Especialistas en endocrinología del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste) alertaron sobre la importancia de realizar diagnósticos oportunos para detectar enfermedad tiroidea, debido que hasta 60 por ciento de la población que vive con esta condición no lo sabe, lo cual genera alteraciones en la función de los diferentes sistemas del organismo y provoca mala calidad de vida.
Especialistas en endocrinología del Hospital Regional de Alta Especialidad (HRAE) de Puebla del Issste explicaron que las enfermedades autoinmunes son más frecuentes en mujeres, por lo que es común que las afecciones tiroideas sean de mayor prevalencia en este sector de la población, sobre todo entre los 40 y 50 años, por lo que se recomienda realizarse estudios de perfil tiroideo para evaluar las condiciones de esta glándula.
Aunque las causas por las que se desarrolla la enfermedad son múltiples, existen dos factores muy establecidos: la deficiencia de yodo y el factor genético, que es la predisposición familiar a esta condición.
Establecieron que la glándula tiroidea es un órgano vital que se encarga de la secreción de una hormona llamada levotiroxina, que permite la correcta función metabólica y de otros órganos como el cerebro, corazón, riñones y músculos; además, ayuda a regular la temperatura corporal, (mantener el calor). Cuando esta glándula se afecta, todas las funciones se deterioran, como el intestino, en el que se pueden observar síntomas como constipación intestinal crónica.
La enfermedad tiroidea se divide en dos tipos, resaltaron: hipotiroidismo, que se caracteriza por el déficit de la hormona tiroidea; y el hipertiroidismo, aumento de la misma hormona. En esta glándula también se pueden formar nódulos que, en algunos casos, pueden evolucionar a cáncer.
Esta condición puede generar síntomas inespecíficos como ansiedad, angustia, irritabilidad, sensación de frío o ganancia de peso, los cuales se presentan de manera gradual y por ello las personas se acostumbran, por considerar que las causas pueden ser las condiciones socioambientales. Esta falta de sospecha provoca que se destruya un porcentaje considerable de la glándula tiroidea y genere síntomas más graves.
Cuando hay alteraciones en esta glándula existen desajustes en todos los sistemas, por lo que se requiere tratamiento especializado que permita mantener la calidad de vida.
En el caso de hipotiroidismo, el tratamiento es sencillo, ya que se basa en el suministro de hormona tiroidea sintética para equiparar la función de la glándula tiroidea, por lo que se debe ajustar la dosis indicada que permita mantener la correcta función del cuerpo; por este motivo, la indicación de este fármaco es personalizada y permanente.
Si se presenta hipertiroidismo, el tratamiento suele ser más complejo, ya que se indican medicamentos que inhiben la formación de hormona tiroidea entre 12 y 18 semanas, después de las cuales se suspende por generar mejoras a largo plazo.
Se puede indicar tratamiento desde el primer nivel de atención; sin embargo, si la evaluación identifica alteraciones mayores como presencia de nódulos o tumores, se realizan estudios de extensión y canalización con un especialista en endocrinología para valoración exhaustiva y vigilancia mayor.
En el Issste, cada vez más se indican estudios ante la mínima sospecha de enfermedad tiroidea, pues en el pasado las y los pacientes eran hospitalizados con una condición grave de esta patología y el riesgo de mortalidad era elevada. En la actualidad, el instituto apuesta por diagnósticos tempranos para evitar el desarrollo de complicaciones en la salud de la derechohabiencia, finalizaron.