Día Mundial del Agua: garantizar acceso para el lavado de manos infantil

En la comunidad Narciso Mendoza, en Calakmul la simple acción de lavarse las manos podría proteger a niñas y niños de contraer diarrea

Martha Mejía
Bienestar
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Cortesía Enterogermina

Según datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), alrededor de 18 millones de niños en zonas rurales no tienen acceso a agua limpia y jabón. En México, la situación no es diferente, ya que 7.2 millones de niñas y niños están expuestos a riesgos altos y extremos debido a la escasez de agua. Este es el caso de la comunidad Narciso Mendoza, en Calakmul, donde la simple acción de lavarse las manos podría proteger a los niños de contraer diarrea.

“Más de 400 personas que viven en la comunidad de Narciso Mendoza, en Calakmul, se ven afectadas por esta problemática. Esta comunidad enfrenta grandes dificultades, ya que durante la mayor parte del año carecen de agua potable; se abastecen de un pozo y del agua de lluvia. Por lo tanto, la importancia de contar con este recurso es evidente”, indica a Vértigo, Erika Cabrera, directora de Asuntos Científicos en Opela.

“Llevamos varios años trabajando con esta comunidad”, explica, “a través de una alianza con Save the Children. La comunidad de Narciso Mendoza fue seleccionada tras una investigación conjunta, en la que se identificó que enfrenta grandes desafíos en el acceso al agua potable. También descubrimos que es una de las zonas con mayor incidencia de diarrea, una enfermedad recurrente que afecta principalmente a los niños, los más vulnerables en estos casos”, dice.

Nuestro objetivo principal, agrega ha sido ofrecer soluciones prácticas que les ayuden, especialmente en un contexto donde el tema de la higiene es un reto significativo.
“La principal preocupación que hemos identificado es la diarrea”, continúa Erika Cabrera.

“Esta enfermedad afecta principalmente a los niños. Por eso, hemos trabajado en conjunto con Save the Children para ofrecer capacitaciones sobre higiene y sobre cómo el acceso al agua potable puede beneficiar tanto la higiene como la supervivencia, ayudando a prevenir enfermedades diarreicas. Hemos estado presentes en la comunidad realizando actividades para educar y sensibilizar sobre estos temas, señala.

Manos a la obra

Los captadores de agua, agrega Erika Cabrera, fueron instalados anteriormente dentro de las comunidad en colaboración con Save the Children. “Se identificaron puntos estratégicos para colocar estos sistemas, que permiten captar la mayor cantidad de agua posible durante la temporada de lluvias, garantizando así el abastecimiento durante todo el año”, dice.

Además, indica que las familias de la comunidad también tienen sus propios sistemas de captación en casa, aunque de forma más rudimentaria. Lo que hemos hecho es complementar esos esfuerzos, reforzando las soluciones que ya existían en la comunidad.

Asimismo, ante representantes del gobierno estatal de Campeche y de las autoridades locales de Calakmul, esta alianza entregó el pasado 7 de marzo a la comunidad un mural (en el cual se integró un dispensador de toallas), creado por el artista Max Estrada, con un mensaje para concienciar sobre la importancia del lavado de manos. También se entregó “El Libro que cuida de Entero y Germina”.

“Este libro es una herramienta educativa que hemos entregado en las escuelas. Presenta una historia en la que los personajes, Entero y Germina, enseñan a los niños cómo lavarse las manos de manera correcta y por qué es tan importante. Además, las toallitas de microfibra que distribuimos tienen una tecnología innovadora que elimina bacterias y hongos sin necesidad de agua potable o jabón. Basta con mojar la toallita con agua, no importa si está limpia o no, para eliminar los microorganismos presentes en las manos. Estas toallitas pueden ser reutilizadas durante un año, lo que las convierte en una herramienta muy eficaz y económica”, explica Cabrera.

Las toallas antimicrobianas, expone Cabrera, refuerzan los esfuerzos por mantener a la higiene, pues con solo mojarlas y limpiarse las manos, garantizan la prevención de enfermedades y la protección sanitaria de las familias, además de que se pueden rehusar hasta por un año.

Mejor higiene, mejor salud

La idea principal, agrega Cabrera, es reducir la incidencia de enfermedades diarreicas, especialmente entre los niños, al mejorar sus hábitos de higiene. A través de actividades educativas como el lavado de manos con agua y jabón y el uso de las toallitas, hemos logrado sensibilizar a los niños sobre la importancia de este hábito.

Durante las actividades, señala, vimos cómo los niños replicaban lo aprendido, como lavarse las manos antes de comer. También estamos trabajando con los profesores y las madres de familia para que estas prácticas se mantengan a lo largo del tiempo y puedan ser replicadas en la comunidad.

“Opela está profundamente comprometida con este tipo de iniciativas que buscan mejorar la calidad de vida de las personas, especialmente de los más pequeños. A través de nuestra alianza con Save the Children, estamos trabajando para restaurar vidas, luchando contra la desnutrición y las enfermedades prevenibles”, finaliza.