COP15: HISTÓRICO ACUERDO MUNDIAL SOBRE BIODIVERSIDAD

“Diez áreas de alta prioridad para la mitigación de riesgos”.

Martha Mejía
Bienestar
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COP15

Después de dos semanas de álgidas negociaciones concluyó en Montreal la Conferencia de la Organización de Naciones Unidas (ONU) sobre la Diversidad Biológica 2022, con la adopción de un convenio sin precedentes que establece una clara hoja de ruta a seguir para la protección de la biodiversidad en esta década.

La 15 Conferencia de las Partes en el Convenio sobre la Diversidad Biológica (COP15) definió de hecho un nuevo Marco Global de Biodiversidad (MGB), mediante el cual se busca proteger 30% de las tierras y los mares del mundo para finales de 2030.

También acordó aumentar la ayuda a los países en vías de desarrollo para la conservación de la biodiversidad con un monto de hasta 30 mil millones de dólares anuales.

António Guterres, secretario general de la ONU, calificó el acuerdo como un “pacto de paz con la naturaleza”, mientras que para la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, “el mundo acordó objetivos mensurables para la protección y restauración de la naturaleza”.

Esperanzados

Esta cumbre bianual debía celebrarse en China hace dos años, pero debido a la pandemia del coronavirus y luego por motivos sanitarios se trasladó a Canadá, aunque continuó presidiéndola el país asiático.

De acuerdo con los especialistas ahora será esencial que las naciones cumplan el Acuerdo de Kunming-Montreal, lo que incluye traducirlo a ambiciosos planes nacionales y políticas proporcionales de cada región.

Los países deben actualizar sus estrategias nacionales de biodiversidad y los planes de acción para alinearlos con el objetivo mundial de revertir la pérdida de biodiversidad para 2030. Esta “misión” del acuerdo, en específico, “tiene el nivel de ambición adecuado, pero si sumamos los objetivos y metas, por sí solos no son suficientes para conseguirlo. Por ejemplo, carece de un objetivo numérico para reducir la insostenible huella de carbono de la producción y el consumo. Esto es decepcionante y requerirá que los gobiernos tomen medidas a nivel nacional”.

Sin embargo, dice al respecto Lin Li, directora senior de Política e Incidencia de WWF Internacional, “estamos esperanzados: hace dos semanas teníamos una montaña de diferencias que resolver”.

¿Cómo vamos?

“Esta COP15 es fundamental porque llega en una coyuntura muy importante para el planeta, principalmente porque enfrentamos una grave crisis debido a cinco causas principales: sobreexplotación de los recursos naturales; cambio de uso de suelo; contaminación; especies invasoras y cambio climático. Esto ha derivado en una fuerte pérdida de biodiversidad”, explica en entrevista Lucía Ruíz, coordinadora de biodiversidad y financiamiento en WWF México.

Y es que de acuerdo con la edición 2022 del estudio informe Planeta Vivo la velocidad y la escala del impacto negativo de las actividades humanas en la naturaleza se manifiesta en el descenso de 69% (promedio) de mamíferos, reptiles, aves, peces y anfibios de todo el mundo.

Lamentablemente este estudio de WWF, que se publica cada dos años, confirma de nueva cuenta que la de Latinoamérica y el Caribe son de las regiones más impactadas. Precisamente, el continente americano reúne a siete de los 17 países megadiversos del planeta, incluyendo a Estados Unidos, México, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela.

“En promedio en la región se ha visto una reducción de 94% en todas las especies; la disminución se ve en todos los grupos taxonómicos, pero es especialmente notorio en anfibios, reptiles y peces” señala Ruiz.

En cuanto a especies, las poblaciones de agua dulce muestran un mayor descenso general en el ámbito mundial con 83%. Por ejemplo, una de las poblaciones evaluadas es la del delfín rosado del Amazonas, que sufrió una disminución de 65% debido al aumento de la pesca y las presiones impuestas por el rápido crecimiento de la población humana.

Planeta Vivo también identificó diez áreas de alta prioridad para la mitigación de riesgos, algunas de las cuales se encuentran al sur del continente: la cuenca del Amazonas (que forman todos los ríos que drenan al río Amazonas); el bosque Atlántico (ubicado en Brasil, Argentina y Paraguay); y el norte de los Andes hasta Panamá y Costa Rica.

También se incluye en estas áreas prioritarias al Himalaya, el sudeste asiático, la costa oriental de Australia, el bosque seco de Madagascar, el Rift Albertino, las montañas del Arco Oriental en el este de África y los bosques del oeste de África.

El informe destaca la situación en la Amazonía, el bosque tropical más grande y con mayor diversidad biológica y cultural del mundo, cuya cuenca se encuentra degradada en 17 por ciento.

