitaria y asesor técnico del ejido, menciona durante un recorrido que uno de los principales retos ha sido frenar la expansión urbana, un fenómeno que históricamente ha amenazado su ecosistema.
El proyecto ha facilitado la implementación de actividades que equilibran la conservación de los recursos naturales con el desarrollo económico de los ejidatarios. Entre las iniciativas más destacadas se encuentra el ecoturismo, cuyo objetivo es preservar los recursos forestales, que alojan diversas especies en peligro de extinción. Además, busca frenar la expansión de las zonas agrícolas y urbanas, mientras genera fuentes de autoempleo para los miembros de la comunidad.
“Antes del programa Altépetl Bienestar la mancha urbana sí se estaba ganando al territorio”, dice.
Otra estrategia clave, señala, es el aprovechamiento sustentable de los recursos naturales. En la zona se han realizado estudios técnicos que permitieron obtener la autorización de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) para la extracción de recursos forestales no maderables, los cuales tienen un alto potencial económico.
También se ha promovido la creación de empresas forestales lideradas por mujeres, así como la implementación de un circuito para motos, lo que permite disfrutar de la naturaleza, la cultura y las tradiciones de la zona, a la vez que fortalece la economía local.
A pesar de las limitaciones de terreno, el ejido cuenta con una rica diversidad de ecosistemas que ofrecen beneficios ambientales significativos, como la captura de carbono y la infiltración de agua al manto freático.
“Más de 70% de su superficie está cubierta por matorral xerófilo, lo cual es esencial para la conservación del agua y del suelo. Además, aloja una notable biodiversidad, que incluye especies como el gorrión serrano y el conejo teporingo, ambas en peligro de extinción”, afirma.
Topilejo
Muy cerca de El Guarda se encuentra San Miguel Topilejo. Este pueblo originario es un claro ejemplo de la riqueza histórica y cultural de Tlalpan, donde la agricultura, las tradiciones y la vida comunitaria se integran en un entorno que resiste el paso del tiempo. Rodeado de zonas naturales, Topilejo también es un destino popular para el ecoturismo. Su proximidad a áreas boscosas y zonas de cultivo permite a los visitantes disfrutar de actividades como caminatas, paseos en bicicleta y recorridos agrícolas.
En 2023 la comunidad fue beneficiaria del Componente I del Programa de Desarrollo Forestal Sustentable, lo que permitió incentivar el manejo forestal sustentable y el aprovechamiento de recursos forestales no maderables.
Con una superficie de 517 hectáreas bajo estudio, los comuneros, en colaboración con su asesor técnico, realizaron muestreos para determinar la densidad de las plantas y el aprovechamiento sostenible de este recurso. Este proyecto no solo busca generar empleo mediante la comercialización de la vara de perlilla, sino también fortalecer las acciones preventivas contra la tala ilegal.
Oscar Alberto Ramírez García, asesor técnico de la comunidad, explica durante un recorrido que el estudio de la vara de perlilla es fundamental para conocer el potencial de este recurso. “La vara de perlilla, utilizada principalmente para la fabricación de escobas y artesanías, tiene un mercado potencial tanto a nivel local como institucional, y su aprovechamiento responsable podría convertirse en una fuente importante de ingresos para la comunidad”, señala.
Además, a través del proyecto de Turismo en Áreas Forestales, en colaboración con la administración del Parque Las Maravillas, se han realizado estudios de mercado para evaluar la viabilidad del parque como un destino ecoturístico complementario a otros parques cercanos. En el lugar se han instalado señalizaciones y mamparas informativas que detallan las características geográficas, los ecosistemas y las especies de importancia de la zona, como el gorrión serrano y el conejo teporingo, ambas en peligro de extinción.
Granja San Martín
Ubicada en la comunidad de San Miguel Topilejo, la Granja Integral San Martín se ha convertido en un referente de desarrollo rural sustentable. Esta iniciativa, dirigida por Miguel Martín, busca integrar la producción pecuaria y agrícola en espacios relativamente pequeños.
“Hemos recibido apoyos para plantaciones forestales comerciales y sistemas agroforestales por parte de Conafor. Gracias a este apoyo, logramos producir árboles de Navidad para satisfacer la demanda durante la temporada navideña. Estas acciones contribuyen a contrarrestar el cambio de uso de suelo y favorecen el desarrollo económico de la comunidad”, comenta Martín.
Asimismo, agrega que han recibido apoyo de otras instituciones para desarrollar la Granja Integral, un modelo que combina la cría de diversas granjas, con la siembra de hortalizas y hierbas medicinales. Además de ser una fuente de productos naturales para la comunidad, San Martín también se dedica a la educación ambiental, ofreciendo visitas guiadas a escuelas y grupos de niños y adultos.
Este esfuerzo, resalta el líder de la Granja San Martín, no solo contribuye al desarrollo económico local a través de sus productos, sino que también juega un papel crucial en la educación y formación de futuros defensores del medio ambiente.