Advierte que 26% de la Amazonía presenta un estado de perturbación avanzada, lo cual supone degradación de los bosques, incendios recurrentes y deforestación. Se trata de un nivel continuo de destrucción con repercusiones devastadoras en el ámbito local e implicaciones negativas para la estabilidad climática, puesto que almacena entre 150 y 200 mil millones de toneladas de carbono.

“Dentro de América Latina hay temas fundamentales. La región no solo ha perdido esta gran cantidad de poblaciones de especies en los últimos años, sino que además nos hemos vuelto el granero del planeta; eso quiere decir que la gran producción de soya de ganado sucede en diversas partes de América del Sur, lo cual genera que haya inmensas superficies afectadas por el cambio del uso del suelo y por la sobreexplotación de recursos. Es un punto muy importante”, indica Ruíz.

Asimismo, agrega, el tema de biodiversidad se vincula mucho a medios de vida; es decir, de no tener acciones claras para preservar estos hábitats estaríamos poniendo en riesgo nuestra seguridad alimentaria, la calidad del agua, temas que tienen que ver con la salud; y lo acabamos de ver en estos últimos dos años con la pandemia: “Si no atendemos temas vinculados con la naturaleza será muy complicado atender realmente el futuro y la propia existencia humana”.

México

De acuerdo con la especialista, entre los principales desafíos para nuestro país está garantizar que las Áreas Naturales Protegidas (ANP) y cualquier otro instrumento para la conservación pueda contar con recursos suficientes, “no solamente financieros sino también humanos y físicos; es decir, de equipamiento para poder funcionar correctamente”.

Otro tema fundamental, indica, es integrar temas de perspectiva de género, de interés de los jóvenes, que reconozcan un enfoque de toda la sociedad, con base en Derecho: “Que los procesos que se desarrollen vinculados a biodiversidad cuenten siempre con el consentimiento previo, libre e informado de todas las comunidades”.

Agrega que para México es también muy importante mantener un mecanismo robusto de implementación, lo que “significa contar con las capacidades para actualizar la Estrategia Nacional de Biodiversidad y asegurar que podamos tener los medios correctos para implementar de forma efectiva y eficiente el Acuerdo de Kunming-Montreal”.

Convenio

El convenio alcanzado en Montreal es una hoja de ruta que apunta a proteger las tierras y los océanos, así como a evitar la extinción masiva de especies por la contaminación acelerada.

Cobra relevancia para la región la tercera meta, denominada 30x30, que establece la protección de 30% de áreas terrestres, de agua dulce y costeras para 2030, relevando así a las Metas Aichi establecidas para la pasada década (2010-2020).

Otro tema espinoso —que enfrentó a la Unión Europea y países como Brasil, India e Indonesia— durante la COP15 fue el de los pesticidas. En el texto final se acordó “reducir los riesgos de contaminación y el impacto negativo de la contaminación de todas las fuentes, para 2030, a niveles no perjudiciales para la biodiversidad”.

Para lograrlo, indica el acuerdo, los signatarios deben “reducir al menos a la mitad el riesgo general de los plaguicidas y productos químicos altamente peligrosos”, especialmente para la lucha contra los parásitos, teniendo en cuenta la seguridad alimentaria y los medios de subsistencia.

Los países deben igualmente “prevenir, reducir y trabajar en la eliminación de la contaminación plástica”.

Para conseguir estos nuevos objetivos el acuerdo menciona el resguardo de los pueblos indígenas, guardianes de 80% de la biodiversidad de la Tierra, una demanda ampliamente expresada por representantes de estas comunidades durante la reunión.

Además del rol que desempeñan los pueblos originarios como guardianes del territorio, se suman los recursos financieros para lograr las metas de dicho acuerdo. Se trata de un fondo fiduciario dentro de la estructura y gobernanza del Fondo Mundial del Medio Ambiente (GEF, por sus siglas en inglés) que vaya directamente a apoyar acciones relativas a la implementación del marco pos2020 y que esté ya operativo en 2023.

Por supuesto, para llegar a los consensos diversas naciones vivieron tensiones a su punto máximo. Hasta el último minuto, por ejemplo, representantes de China seguían tratando de convencer a los países que se mantenían reacios a aceptar la oferta financiera del texto preliminar, en especial varios Estados africanos.

Con Brasil a la cabeza, decenas de países del Sur pedían a los del Norte, a los que acusan de haberse enriquecido a costa de sus recursos, que se comprometieran con 100 mil millones de dólares al año para conservación. Esto, señalaron, representa diez veces la ayuda actual para la biodiversidad. Finalmente, el acuerdo estableció proveer “al menos 20 mil millones de dólares” en ayuda internacional anual para la biodiversidad para 2025 y “al menos 30 mil millones” para 2030.